Coca-Cola envuelta en un informe sobre explotación infantil

De acuerdo al portal Inter. Press News Agency (IPS), Coca-Cola y otras compañías debería en adelante asegurarse mejor de que el azúcar que compran en El Salvador no sea fruto del trabajo ilegal de miles de niños en las plantaciones de caña de azúcar de ese país.

Sucede que de acuerdo a un informe publicado ayer por la ONG Human Rights Watch (HRW), de 5.000 a 30.000 niños, incluyendo a algunos de sólo 8 años, realizan el peligroso en el cultivo de caña de azúcar en El Salvador.

Según la ley salvadoreña, la edad mínima para trabajar es 14 años, y para realizar tareas peligrosas, 18 años. Pero esas normas no suelen cumplirse, en parte porque muchos niños son contratados como ayudantes y no como trabajadores, indicaron los autores del informe.

The Washington Post también citó el informe y agregó que cerca de 17 millones de niños entre los 5 y los 14 años de edad trabajan en la región, según un informe de 2002 de la Organización Internacional del Trabajo, el organismo de Naciones Unidas que promueve derechos laborales mínimos y estándares mundiales.

De esa cifra, aproximadamente 5.000 niños menores de 18 años desempeñan la arriesgada y extenuante labor de cortar caña de azúcar en El Salvador.

Muchos cargan machetes de 30 centímetros de largo desde los 5 años, según cita en las entrevistas del informe, Human Rights Watch.

De esta manera, la ONG culpa al gobierno salvadoreño, a la industria azucarera y a compañías que últimamente compran azúcar refinada, entre ellas Coca-Cola Co., por no tomar las suficientes medidas para eliminar el trabajo infantil en los campos de caña de azúcar.

"El trabajo infantil es mayor en los plantíos y cosechas de caña de azúcar", dijo Michael Bochenek, autor del informe de Human Rights Watch.

Walter Palacios, director de trabajo social en el Ministerio de Trabajo salvadoreño, dijo que el gobierno estaba trabajando para erradicar el problema. "No es sólo un problema económico; hay factores culturales" . dijo. "Claro que", añadió, la ayuda de grandes compañías como Coca-Cola "mejoraría la situación".

El informe de Human Rights Watch no acusa a Coca-Cola de violar las leyes, pero exhorta a la compañía a "reconocer su responsabilidad".

Por su parte, Carol Martel, directora de relaciones públicas de Coca-Cola, en Atlanta, dijo en una carta a Human Rights Watch que la compañía no justifica el trabajo infantil.

Agregó que no había pruebas de que existieran niños trabajando en la refinería salvadoreña que la compañía utiliza ni en el ingenio azucarero que proporciona el azúcar a esa refinería. También dijo que la compañía no tiene contratos directos con las cooperativas del campo que abastecen de caña de azúcar al ingenio.

Bochenek dijo que la postura de Coca-Cola era inadecuada. "Coca-Cola tiene la responsabilidad de saber no sólo quiénes son sus proveedores directos, sino también asegurarse de que no se están violando derechos humanos en algún punto de la cadena de abastecimiento, especialmente cuando se trata de un ingrediente primario como el azúcar", dijo.

Otras compañías nombradas en el informe de HRW son Amerop Sugar, Cargill, Glencore International AG; Louis Dreyfous y Marubeni.

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