U24 y Página/12: Dos cosmovisiones distintas

A continuación, un usuario registrado compara la manera en la que dos medios de comunicación se refieren a un mismo acontecimiento.

Estimados interlocutores:

Más abajo transcribimos dos informes acerca de un mismo acontecimiento. El primero es del director de Urgente24 y el segundo de un periodista de Página/12.

Creo que no me equivoco si digo que plantean las dos cosmovisiones (no me refiero a las de los panelistas sino a las de los cronistas)enfrentadas en estos momentos, y quizá desde hace mucho tiempo, en el país.

Los que tengan la paciencia de leer estos textos tienen la oportunidad de inclinarse por una u otra de esas dos cosmovisiones, por lo menos en forma aproximativa. Buena suerte.

Los saludo

Pedro A. de Aguirre

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Urgente 24 - Viernes 25 de junio de 2004

La única oposición seria a K puede ser de derecha pero ¿puede la derecha construir una oposición?

POR EDGAR MAINHARD (*)

Las dos jornadas de debates organizado por la Fundación Atlás permite elaborar algunas reflexiones acerca del estado de la derecha en la Argentina, y los pasos a dar para construir una oposición seria.

Luego de dos jornadas de encuentros en el hotel Sheraton organizados por la Fundación Atlás, y sin que los piqueteros interrumpieran las sesiones, pese a las previsiones que afirmaban lo contrario, cabe preguntarse en qué anda el espíritu libertario argentino.

Fue correcta la explicación de Martín Simonetta, de Atlas, de que los nombres de los expositores, y probablemente la circunstancia de la convocatoria, superaron la capacidad de convocatoria de la propia Atlas, e impactaron los más de 1.000 asistentes en cada día.

Una conclusión es que la concurrencia podrá resultar una élite pero expresó un ferviente espíritu opositor en la derecha argentina, y fue un auditorio con formación, capacitado para liderar en los ámbitos público o privado, gente que desea una sociedad diferente a la pobreza de espíritu que ofrecen Néstor Kirchner, Eduardo Duhalde y el propio Carlos Menem.

Está muy claro que el justicialismo no puede convocar hoy gente equivalente. Aún cuando conserve su espíritu multitudinario, el peronismo ha perdido penetración en el cada vez más escaso capital humano de la sociedad y disputa hoy los recursos intelectuales con el movimiento piquetero.

Ninguno de los encuentros en Parque Norte que hizo la transversalidad que propicia Néstor Kirchner pudo trabajar en un nivel de producción de ideas equivalente al verificado en estos dos días, más allá de que, como dijo Julio Ramos, el editor de Ámbito Financiero, la derecha cargue con el pecado de tener, por fragmentación, más candidatos que la izquierda.

Fue evidente que lo que tuvo el menemismo de renovador en los '90 no fue por el peronismo sino por la derecha, que fue traicionada por el gasto público expansivo conque Menem decidió pagarle al peronismo que lo respaldara en su gestión. Y en esa derecha perdieron su espacio gente como Domingo Cavallo o como Roque Fernández, que contribuyeron a la derrota de la estabilidad, escondida tras la máscara de la convertibilidad.

En su discurso, resultó mucho más opositor Ricardo López Murphy que Mauricio Macri. El presidente de Boca Juniors cree que la masa crítica necesaria se construye desde la prudencia. Pero no es verdad que prudencia y consenso sean sinónimos. El consenso se construye desde la pluralidad sin renunciar a las convicciones.

Aceptar la pluralidad fue la clave del éxito de la Atlás en su convocatoria, pero la pluralidad no impidió la rudeza en la crítica al absurdo populismo kirchnerista.

Es probable que en el cerrojo defensivo que expuso Macri en el escenario, influya su cercanía con un personaje inseguro, 'nene bien' sin vuelo intelectual, como es el senador nacional PJ-Misiones, Ramón Puerta. Lo concreto es que en su exposición, Macri no logró exponer alguna propuesta ideológica novedosa. Y él no estaba hablando ante un auditores de adolescentes universitarios, aún cuando los asistentes fueran tan entusiastas con él. Es obvio que lo único que sigue mostrando Macri es su campaña deportiva es el equipo que hizo exitoso Carlos Bianchi.

Macri sigue privilegiando sus diálogos con Juan Carlos Romero y Eduardo Duhalde, lo que provoca una propuesta neoperonista para una derecha que comienza a asumir que el peronismo como tal ha muerto, y bien dice Jorge Asís que es "una confederación de feudos que sólo puede conducir la jueza con competencia electoral María Servini de Cubría".

Con la excusa de que sólo el peronismo puede ganar las elecciones y, entonces, siempre hay que apostar a la infiltración del peronismo como forma de acceso al poder, la derecha corre peligro de terminar convalidando sistemas de gobierno que inevitablemente fracasarán porque el peronismo se opone, de cuajo, a las reformas necesarias para que la sociedad argentina cambie.

Con igual lógica errada la derecha argentina apostó durante décadas a llegar al poder a través de los golpes cívico-militares. La derecha debe aprender a confiar en sus propias convicciones.

El peronismo le frenó la 2da. generación de reformas a Menem, más allá de que él no tuvo la voluntad necesaria para hacerlas pagando el precio que fuese necesario. No se puede correr el peligro de repetir aquella experiencia.

Y tampoco debe caerse en la frustración de suponer que Duhalde es muy diferente a Kirchner, cuando él fue el gran adversario de la convertibilidad, el devaluador-pesificador por excelencia, el padre del piqueterismo a través de la prebenda llamada Plan Jefas y Jefes de Hogar.

La derecha tiene que recorrer su propio camino, y eso debe comenzar a ocurrir ya. No es un complot -que cumpliría los sueños paranoicos de Kirchner- sino una actitud militante, un trabajo de construcción de consensos que demuestre que la opción no es Kirchner vs. Duhalde porque el peronismo peronismo en su conjunto hace política prebendaria y lo que precisa la sociedad es algo muy diferente.

La derecha debe arrebatarle al resto de las fuerzas la capacidad de utilizar la denuncia como una herramienta que exponga las contradicciones en que incurre el discurso oficial (la izquierda no debe tener el monopolio de la denuncia, que tanto rédito le dio en los '90), a la vez que articula propuestas atractivas para la clase media sobre empleo, salud, educación, justicia y seguridad.

Además, la derecha debe ser más liberal y menos conservadora, y reivindicar la pluralidad, la transparencia y la libertad, que resultarán propuestas revolucionarias en días de hegemonía K.

Y nadie más que la derecha puede acelerar el debate sobre qué contraprestaciones brinda este Estado que aplica una presión tributaria nominal espantosa sobre los contribuyentes argentinos.

Como primer encuentro, fue auspicioso y tanto Edición i como U24 se ennorgullecen de haber colaborado en la convocatoria. Habrá que construir nuevas convergencias, probablemente alentar encuentros similares en el resto del país, hay que movilizarse porque el poder es solamente de quienes tienen voluntad y se movilizan. El previsible resultado del enfrentamiento entre Kirchner y Duhalde es auspicioso para construir alternativas, y hay que seguir trabajando ya.

(*) U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.

Página/12 - Viernes 25 de junio de 2004

SEMINARIO DE ECONOMISTAS, POLITICOS Y PERIODISTAS DE LA DERECHA

Una sobredosis de amor por los ’90

La Fundación Atlas y la alemana Friedrich Naumann convocaron a un grupo representativo de la intelligentzia de la derecha criolla. Allí calificaron a Kirchner como "monto de cebita" y armador de milicias. Furia antipiquetera.

Por José Natanson

Manuel Solanet acusó al Gobierno de "atacar ideológicamente" a los empresarios. Carlos Escudé dijo que "De la Rúa casi fue preso por querer defender el estado de derecho". Malú Kikuchi calificó a Néstor Kirchner como un "monto de cebita". Julio Ramos sostuvo que el Presidente está armando una "milicia en la calle". Diego Guelar pidió volver a las "relaciones carnales". Y Ricardo López Murphy llamó a construir "una alternativa de poder para enfrentar este proyecto hegemónico". Organizado por la Fundación Atlas y la alemana Friedrich Naumann, el seminario que cerró ayer reunió en el Sheraton a los principales representantes del arco político, económico y cultural (es un decir) de la derecha argentina, que expusieron sus ideas en un clima antipiquetero, noventista y antikirchnerista.

Los economistas

El panel de los economistas fue uno de los más escuchados. Lo abrió Miguel Angel Broda. Suelto y con dotes de orador, Broda habló de manera clara y mostró en una pantalla gigante gráficos comprensibles y ambiciosos, uno de los cuales era una proyección de la economía argentina hasta el...2034. Aunque en mayo del 2002 había pronosticado un dólar a 5 pesos y una inflación imparable, ahora es un poco más optimista. "Lo que ha sucedido es lo que sucede con todos los países que colapsan", aseguró Broda, cuyo diagnóstico pasó de la "caída libre" al "rebote técnico".

Siguió Julio Piekarz, referente económico de Ricardo López Murphy. Mucho más técnico, Piekarz mostró unos gráficos que estaban escritos en letra demasiado chica y que casi no se veían, y pronunció un discurso lleno de números, difícil de seguir, cuya conclusión era de todos modos comprensible: el Gobierno –dijo– debería mejorar la oferta por la deuda. Cerró Solanet, que no tiene ni el histrionismo de Broda ni la pretensión matemática de Piekarz, y tiene en cambio un tono de voz excesivamente agudo, con el que repitió la cantilena liberal de reducir el déficit. Solanet cuestionó a Kirchner por "atacar ideológicamente" a los empresarios. "Necesitamos seguridad jurídica, respeto por el estado de derecho y la libertad", aseguró el ex secretario de Hacienda de Galtieri.

Los pasillos

En el público se mezclaban dos grupos diferentes. Por un lado los ejecutivos, empresarios y profesionales, que llegaban sobre la hora y con portafolios, después de la oficina. Estaban también los jóvenes, que hubieran militado en la UPAU en los ’80 y que ahora vuelcan su energía en alguna fundación u ONG liberal, de esas que hacen campaña en contra de la lista sábana. Se los distingue por el pelo: corto adelante y un poco más largo en la nuca, ideal para un tercer tiempo del SIC o para la fiesta de fin de año del curso de posgrado del CEMA.
Entre panel y panel, los asistentes –ejecutivos y jóvenes– salían a los pasillos para fumar y hablar de política. Los diálogos se resumen en algunas palabras, repetidas una y otra vez: "populismo" (de Kirchner), "racionalidad" (que falta), "socialismo moderno, tipo Chile" (a lo mínimo que podemos aspirar) y "país exitoso" (el objetivo máximo). Entre todos los términos, hay uno que merece especial atención: los famosos "incentivos", la clave del neoinstitucionalismo, la corriente de moda en la economía y la ciencia política norteamericanas, que recomienda importar instituciones de los países desarrollados, y que la derecha argentina sumó en los últimos años a su neoliberalismo original.

Los periodistas

El panel de periodistas llevaba el título "Entendiendo a Kirchner" y fue abierto por Julio Ramos, director de Ambito Financiero, que trazó una panorama sombrío del primer año de gobierno. "Se reestatizan empresas, se lleva a jueces abortistas a la Corte", se quejó Ramos, antes de dar el alerta. "¡Cuidado! Kirchner tiene una milicia en la calle. Vamos a una suma del poder público alarmante, a un esquema en el cual está en juego la democracia", aseguró.

Hablaron también Carlos Mira y Fernando Laborda, de La Nación. Y Malú Kikuchi, una señora bien que suele comenzar su programa de cable con frases tipo: "¡Cómo me gustó el discurso de Bush el día de la invasión a Irak!". En el panel, Kikuchi aseguró que Kirchner es un "monto de cebita", que "no se arriesgó como otros, que estaban equivocados pero se la jugaron". "Como tiene el complejo de lo que no hizo ahora quiere ganar la guerra que perdieron en los ’70. Es un populista y un capataz de estancia", resumió Malú. El público aplaudió.

Relaciones carnales

Elegante con su bastón, Diego Guelar defendió las relaciones carnales y propuso "reconstruir el vínculo con Estados Unidos". Carlos Escudé se recortó la barba y ya no parece el guitarrista de los ZZ-Top, pero conserva su histrionismo y sus ambiciones. "El realismo periférico (así denominó la política exterior menemista) tiene un capítulo ganado en la historia de las ideas", sostuvo Escudé, que no se privó de cuestionar a Kirchner. "Tiene alardes de compadrito y es obsecuente con los piqueteros", acusó.

No fue el único. El clima antipiquetero dominó el seminario. El abogado José Ignacio García Hamilton habló de "los señores feudales de la extorsión y del piquete, arreglados con los señores feudales que están en las gobernaciones y hasta en la Presidencia". El cavallista arrepentido Guillermo Cantini y el bussista arrepentido Pablo Walter también cuestionaron a los piqueteros. Y Martín Simonetta, titular de la Fundación Atlas, confesó sus temores. "Teniendo en cuenta lo que pasó en este mismo hotel –dijo en referencia a la toma del Sheraton por un grupo de desocupados– la verdad es que teníamos dudas sobre lo que podía pasar con el seminario."

Los políticos

Las dos jornadas cerraron con paneles políticos. El del miércoles lo abrió Rosendo Fraga, que dio una luz de esperanza para la derecha. "Si el peronismo finalmente se parte hay posibilidades de construir una fuerza alternativa", aseguró. Curiosamente, el segundo orador era el radical Rodolfo Terragno, que había sido invitado con un par de meses de anticipación y aceptó –según confesaron sus íntimos– sin saber bien de qué se trataba. Astuto, Terragno pronunció un discurso técnico, cargado de cifras y gráficos en power point, sobre la mejor manera de terminar con el desempleo, y se ganó un aplauso de compromiso.

El cierre quedó a cargo de las dos esperanzas electorales de la derecha cuyos discursos es interesante comparar. El de Macri, pronunciado ayer, tuvo como eje la necesidad de recuperar el valor de las instituciones. "La gente no es tan tonta, lo que pasa es que no hemos explicado por qué conviene recuperar la institucionalidad. Para eso hay que recrear el Estado", aseguró el empresario que estuvo procesado por contrabando.

López Murphy optó en cambio por un discurso duro, de barricada. "Todos los que están acá creen en otro país, que no es el de la gente tomando los hoteles o los locales de comida", arrancó el economista, y acusó a Kirchner de liderar "un proyecto hegemónico". "Nosotros sabemos que otro país es posible. Pero para construirlo no podemos ser sólo una fuerza testimonial. Tenemos que generar una alternativa", concluyó López Murphy, por lejos el más aplaudido luego de dos días de sobredosis de derecha.

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