Malvinas: Llamativa soledad de la diplomacia argentina

La relación con Hugo Chávez Frías no logra ocultar el llamativo aislamiento regional de la Argentina K. Más allá de las excusas diplomáticas, lo concreto es que tanto Chile como Uruguay tuvieron gestos para con el Reino Unido en la conmemoración del final de la Guerra de Malvinas, que demuestra que algo no funciona en la diplomacia criolla. La prensa chilena lo ha relatado así:

POR CAROLINA MIRANDA (*)

Luego de que Argentina expresara a Chile su malestar por la presencia del embajador chileno en Gran Bretaña, el DC Mariano Fernández, en un acto de conmemoración del "Día de Liberación" de las islas Malvinas, festividad establecida para el 14 de junio luego de la invasión de la dictadura militar trasandina en 1982 al archipiélago, la Cancillería nacional debió ayer salir a reiterar que La Moneda "respalda los legítimos derechos de soberanía" de Buenos Aires en el Atlántico Sur.

A través de un comunicado de prensa, el gobierno de Chile expresó su confianza en que Argentina y Gran Bretaña alcanzarán "una pronta solución en la disputa de soberanía sobre dichos territorios, de conformidad con las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos".

Esta posición chilena ha sido expresada -recordó el texto- en el Comité de Descolonización de la ONU, instancia donde se aprobó una resolución presentada por La Moneda, que "recomienda a Argentina y el Reino Unido que reanuden las negociaciones sobre la soberanía de las islas", pues "la solución pacífica y negociada de la especial situación de las islas Malvinas es el único camino que cabe seguir frente a esta materia".

En la misma línea, Chile patrocinó -durante la Asamblea General de la OEA en junio- una resolución que "reitera la necesidad de que los gobiernos de la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte inicien cuanto antes las negociaciones sobre la disputa de soberanía".

La molestia de la Casa Rosada con Fernández, que es uno de los nombres que se ha mencionado en círculos políticos como carta de reemplazo de la ministra Soledad Alvear si ésta sale del gabinete para una interna presidencial, fue expresada por el canciller argentino, Rafael Bielsa, a RR.EE. durante la visita que realizó la semana pasada a Santiago.

En la ocasión, el jefe de la diplomacia trasandina manifestó a la administración Lagos su "desagrado" por el incidente, así como la preocupación que hay en Buenos Aires por la creciente relación económica, cultural y social que mantienen los kelpers con Punta Arenas.

Bielsa, además, pidió explicaciones al gobierno de Uruguay, pues el cónsul de ese país en Londres, Carlos Betancor, también participó en la recepción que se desarrolló el 17 de junio. De hecho, el canciller uruguayo, Didier Opertti, explicó ayer que el diplomático fue "observado" con "foja de servicio negativamente", pues "no debió asistir" a la recepción.

El hecho tampoco dejó indiferentes a los parlamentarios trasandinos, quienes decidieron la opción de emitir un pronunciamiento contra este tipo de situaciones. Mientras el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Jorge Argüello, señaló que éste es un "episodio difícil de entender", el integrante de similar instancia en el Senado, Rodolfo Terragno, explicó que "no correspondía" que diplomáticos asistieran a la conmemoración del "Día de Liberación" de los malvinenses.

No obstante, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Argentina, Roberto Bendini, de visita en Chile, afirmó que a su institución no le molestó el hecho de que diplomáticos chilenos y uruguayos asistieran al acto realizado en junio en Londres.

Tras reunirse con el comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, que le entregó la condecoración Cruz de la Victoria, Bendini aseguró que "en el Ejército no hubo ningún tipo de malestar, se lo aseguro yo".

En este contexto y consciente de que los vínculos bilaterales atravesaron -a raíz de la crisis del gas- difíciles momentos, La Moneda decidió realizar un nuevo gesto hacia la normalización de las relaciones y su preocupación por los países de la región.

A ellos se sumó también la decisión del gobierno de impedir que el buque británico "Leeds Castle", que opera en Malvinas, recalara en Puerto Montt y Punta Arenas, determinación que provocó la molestia del embajador de Gran Bretaña en Chile, Richard Wilkinson

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(*) La Nación, La Tercera, Santiago de Chile, 2004.

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