LAFSA toma forma y empieza a complicar a SW

De cara a su privatización, la empresa estatal Líneas Aéreas Federal (LAFSA) asociada en la actualidad a la operación de la compañía privada Southern Winds volvería a colocar en una situación complicada a esta última empresa (en la actualidad tiene un subsidio oficial de $3,2 millones mensuales para pagar el combustible y el acuerdo entre ambas finalizará en septiembre).

La empresa estatal Líneas Aéreas Federales (LAFSA), asociada hoy en la operación de cabotaje con la compañía privada Southern Winds (SW), solicitó ayer a la Secretaría de Transporte los permisos necesarios para cubrir una serie de rutas regionales e internacionales.

Entre los destinos figuran Montevideo, Asunción, Río de Janeiro, Bogotá y Caracas, y las segundas incluyen a Miami, Nueva York, Madrid y París.

El pedido fue justificado por las autoridades en que "con rutas internacionales acordadas, la empresa se convierte en más atractiva al momento de su privatización".

Entre los interesados figuran LAN, Air Europa y "un grupo mexicano" no detallado "que actúa junto con bancos europeos y no pertenece al sector aerocomercial".

Cuando en septiembre próximo finaliza el acuerdo entre SW y LAFSA y en caso de que se privatice ésta última se eliminaría el subsidio de $3,2 millones mensuales que el Gobierno le otorga a SW -a través de LAFSA- para pagar su combustible.

Esa ayuda económica apareció como imprescindible para la continuidad de la empresa que preside Juan Maggio, que tiene un pasivo que oscila entre US$ 50 y US$ 70 millones, de acuerdo al matutino Infobae.

En tanto, directivos de SW dijeron ayer que piensan incorporar tres aviones MD 11 para volar todos los días a Madrid (hoy llega cuatro veces por semana) e inaugurar las rutas a Roma y México.

Por su parte el matutino el Cronista adelanta esta mañana que el gobierno mantendría una acción de oro cuando privatice LAFSA.

También agregaría en los pliegos una cláusula de estabilidad laboral para sus empleados.

Una de las ideas que madura el Estado es la de quedarse con una acción de oro, según le confirmó a El Cronista, Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial.

"Queremos resguardar a la compañía de eventuales suspensiones de rutas a determinados destinos estratégicos para el país que no pueden quedar incomunicados. La acción de oro se limitaría puntualmente a cuestiones de servicios y de espacios geopolíticos", afirmó.

La modalidad ya se había utilizado en la privatización de Aerolíneas –hasta que la acción de oro fue derogada por el ex ministro Cavallo– y en la privatización de YPF, en la que permitió frenar algunos aumentos de combustibles y decisiones de Repsol, que luego se quedó con toda la compañía.

En Europa también es una práctica muy utilizada –el gobierno español conserva aún hoy su acción de oro en Telefónica– y en Brasil también hay precedentes en la licitación de la fábrica de aviones Embraer.

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