La deuda y las versiones desde el exterior

Más allá de la publicación en el Financial Times que indica que la Argentina está por renegociar su deuda, lo cierto es que la política nacional no debe prestarse a manejos de grupos extranjeros, que intercambian elogios o reproches, según la conveniencia del sector. Al respecto, U24 reprodujo una nota publicada en la sección opinión del diario platense Hoy.

Se sabe de la cercanía de grupos de medios poderosos del exterior con sectores económicos e ideológicos. Más aún los diarios especializados en finanzas, que tienen muy claro cuál es el segmento al que representan.

Hace poco circuló la versión, también desde afuera, de que el actual ministro de Economía abandonará su cargo en enero de 2005. El Palacio de Hacienda respondió a las versiones argumentando que grupos mediático-económicos intentan generar confusión y entorpecer, con esas afirmaciones, el proceso de negociación de la deuda.

Ahora, es el británico Financial Times el que dice que el país está por renegociar su deuda, en tanto que analistas de Wall Street y bonistas consultados por el mismo diario señalaron que Lavagna logró "desgastar" a los acreedores.

Idas y vueltas, versiones que muchas veces faltan a la verdad bajo un velo de "credibilidad" mayor que la que en apariencia gozan los medios de EEUU o de la Unión Europea.

El diario otorga el crédito de la negociación al ministro de Hacienda. Y en esa línea sostiene que su arma más efectiva ha sido el tiempo, ya que, con la demora de más de tres años en las tratativas, ha "desgastado a muchos bonistas".

"Los fondos de inversión se cansaron de ver que los informes mensuales sobre bonos argentinos no arrojaban ninguna ganancia", se dice en la nota. Y que los responsables de los fondos no pueden justificar tantos meses de demora.

El punto es que, de una vez por todas, la política argentina no debe prestarse a manejos de grupos extranjeros, que intercambian elogios o reproches para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Desde afuera se podrá exponer la opinión de los acreedores, y analizar el comportamiento del Gobierno argentino según sus propias visiones.

Pero deben ser el Presidente y sus ministros los que fijen las políticas a seguir y tracen los objetivos, para que no resulte factible la manipulación de la opinión pública. Y para que los de afuera se den cuenta de que la postura no es manipulable.

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