Así no, senador Pichetto

POR EDGAR MAINHARD (*) Algunas inexactitudes del senador nacional Miguel Ángel Pichetto (PJ-Río Negro), obligan a solicitarle que no hable por hablar porque eso es de necio, y él no lo es.

Miguel Ángel Pichetto es un inteligente justicialista rionegrino, que vive la impotencia de que los justicialistas rionegrinos nunca pueden ganar el gobierno provincial.

Es decir, Pichetto, un abogado de instintos veloces y capacidad dialéctica, pertenece a una clase dirigente que no logra convencer a la mayoría de sus comprovincianos que ellos pueden asegurarle un futuro mejor.

Desde 1983, la UCR gobierna Río Negro, y eso ha marcado a Pichetto y a los otros dirigentes del PJ provincial, incluyendo a Carlos Soria, quien fue secretario de Inteligencia de Estado con Eduardo Duhalde hasta que intentó que lo votaran gobernador, y fracasó.

Antes de ser senador nacional -en acuerdo con Soria para reducir la puja interna en el PJ rionegrino-, Pichetto fue diputado nacional, integrante del Consejo de la Magistratura de la Nación, donde cumplió una actuación interesante, y antes resultó un menemista convencido.

Pichetto creía en muchos de los objetivos políticos de Menem, y por eso muchos temieron que con el arribo de Néstor Kirchner al poder, se promoviera el reemplazo de Pichetto como presidente del bloque de senadores del PJ. Pero Pichetto logró sobrevivir.

Es evidente que Soria, y probablemente Miguel Ángel Toma, le han pedido a Pichetto una ayuda intelectual y por eso fue al programa A Dos Voces, por TN, a defender la causa de la Side y de Jaime Stiusso, el Sirio.

Pero nada de esto le obliga a Pichetto a mentir, y a mentir con descaro. Peor aún: a mentir de forma que él queda en ridículo, cuando es innecesario que a esta altura de su trayectoria política tenga que desnudarse como un hipócrita.

Pichetto dice que el presupuesto de la Side aumentó durante el año 2003 porque hubo una devaluación y, entonces, la Side, que según él tiene muchas operaciones en el exterior, debió aumentar sus erogaciones ahora que el tipo de cambio estaba 3 a 1.

Sin embargo, Pichetto ignora, o pretende ignorar, que esa Side en teoría tan importante en sus operaciones en el exterior, ni siquiera tiene un traductor de farsí. Es decir que la Side que tenía tanto dinero nunca pudo contratar un traductor de farsí cuando investigaba a Irán como una hipótesis de promotor del terrorismo en la Argentina.

¿Qué operaciones en el exterior tenía la Side más importante que contratar un traductor de farsí? No resiste análisis lo que dice Pichetto frente a un ejemplo tan concreto.

La verdad, estimado Pichetto, es que la Side ha sido y es una herramienta de financiación de la política doméstica, y el resto es mentira. Por lo tanto, Pichetto debe ser más cauto en sus apreciaciones. No sea que U24 se vea forzado a buscar otros ejemplos prácticos de por qué no fue cierto lo que él sostuvo en A Dos Voces. Mentir está bien para un Miguel Ángel Toma. Pero hay quienes tenían mejores expectativas sobre Pichetto.

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(*) U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.

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