Si el peronismo no debate, se muere

"Si no reaccionamos a tiempo, la sociedad nos castigará. A la clase media no le gusta empobrecerse. Y menos a los pobres tener un horizonte de pobreza permanente", Humberto Roggero.

El hombre se llama Humberto Jesús Roggero, es diputado nacional PJ-Córdoba, representa a la localidad de Río Cuarto, y es imposible para el cronista, sentados frente a frente en la oficina del edificio anexo de la Cámara de Diputados, ignorar que su interlocutor volvió de la muerte. El sábado 28 de julio de 2001, cuando Roggero tenía 50 años, volcó cuando conducía por la ruta nacional 143 con destino a San Martín de los Andes, Neuquen. El accidente ocurrió en La Pampa y, por diversas complicaciones, no fue fácil, para los médicos del hospital Lucio Molas, mantenerlo a flote. La emergencia le quitó la presidencia del bloque PJ de diputados nacionales, pero José Manuel De la Sota lo mantuvo en la lista para asegurar su reelección, y la vida le brindó una impronta propia de quien habla más allá del presente. En el interín fue embajador en Italia.

Roggero no es José María Díaz Bancalari, su sucesor al frente del bloque PJ. Las comparaciones son odiosas pero es difícil imaginar a Roggero aceptando sin chistar las iniciativas del presidente Néstor Kirchner. Además, Díaz Bancalari no resulta –a ojos de Edición i- un político con hábito de lectura y capacidad de reflexión. En verdad, el PJ bonaerense que lidera Eduardo Duhalde no ha promovido una propuesta cultural interesante, pese a las ínfulas de Luis Verdi, asesor cultural del ex senador nacional a cargo de la Presidencia. Sus virtudes pueden ser otras pero jamás protagonizarán un "brainstorming" interesante.

Ni siquiera una diputada nacional como Graciela Camaño de Barrionuevo se ha exhibido muy creativa en los días recientes, donde el recato y la prudencia se mezclan con la autocensura cuando el PJ precisa, con desesperación, discutir su identidad que no es la que emergió del encuentro de eunucos llamado Congreso de Lanús.

Roggero no es Edgar Morin ni Jean-Francois Revel, pero se atreve a practicar en el peronismo la metodología de la "duda cartesiana" y con eso basta para diferenciarse de muchos. Por ejemplo, días atrás advirtió que la institución Poder Legislativo se encuentra "muy débil", con una "baja capacidad de debate y decisión", y calificó de "autoritarios" a algunos gestos del Gobierno de Néstor Kirchner. Roggero consideró que hay una "visión reduccionista" del Congreso, que debilita a la República.

No abundaron las opiniones que compartieran estos conceptos que exponen una grave situación imperante por el avance del "presidencialismo" que procura imponer el "populismo autoritario" como ideología nacional.

No hay muchos legisladores nacionales que cuestionen que Kirchner gobierna por medio de decretos. De lo contrario no se habría producido que 105 de los 200 mensajes enviados por el Presidente al Congreso hasta el 20 de agosto, corresponden a decretos o de necesidad y urgencia o de legislación delegada, mientras que los otros 95 son proyectos de ley.

En fin... un fragmento del diálogo con Roggero:

-La opinión pública no cree más en la política. Cualquiera que cuestione la política, gana. Y si perdió una batalla "el que se vayan todos" fue a base de caos y una treintena de muertos, y no perdió aún la guerra. Entonces, ¿cómo mejorar la política en la Argentina?

-Con un salto de calidad. Hay que tomarse el trabajo de repensar al país en el mundo. Tenemos que conocer cuáles son las posibilidades y potencialidades. Cuál es el marco estratégico. Para qué queremos tener una Nación. Y fortalecer las instituciones. Nada de todo esto es fácil. Y a muchos les disgusta aquello que no resulte sencillo e inmediato.

-Pero un político profesional debería comprender que se le termina la profesión... ¿Por qué la política no reacciona frente al abismo?

-Porque todo es corto plazo. Y porque la política no escribe más la agenda de la Argentina. Lamentablemente, la están armando los intereses sectoriales e individuales.

-Algunos especularon con que esto podría cambiar a partir de una reforma política, varias veces prometida pero nunca concretada. ¿Ayudaría o no semejante decisión?

-No. Ninguna reforma política puede circunscribirse a los sistemas electorales. La política no puede convertirse en los instrumentos de la política. La política sólo se reconstruye desde la idea. Si no se piensa y, luego, se actúa en consecuencia, ocurre lo de hoy día, que se va de crisis en crisis. En verdad, la dirigencia política debe incorporar, a la ingeniería electoral, la construcción del modelo de país que defina.

-Ud. acaba de decirlo: de crisis en crisis. ¿Por qué vivir semejante maldición?

-La política definió su identidad, que es su historia, pero le cuesta definir la utopía, que es el futuro. Una política sin utopía sí que es una crisis.

-Entre los problemas de la política hay otro capítulo: el de la crisis del justicialismo. Considerando que el PJ gobierna la Argentina pero, a la vez, se encuentra acéfalo o sea sin gobierno, todo resulta sórdido... ¿Qué está ocurriendo?

-El justicialismo, tal como le ocurre a la UCR o a los otros partidos políticos con representación parlamentaria, se ha reducido a la pelea por los liderazgos, al ejercicio del poder, y a los perfiles de las encuestas. El peronismo nunca resolvió la pobreza repartiéndola. Siempre la combatió a través de la riqueza y de la dignidad.

-¿Dónde comenzó esta realidad del peronismo?

-El peronismo quedó atrapado entre los extremos del péndulo. Por ejemplo, en la crisis de la década del ’80, la única alianza posible para la recuperación de la Nación fue con el PJ como base. En 1989 se articuló una fuerza muy heterogénea pero que logró la gobernabilidad. El grave problema era la ingobernabilidad, potenciada por la renuncia de Alfonsín. Más tarde, cuando las ideas políticas tuvieron que separarse, la verdad es que muchos funcionarios, militantes y dirigentes quedaron mimetizados en el PJ, cuando no eran peronistas. El caos fue imparable.

-Hasta hoy todo sigue igual. El PJ votó la intangibilidad de los depósitos bancarios, y luego aprobó la expropiación de los depósitos . Votó la convertibilidad y luego la pesificación asimétrica. Privatizó y desreguló y ahora reestatiza y re-regula. No se ofenda pero es difícil explicarlo e imposible entenderlo...

-La heterogeneidad y la heterodoxia calma las internas. Probablemente haya sido el disparador de ese comportamiento. Pero el peronismo necesita un debate de pensamiento muy intenso. Ese intercambio de ideas es necesario para asegurar la supervivencia del PJ. Volver a postergarlo o impedirlo puede ser peligroso.

-¿Cuál es la agenda mínima de ese debate doméstico del PJ?

-El desarrollo independiente, el nuevo rol del Estado y redefinir la justicia social en el siglo 21.

-¿Qué es el desarrollo independiente? ¿Vivir con lo nuestro?

-No, el "vivir con lo nuestro" es un reduccionismo. Es la búsqueda y definición de una estrategia nacional de desarrollo y crecimiento en el mercado global. Porque la globalización existe y es tan real como la necesidad de no desintegrarse en ella.

-¿Y la justicia social hoy qué es? ¿Planes Jefas y Jefes para todos? Disculpe pero con este Gobierno creció la brecha entre ricos y pobres y hay una cantidad récord de desocupados y recibiendo subsidios, a la vez que el gasto público es el más elevado que se conozca. Y no alcanza.

-La pobreza se resuelve creando riqueza y distribución correcta. Nosotros, los peronistas, hemos cometido el error de utilizar las políticas transitorias de reparto para paliar el hambre como si fuese una política social estable. Si no reaccionamos a tiempo, la sociedad nos pasará una factura por semejante confusión. A la clase media no le gusta empobrecerse. Mucho menos a los pobres tener un horizonte de pobreza permanente.

-Permítannos disentir. Hay muchos dirigentes justicialistas que se solazan con la pobreza porque les otorga más poder sobre las personas, a bolsón de comida limpio.

-Permítanme reiterar la necesidad de un salto de calidad en la política y en los políticos. La política, y los políticos, deben pensar cómo recupera la autonomía de decisiones, y para qué la quieren. Insisto en considerar los dos conceptos tan diferentes (estrategia nacional y mercado global), como elementos de una misma necesidad. El político debe volver a sus orígenes de armonizador de desequilibrios.

-Lo presenta como soplar y hacer botellas...

-No, lo presento como algo posible en base al respeto mutuo, a entender las necesidades del país y a la posibilidad de pensar en conjunto. Ahora... si no podemos pensar en conjunto, entonces sí que estamos complicados...

-Mire, para empezar tenemos un Estado que podrá aportar más bien poco a todo eso...

-Tenemos un Estado débil porque se quiere que sea débil. Nuestro Estado es grandote y débil. Y como sociedad hemos renunciado a la capacidad de investigación autónoma direccionada en temas estratégicos, supuestamente por un problema de recursos cuando el gasto público es creciente y mal distribuido.

-Hay quienes dicen que se precisa otra reforma constitucional porque quedó un sistema que, a todos los problemas , se le agrega que con el distrito único que sustituyó al Colegio Electoral, entre la 3ra. y la 1ra. Sección Electoral bonaerense eligen al Presidente de la Nación...

-No, mire... los actuales reformistas del sistema político-institucional son los antiguos cuestionadores que –habría que recordarles- decían que el país se iba a resolver con el distrito único. Esto no cambia por los instrumentos. O, al menos, los instrumentos no constituyen el tema de fondo.

-La Argentina siempre fue bipartidista. Ahora, con López Murphy y Carrió, ¿cambiará?

-No. Desde hace 50 años que se promueve el 3er. partido y nunca se ha logrado. Mientras fracasó la búsqueda del 3er. partido, de los otros dos, uno ha desaparecido y el otro está en una crisis casi terminal. No esperemos a que el 3er. partido nos salve, la solución comienza por pensar, y luego actuar.

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