Mendelevich y el huevo de la serpiente

El Gobierno insiste en aconsejar la lectura de cierta nota periodística de Pablo Mendelevich en el semanario Debate (Alberto Fernández, jefe de Gabinete de la Nación, lo hizo dos veces en un programa de Mónica Gutiérrez en la TV por cable). Edición i decidió aceptar el consejo:

En la página 39 de la revista Debate del 4 de junio, se publicó una columna de Pablo Mendelevich titulada De plagas y toneladas, con la volanta A propósito de las opiniones de Daniel Artana en los Estados Unidos, comentando una crónica de la corresponsalía del diario La Nación en Washington DC. El concepto de esa columna de Mendelevich fue amplificado más tarde por el Gobierno nacional para afirmar que estaba siendo víctima de un complot.

La Nación había dado cuenta del desayuno servido el día miércoles 26 de mayo, en la Cámara de Comercio, en la capital federal estadounidense, donde Artana, economista-jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, había afirmado que los funcionarios de Néstor Kirchner "Se van a gastar toneladas de dinero público para evitar un incremento de tarifas y para financiar mayor inversión pública, en lugar de intentar mejorar las regulaciones".

Mendelevich –de quien se ignora que comprenda de qué se trata la macroeconomía, más bien es un cronista político- sostuvo que era inadmisible que un argentino explicitara una proyección tan sombría sobre la Argentina. A Mendelevich no le interesó conocer si Artana decía la verdad –que por cierto semejante apreciación es correcta-, sino que fuese expresada, en una mutilación de la libertad de expresión que ruboriza proviniendo de un periodista que le exige a un economista que ejecute un ejercicio de mala praxis en vez de exigir al Gobierno nacional de corregir el error de política económica.

Por desconocidas razones, Mendelevich involucró a "la Patria" en el asunto, antes de referirse a cuando Artana habló ante la Reunión Anual del Banco Interamericano de Desarrollo, en Santiago de Chile, durante las horas en que Ricardo López Murphy fue ministro de Economía argentino. Artana tuvo en aquella oportunidad una visión optimista del futuro argentino, probablemente porque ignoraba no sólo que Fernando De la Rúa era un Presidente incompatible con las necesidades de la Nación, sino porque no sabía que había una trama urdida para ubicar a Domingo Cavallo en el Palacio de Hacienda. ¿Y qué tiene que ver eso? Artana erró en el análisis político, pero no por eso puede juzgarlo Mendelevich por su conocimiento sobre las ciencias fiscales y monetarias.

El artículo publicado por el diario La Nación movilizó a la Casa Rosada, que fue informada que el banco de inversiones Merrill Lynch había comprado una evaluación de la política económica argentina con un análisis político, supuestamente basado en una proyección de Rosendo María Fraga, fundador del centro de estudios Nueva Mayoría, que sostuvo que Kirchner tenía 50% de posibilidades de no finalizar su gestión.

Sí, es lo que se dice en todos los corrillos políticos porteños y bonaerenses. Quienes fueron contratados por Merrill Lynch para evaluar la situación podrían haber omitido qué se dice hoy en la política, pero decidieron agregarlo. ¿Hubiese resultado más eficiente mentirle a uno de los bancos que tiene la responsabilidad de asesorar al Gobierno argentino en la renegociación de la deuda externa pública en default, junto a Barclays Capital y Unión de Bancos Suizos? ¿Qué cree el Gobierno argentino que informan las delegaciones de inteligencia que tienen cada embajada de los países con más intereses en el país?

¿Por qué fue que Edición i publicó hace un par de semanas una portada afirman En Estado Deliberativo?

Los grandes bancos de inversión tienen consejos de asesores (Advisory Board) que integran diplomáticos de los países más importantes y consejeros de inteligencia. ¿Creen acaso que solamente deciden tomando en cuenta las sugerencias de informes que compran a terceros? En todo caso los confrontan con otras evaluaciones que consiguen en sus propios gobiernos.

¿Acaso la Casa Rosada cree que hoy día hay una opinión positiva acerca de la Argentina en la Administración Bush o en el Fondo Monetario Internacional? ¿Cuál cree que es la conclusión del Foreign Office británico o de la Cancillería de la Confederación Helvética?

Se equivoca si supone que esa conclusión es positiva.

Las deficiencias de Néstor Kirchner y de su administración, incluyendo a Roberto Lavagna, en la comprensión de los códigos que prevalecen en el mundo global, no es responsabilidad de Fiel ni de la Universidad Cema, sino de Kirchner y de su administración.

El Gobierno se ha enojado con el líder del partido Recrear, Ricardo López Murphy, por "manifestar cosas que son gravosas", como que "la creación de Enarsa no va a resolver el tema de la energía".

Lo que afirma gran parte de la sociedad es que la creación de Enarsa es un disparate. ¿Kirchner le negará a la sociedad el derecho a disentir? ¿Disentir es complotar?

Además, el Gobierno se quejó por "una judicialización de la política", luego de que el fiscal federal Carlos Stornelli inició una investigación para determinar si existen sectores que buscan desestabilizar al Gobierno, como denunció el Presidente. ¿Kirchner pretende que un fiscal no cumpla con su deber? Kirchner perdió con su planteo, sufrió un revés aún entre los periodistas que a menudo justifican lo que hace la Casa Rosada (fue el caso de Alfredo Leuco, en su editorial en el programa que tiene en el canal P&E).

Una derrota que podría haber evitado. Y que se acentuó cuando el Gobierno no pudo enviar a ningún funcionario a acusar a José Luis Espert y a Jorge Ávila, frente a frente, en el programa de Marcelo Longobardi, por Canal 9. Debió enviar al ex piquetero, un mantenido del Fisco, el bonaerense Luis D-Elía, un hombre que aún no ha explicado su responsabilidad en los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001. La sensación es que el Gobierno está solo.

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