Roggero y el PJ descerebrado

POR EDGAR MAINHARD (*) Interesante aporte de Humberto Roggero y del diario La Nación a la reconstrucción de la política en la Argentina.

Días atrás fui invitado a almorzar en el 5to. piso del edificio Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación por Humberto Roggero, quien deslizó off the record comentarios que, de alguna manera, reproduce hoy on the record el diario La Nación, en una entrevista de Martín Di Natale.

Resultó una agradable sorpresa que, en la sobremesa, arribara Juan Pablo Baylac, hoy también periodista en la FM Patricios, de Rafael Pascual, quien no sólo compartió los conceptos de Roggero, sino que comentaron que 2 noches antes habían cenado e intercambiado ideas acerca de la enorme crisis que afrontan el PJ y la UCR.

Hace 3 días, el escribano Pascual Rampi, es diputado nacional, y con lujo de detalles, relató una reunión en la Secretaría General de la Nación en días de Eduardo Bauzá, cuando Roggero -según Rampi- le dijo a los presentes que el justicialismo, así como estaba, no iba a ninguna parte: "Hoy día me siento un comunista en el peronismo", fue la frase que procuró ejemplificar su desorientación.

El peronismo se encuentra en crisis desde antes de la muerte de su fundador, Juan Domingo Perón, y siempre han resultado sus enormes contradicciones el condicionante de la situación.

Mario Eduardo Firmenich comenzó matando en nombre de Perón. Pero también José López Rega contrató a los mercenarios que integraban la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), en nombre de Perón.

Augusto Timoteo Vandor y José Alonso fueron asesinados por, supuestamente, faltarle el respeto "al General". Y Rodolfo Ortega Peña fue acribillado por "traidor al General". José Ignacio Rucci fue matado aparentemente presionarlo a Perón a que rectificara su rumbo.

En 1983, el justicialismo cobijaba a Ítalo Argentino Luder y a Herminio Iglesias. En un teatro de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, un joven prepotente encaró a Luder: "Isabel Conducción / Lo demás es traición", obligándolo a modificar su discurso. Se trataba del presidente del Ateneo Juan Domingo Perón, Néstor Carlos Kirchner, quien en el año 2004 rindió tributo a los detenidos-desaparecidos ordenando construir un Museo de la Memoria en el predio que le arrebató a la ESMA.

La contradicción quedó en evidencia en el PJ con la 'Renovación', de 1985. Inicialmente, Carlos Menem estaba en la 'Renovación' (por eso le pegaron en el hoy ex Teatro Odeón). Pero, antes, Perón había sido un defensor de María Estela Martínez de Perón. Luego, la 'Renovación' fueron Antonio Cafiero, José Manuel De la Sota, Carlos Grosso y José Luis Manzano.

En cualquier caso, Menem le ganó a los 'renovadores' en 1988, en nombre de la ortodoxia, pero luego los absorbió. Apenas llegó al poder, en 1989, Menem reinterpretó la ortodoxia y lanzó un programa pro-desregulador, pro-privatización y pro-capital privado que comenzó con la Ley de Reforma del Estado y concluyó con la Ley de Convertibilidad.

El justicialismo acompañó porque le interesa el poder, su lógica es el poder, se desconoce afuera del poder. La ideología del justicialismo, lamentablemente, ha derivado en el poder por el poder.

No siempre fue así. Y lo peor es que también la UCR imita hoy al PJ, y Raúl Alfonsín es su exponente más importante.

Por eso el justicialismo votó un día la intangibilidad de los depósitos y luego aprobó la expropiación de los depósitos bancarios.

Por eso el justicialismo aprobó la Convertibilidad y luego eliminó la Convertibilidad para imponer la pesificación asimétrica.

Por eso el justicialismo votó la Reforma del Estado y luego aceptó la Emergencia que ha suspendido la Reforma del Estado.

Se encuentra tan destruido hoy el justicialismo como partido político nacional que nadie quiere presidir al Consejo Nacional justicialista.

El partido en el poder se encuentra acéfalo, y hay que pedirle por favor al Presidente de la Nación que se haga cargo del PJ. En los '70, los justicialistas mataban por controlar la estructura partidaria.

El PJ es un conjunto de feudos, con opiniones muy diferentes entre sí. Lo único que los relaciona entre sí es su decisión de expoliar al Tesoro Nacional, exprimirlo hasta el último centavo.

Para ello no hay que realizar reformas políticas, no hay que cambiar el orden existente, no hay que debatir hacia adentro.

Y la UCR se encuentra peor porque corre peligro cierto de perder representación legislativa a partir del año 2007. Para dar una idea de la confusión: en Córdoba, Olga Riutort de De la Sota negocia con Rubén Martí, la figura más popular de la UCR, armar una lista conjunta.

A Néstor Kirchner no le importa la política. Tampoco es bueno gestionando el Estado, pero no importa. Lo que a Kirchner le gusta es mandar. No sabe muy bien para qué, pero su placer es ordenarle a Carlos Zannini decretos de necesidad y urgencia.

Y el ex comunista maoísta devenido en 'pingüino', cumple satisfecho de su misión.

Así, según el diputado nacional Mario Negri (UCR-Córdoba), de los 200 mensajes que el Gobierno remitió al Congreso hasta el 20 del mes último, 105 corresponden a decretos (donde prevalecen los de necesidad y urgencia -DNU- y de legislación delegada), mientras que los restantes 95 son proyectos de ley.

¿Qué dirá Miguel Bonasso, periodista devenido en diputado nacional, ahora que no sólo su mujer, Ana de Skalon, sufre el acoso sindical en el vetusto Canal 7 que debería haberse cerrado hace tiempo si no aceptaba modificar su contrato laboral, sino que descubre que al Ejecutivo no le importa el Legislativo?

Pensar que el diario Página/12, en el que escribía Bonasso en días de Carlos Menem (aunque Bonasso siempre fue amigo de Hugo Anzorreguy, por entonces jefe de la Side ¿o acaso siempre nos vamos a cagar en la historia?), decía que Menem era autoritario por el abuso de los decretos de necesidad y urgencia...

Negri detalla que el Poder Ejecutivo, merced a los decretos, ha ido ejerciendo facultades propias del Congreso.

U24 ya ha insistido en que los legisladores no tienen mandato popular para delegar facultades en forma permanente e indiscriminada. Y que, al menos, no deberían haberse aprobado incremento salarial ya que es evidente que trabajan menos.

Pero un poco de dinero arrojado a la mayoría de los diputados nacionales logra resultados asombrosos. Ya lo dice uno de ellos, Hugo Franco: "Me he llevado cada chasco aquí... Agarrás a cualquier valiente y lográs que te prometa apoyo para un proyecto pero luego por un miga y media, te deja en bolas en la Panamericana".

De todos modos, José María Díaz Bancalari se siente orgulloso de ser el presidente del bloque oficialista en el Legislativo. Sólo una persona de tan escasa capacidad de discernimiento puede sentirse orgulloso de algo semejante. Pero, al fin de cuentas, Díaz Bancalari es el candidato de Eduardo Duhalde a gestionar el PJ bonaerense que, todos saben, se manda desde Lomas de Zamora... En fin, no es un político serio y menos de convicciones. Tampoco de ideas, siempre celoso de que Jorge Matzkin es más inteligente que él y que Humberto Roggero tiene más predicamento en el bloque -aún hoy- que él.

El PJ bonaerense -gigante de media neurona- es el gran cómplice de Kirchner en el vaciamiento del Legislativo, a cambio de financiarle los robos al Bapro, las miserias de los intendentes y otras necesidades monetarias.

En el caso de Roggero, él cree que "hay una falta de claridad del rol de la Argentina en el mundo y sobre su modelo de producción. Falta armar una agenda de políticas de Estado", lo que permite que se consolide "un esquema de presidencialismo muy fuerte con enormes facultades delegadas por el Congreso, que vienen de la época de Cavallo, y todo ello generó un presidencialismo muy fuerte y un Congreso muy débil. Esto quita capacidad de debate y de decisión. Y cuando el Congreso delega facultades corre el poder de decisión a otro lado".

Juan Carlos Blumberg, por ejemplo, es un emergente del vacío de poder institucional que hay en la Argentina.

Y esta trascendencia de la protesta que va detrás de Blumberg es lo que inquieta a los políticos como Kirchner.

Si no hay Congreso, hay vacío de poder porque la República es tripartita. Y si la República no es tripartita, al menos no es la República de 1853.

Por eso tiene tanta razón Aldo Rico: hoy la Revolución es cumplir la Constitución Nacional de 1853 y recuperar el país federal.

Un reproche a Roggero: no haberle explicado a La Nación el interesante concepto de que se murieron los políticos, sólo hay candidatos. Pero, a decir verdad, es una idea original de Baylac. En cualquier caso, hay otra entrevista para hacer.

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(*) U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2004.

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