Aumento del salario mínimo: ventajas y desventajas

El aumento del salario mínimo afectará al 4% del total de los trabajadores, no implica una redistribución de los ingresos ni se acerca al valor de la canasta básica. Algunos sectores creen que fortalecerá la demanda y otros creen sólo sirve para aumentar el trabajo fuera de la ley.

Después de 13 años el Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo se reunió el 26 de agosto pasado con 12 representantes de la CGT, un metalúrgico y tres de la CTA, donde acordaron el aumento de $100 en el salario mínimo hasta $450, una medida que beneficiará a un 4% del total de los trabajadores y alrededor del 9% del empleo registrado total.

El anuncio oficial fue realizado por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aunque no contó con el apoyo de los gremios estatales, de algunas entidades agropecuarias y de otras agrupaciones de pequeñas y medianas empresas.

Por parte del empresariado, Eduardo Buzzi, de Federación Agraria Argentina, y Carlos Heller, de la Central de Entidades Empresarias Nacionales, se abstuvieron a la medida de aumentar los $100, mientras que fue aprobada por otros 13 representantes del sector. También se destacó la ausencia de los representantes de la Sociedad Rural Argentina, entre ellos Luciano Miguens, a la hora de levantar las manos en el conteo de los votos en el marco del plenario del Consejo.

Según el Consejo de Ciencias Económicas, los aumentos salariales apuntan a fortalecer la demanda del mercado interno, la cual se vio deteriorada como consecuencia de la desaceleración que tuvo la actividad económica en los últimos meses, según el Informe Económico de Coyuntura de la entidad. Sin embargo, algunos economistas sostienen que la medida no garantiza una redistribución de los ingresos ni la reactivación del mercado, teniendo en cuenta la baja productividad de la economía, y tampoco llegará a cubrir el costo de la canasta básica que requiere una familia tipo para sobrevivir.

Los sectores más descontentos con la resolución consideran que una de las consecuencias de aumentar los ingresos puede ser incentivar la contratación en negro, ya que de acuerdo a las anteriores experiencias de incremento de sueldos, tres cuartos de los puestos de trabajo directamente afectados lograrán mantenerse en la legalidad pero unos 80 mil puestos de trabajo se incorporarían al segmento del empleo no registrado.

Una de las posibilidades es que los trabajadores calificados, contratados por las empresas más grandes y de mayor productividad, si reciban el aumento fijado por el gobierno, pero en los puestos de trabajo de lugares más vulnerables o de empresas más chicas la medida puede dar lugar a un aumento de las contrataciones fuera de la ley, algo que se viene dando en las últimas dos décadas, pero que entre 2001 y 2003 pasó del 46,2% al 50,3%.

De esta manera, la incidencia del empleo no registrado en el sector privado aumentaría en poco más de 1 punto. Por ejemplo en el norte del país la mitad de los asalariados cobran menos que el antiguo valor del salario mínimo ($350) y el 70% del total de los trabajadores están contratados en negro.

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