DE XANTIPA Y MARÍA ESTELA A CFK

Historias de viudas y viudeces

¿Hay una psicología de la viuda? Si la hubiera, habría que estudiarla. Aquí un aporte del Bigote.

 por RAÚL ACOSTA (*)

 
ROSARIO (La Capital). Viudez es el estado de haber perdido al cónyuge por fallecimiento; si es  hombre se le llama viudo y, si es mujer, viuda. En términos generales, a la persona que está en este estado se denomina "cónyuge sobreviviente" o "cónyuge supérstite".
 
La viudez es una importante proveedora de historias. Reales y de las otras. En las familias en que el marido era el único proveedor, la viudez hundía en la pobreza. Esto se empeoraba por la larga vida de las mujeres, ya que los hombres generalmente contraían matrimonio con señoritas más jóvenes que ellos. Aún sucede.
 
Sin embargo, en algunas sociedades, las viudas se hallaban entre las mujeres más independientes. 
 
Una viuda a veces continuaba los negocios de su marido y, consecuentemente, se le concedían ciertos derechos, tales como la admisión a cooperativas. 
 
En otras sociedades un casamiento con familiares del muerto les aseguraba herencia y continuidad.
 
“…una moderada pensión de resarcimiento de tantos daños es solamente la que pedimos, y esperamos con la mayor confianza el compasivo proceder de V.E.: si el estado actual de fondos reales, y públicos no la sufriese por ahora, quedaré satisfecha, con que se me señale, para en habiendo: ojalá nuestro desamparo fuera menos, que así me libertaría de una solicitud, que tanto me mortifica.
Por tanto A V.E. pido y suplico se sirva acceder a mi solicitud…”
María Guadalupe Cuenca de Moreno. Nada de riqueza para la mujer de Mariano.
 
“Manuel Belgrano murió el 20 de junio de 1820, el día más anárquico del anárquico año 20. El patólogo Sullivan, a cargo de la autopsia, señaló que le sacó gran cantidad de agua; encontró un tumor en el epigastrio derecho; el hígado y el bazo aumentados; los riñones desorganizados, los pulmones colapsados, el corazón hipertrofiado…”

El General Manuel Belgrano dejó dos hijos. Pedro Pablo Rosas Belgrano (Rosas por adopción de su tío, Juan Manuel) concebido con la señora María Josefa Ezcurra. También con María Dolores Helguero concibió. En este caso María Mónica Belgrano. Manuel Belgrano no dejó dinero. Sus viudas (amantes) no heredaron.
 
“…Después de que muriera, Ramírez fue decapitado y su cabeza, embalsamada, conoció en Santa Fe el escarnio público. Su amada logró volver a Arroyo de la China, donde lo sobrevivió por dieciocho años. Susana Poujol (La Delfina, una pasión) la imagina prisionera voluntaria, al final, de su archienemiga, la novia olvidada, Norberta Calvento, unidas ambas por el recuerdo y la soledad”.
Novia y amante de Pancho Ramírez enviudaron juntas. De mal modo, claro.
 
Yocasta, en la mitología griega, era reina de Tebas. Hija de Meneceo y hermana de Hipónome y Creonte. Para la tradición más antigua, su nombre era Epicasta. Se alude a ella en numerosas fuentes pero aparece como personaje especialmente importante de la tragedia de Sófocles: Edipo Rey. Siendo aún niña se casó con Layo, rey de Tebas, del cual tuvo un hijo. 
 
Un oráculo anunció a Layo que su propio hijo lo mataría, por eso éste mandó matar a su hijo y echarlo a las fieras, pero Yocasta no llevó a cabo la orden de su marido. El Rey de Corinto acogió al hijo de Layo y lo crió como si fuera su propio hijo. Le llamó Edipo
 
Más tarde, Edipo abandonó Corinto para dirigirse a Tebas y en un incidente en el camino, mató a su verdadero padre, Layo. Después de que Edipo hubiera derrotado a la Esfinge, que asolaba Tebas, la viuda Yocasta se casó con él, que desconocía su verdadero origen, y tuvieron varios hijos: Polinices, Eteocles, Ismene y Antígona
 
Más tarde, Yocasta supo que su marido era, en realidad, su hijo. Por ello se suicidó. Esta leyenda dio origen a una de las tragedias griegas más conocidas, la cual, a su vez, da origen a la denominación Complejo de Edipo que se utiliza en psicología. Una viuda como corresponde a sus tiempos: verdaderamente trágica. Tal vez la más.
 
El general Alcibíades le dijo que cómo soportaba a Xantipa siempre injuriándole; Sócrates le contestó: "Pues lo mismo que uno se acostumbra al ruido continuo de una polea de pozo, como tú aguantas el graznido de tus gansos"; 
 
"Pero -le interrumpió Alcibíades- me dan huevos y crías"; 

"También me da a mí Xantipa hijos" -terminó el filósofo-. 
 
La mujer, merced a la cicuta, enviudó del padre de buena parte del pensamiento occidental. Unas minas proveyeron buen sustento.
 
María Estela Martínez de Perón (La Rioja, Argentina, 4 de febrero de 1931), conocida popularmente como Isabelita o Isabel Perón, fue Presidente de la Nación Argentina y la primera mujer presidente en el mundo (si bien hubo previamente mujeres que tuvieron títulos de reina o de primera ministra). Asumió el 1º de julio de 1974 por su condición de vicepresidente, tras la muerte del presidente Juan Domingo Perón, su esposo. Fue depuesta el miércoles 24 de marzo de 1976 por un golpe de estado militar que dio origen al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y que la mantuvo detenida ilegalmente varios años. 
 
Al ser liberada en 1981 se radicó en España, donde vive desde entonces. A comienzos de 2007, a raíz de la apertura de causas judiciales por asesinatos políticos realizados durante su gobierno, fue presentada una solicitud de extradición en su contra. Una viudez sin halagos, un destino equívoco. Un incierto lugar en la historia. Aún se niega que ejerciera el cargo.
 
“Se te va a aparecer la viuda…” En Santiago del Estero, según Feijóo, se presenta como una mujer alta, delgada, y se la ve por los puentes, en los caminos, por los lugares más apartados y siempre de noche. O bien en las mismas calles de la ciudad, siempre a mitad de cuadra, parada, como si esperara a alguien, o como si viviera en el aire, sin importarle a nadie, aunque mostrando sus sonrisas a los hombres, no a las mujeres, a las que aborrece y esquiva con andar ligero. Y cuentan que hasta llega a acompañar a los hombres o se cruza de improviso por delante de toda persona, produciéndole el consiguiente espanto. A los chicos se los amenazaba con la viuda si no se portaban bien o no querían dormirse. En todo caso: es una leyenda que tiende a desaparecer. Ya la frase de referencia entró en desuso.
 
¿Cómo sería la historia contada por las mujeres de Belgrano, la de Sócrates, la amante (Delfina) y la mujer que no fue (Norberta Calvento)? Sabemos de la miseria de la mujer de Moreno. Nos dividimos al mencionar a “la chabela”, ni su cárcel  ni su ostracismo nos conmueven hasta el perdón. La mujer de Lennon, como la de el Che, se empeñaron en frenar su vida, clavada en ése instante. El de la viudez. La de Borges recorre el mundo. La de Piazzolla cuida detalles de la fundación.
 
No hay viuda que  no se dedique a lo único que sabe, o cree saber: cuidar la memoria de su marido. Es su claro y verdadero destino, el que nadie les niega.
 
Subirse a la memoria de sus maridos está bien. Manejar el destino de todos es otra, otra cosa. Para el carné de conductor no hay portación de apellido. O, acaso, no debería.
 
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(*) Testigo.

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