El fraude europeo

El 8 de diciembre de 2003 Parmalat, el mayor grupo lácteo italiano, era tapa de todos los diarios por incumplir con el pago de un compromiso financiero de 150 millones de euros, que terminó con la compañía investigada por la fiscalía italiana y la SEC; con su fundador en la cárcel acusado de fraude y con un agujero contable de hasta 10.000 millones de euros.

El caso revivió en Europa los recuerdos del Caso Enron, el más resonante en materia de fraudes contables, que terminó con Arthur Andersen.

El grupo, nacido en la década de los 60 en la localidad italiana de Parma, con el 51% de las acciones controladas por la familia Tanzi, es el mayor conglomerado lácteo de Italia, con ventas de 7.600 millones de euros en 2002. Además de leche, Parmalat elabora todo tipo de productos lácteos y es propietario del equipo de fútbol italiano Parma.

El 12 de noviembre de 2003 la empresa cayó en la bolsa más de un 8% después de que la firma que auditaba sus cuentas, Deloitte, expresara dudas sobre la transparencia de las cuentas de su cliente en el primer semestre de su ejercicio. Deloitte mencionaba como poco clara la inversión de cerca de 500 millones de euros en un fondo en Islas Caimán a través de una sociedad vinculada al fundador del grupo italiano, Calisto Tanzi. Parmalat anunció entonces que vendería su participación en el fondo para recuperar la inversión.

El 16 de noviembre, Alberto Ferraris, director financiero de Parmalat, anunció su dimisión y dos semanas más tarde Parmalat no hizo frente a un pago de 150 millones de euros correspondientes a unos bonos. El grupo italiano, por otra parte, explicó que no pudo recuperar los casi 500 millones de euros invertidos en el fondo Epicurum en Islas Caimán y se comprometieron a efectuar el pago el 15 de diciembre.

El 9 de diciembre el consejo de administración de Parmalat nombró a Enrico Bondi como asesor para realizar un plan de reestructuración financiero e industrial del grupo alimentario.
La firma de calificación Standard & Poor’s rebajó 10 niveles en 48 horas el ráting de la deuda de Parmalat para situarlo cerca del que califica a una compañía en suspensión de pagos. El organismo regulador del mercado de Milán suspendió la cotización de los títulos de Parmalat.

El 11 de diciembre la empresa, que tenía una capitalización bursátil de 1.800 millones de euros antes del estallido de la crisis, perdió la mitad de su valor en bolsa en su vuelta al parqué.

Fausto Tonna, el número dos de la compañía y brazo derecho del fundador, Calisto Tanzi, renunció a su puesto así como el responsable del comité de autoditoría interna, Mario Brughera.

El 15 de diciembre Parmalat hizo frente al pago de su deuda tras recibir ayuda de sus acreedores. Posteriormente, el Bank of America desveló que no existía la cuenta bancaria que Parmalat aseguraba tener en Islas Caimán con 3.950 millones de euros. La entidad financiera es la representante de los inversores de la filial de Parmalat en Brasil que querían ejercitar una opción de venta de su participación al grupo italiano. Parmalat no pudo pagar los US$400 millones reclamados.

El 22 de diciembre la fiscalía de Milán acusó de fraude a Tanzi y se empezó a hablar de un agujero contable cercano a los 9.000 millones de euros en el grupo italiano, aunque al otro día el Gobierno italiano aprobó un decreto ley de rescate de grandes empresas con dificultades, especialmente diseñado para ser aplicado sobre Parmalat. La nueva ley permitía intervenir en las empresas con más de mil trabajadores con una deuda superior a los 1.000 millones de euros que se encuentren en estado de insolvencia. La deuda de Parmalat superaba los 10.000 millones.

Luego, Tanzi fue arrestado en Milán, puesto en prisión preventiva y acusado de falsedad de balance, quiebra fraudulenta, uso de información privilegiada y presunto engaño a los auditores de los estados contables. También fue suspendida la cotización indefinidamente.

El 31 de diciembre la policía italiana detuvo a seis directivos de Parmalat. Luego, la SEC anunció que podría ampliar su acción legal por fraude contra Parmalat en USA y puso en la mira a una serie de bancos norteamericanos por la colocación de bonos en el mercado norteamericano y en la concesión de préstamos a Parmalat. Por su parte, el bufete Milberg, Weiss, Bershad, Hynes & Lerach también anunció que interpuso una demanda en nombre
del Fondo de Pensiones de los Carpinteros del Sur de Alaska.

También la Comisión Europea reaccionó a la crisis de Parmalat y preparó una nueva legislación para que no se repita un caso similar.

El 8 de enero el administrador del grupo Parmalat, Enrico Bondi, despidió a los auditores de la compañía, Deloitte y Grant Thornton. Además, un juzgado de Parma declaró insolventes a la matriz del grupo alimentario y a dos de sus filiales -Eurolat y Lactis-, tal y como había solicitado Bondi y luego decide la salida de Stefano Tanzi del consejo de administración de la compañía y de la presidencia del club de fútbol AC Parma.

El 19 de enero la fiscalía abrió una investigación a las filiales italianas de Grant Thornton y Deloitte, las auditoras que certificaron los balances. Fuentes de la investigación afirmaron que la deuda bruta de Parmalat podría ascender a 14.000 millones de euros, mientras que sus activos estarían entre mil y dos mil millones de euros.

El 23 de enero Santander anunció una provisión de 87 millones de euros por su riesgo con Parmalat. Calisto Tanzi ingresó en el hospital aquejado de fuertes dolores en un brazo que hacen temer un infarto, puesto que el empresario tiene antecedentes de cardiopatía. Uno de los contables del grupo, Alessandro Bassi, se suicidó tirándose de un puente. La fiscalía registró las oficinas de Deutsche Bank en Milán.

El 26 de enero, un informe de PricewaterhouseCooopers confirmó que la deuda de Parmalat a finales de septiembre ascendía a 14.300 millones de euros, ocho veces más que los 1.818 millones declarados en el balance de los primeros nueve meses del año. Parmalat habría inflado sus beneficio bruto de explotación (ebitda) en 530 millones de euros y las ventas en 1.300 millones.

El 29 de enero Calisto Tanzi aseguró que políticos y banqueros recibieron pagos de la compañía durante las dos últimas décadas, a cambio de fondos públicos y tratos de favor.

La fiscalía de Milán también anotó en el registro de los investigados por el caso Parmalat a varios bancos: Bank of America, Citigroup, Deutsche Bank, Morgan Stanley, UBS y los italianos Banca Popolare di Lodi y Nextra.

El 17 de febrero Francesca y Stefano Tanzi, dos de los tres hijos de Calisto Tanzi, ex presidente de Parmalat, fueron detenidos en Parma.

Un mes después, la Fiscalía de Milán acusó de especulación abusiva a Calisto Tanzi y otras 28 personas. El fiscal solicitó, además, la imputación de las divisiones italianas de Bank of America y las auditoras Deloitte y Grant Thornton.

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