Arrepentido se animó a denunciar a K

Un grupo de santacruceños reclamaban con las cacerolas la devolución del pago de asignaciones familiares cercenadas por un decreto de K, mientras se realizaba la Feria del Libro en su Provincia, donde Miguel Bonasso presentaba su libro. Fue entonces cuando K impartió la orden, correr a los caceroleros y aplastar su movimiento. El hecho sucedió el 26 de abril de 2002 y recién el 8 de octubre de este año, Mario César Oyarzo, integrante de la tropa K que siguió las órdenes de su jefe al pie de la letra, se animó a declarar. Oyarzo narró la organización de la emboscada, los elementos utilizados y la golpiza a los manifestantes aquella terrible noche mientras se sucedían los festejos en los jardines de la Casa de Gobierno con los entonces ministros Hirschler, De Vido y Copetti. Además agregó un dato importante, el día 27 de Abril, le pidieron que busque gente "para apretar, limpiar o lo que sea" al periodista Héctor López para quitele la grabación de una dura nota que le realizara a Bonasso, donde además podrían haber quedado registradas palabras de K, y de los funcionarios que echaron al periodista de la sala donde estaba Bonasso.

El 8 de Octubre, un arrepentido se sentó frente al fiscal Gabriel Giordano. Mario César Oyarzo, había decidido contar su participación en los hechos del 26 de Abril de 2002 cuando se emboscó a un grupo de personas que reclamaban con las cacerolas la devolución del pago de asignaciones familiares cercenadas por un decreto de Kirchner, que necesitaba mantener llena la billetera oficial de cara a sus pretensiones presidenciales.

Oyarzo narró al fiscal su relación con Raúl Copetti, con quien trabajaba. Copetti es quien maneja las finanzas del Frente para la Victoria y es esposo de la actual diputada nacional Silvia Esteban.

"Raúl, encargate de juntar a los muchachos para hoy a la noche y hagan lo que tienen que hacer", fue la orden del propio Kirchner realizada vía telefónica al celular de Copetti. Oyarzo estaba junto a él.

A la noche en la habitual reunión de los días martes en el Comando del FVS, los militantes y funcionarios responsables de agrupaciones y Unidades Básicas, escucharon las propuestas de la mesa.

Entre los presentes estaban funcionarios de segunda línea, algunos de ellos con actual función nacional como Julio De Vido en Obras Públicas y el Ingeniero Francisco López.

Juan Carlos Villafañe, intendente de la ciudad y hoy al frente de Vialidad Nacional en Santa Cruz propuso seguimientos y escraches a los sindicalistas docentes, Mónica Hirschler, actual funcionaria nacional en la residencia de Olivos, propuso un caos en el centro con rotura de cristales de negocios y automóviles para asustar a los caceroleros, Copetti por su parte sostuvo que su propuesta era la de Kirchner, correr a los caceroleros y aplastar su movimiento. Para ello contaba con el compromiso del actual directivo del INIDEP, Luis Barletta y Mario Vidal que cortarían el alumbrado público mientras que el jefe de policía Wilfredo Roque garantizase la zona liberada.

Roque es el actual jefe de la delegación local de la SIDE. Oyarzo narra la organización de la emboscada, los elementos utilizados y la golpiza a los manifestantes en la noche del 26 de Abril, junto a los posteriores festejos en los jardines de la Casa de Gobierno con los ministros Hirschler, De Vido y Copetti.

Los hechos son conocidos y están publicados como se hizo con el archivo de las actuaciones por parte de la Justicia provincial. Pero Oyarzo agrega un dato preocupante, el día 27 de Abril, le pidieron que busque gente "para apretar, limpiar o lo que sea" al periodista Héctor López y le quite la grabación de una dura nota que le realizara al escritor y periodista Miguel Bonasso, donde además podrían haber quedado registradas palabras de enojo del propio Kirchner, y de los funcionarios que echaron al periodista de la sala donde Bonasso presentaba su libro y negaba toda relación política con el entonces candidato.

Héctor López, es un periodista con tanta calle transitada y tan buen tipo que ni en el bajo mundo local alguien puede aceptar un contrato por su cabeza. No pasó más que de un afanoso y burdo seguimiento donde el propio López terminó confrontando con su seguidor.

En cualquier otro lugar esta denuncia de un arrepentido sería "la tapa" de los diarios, en el feudo es solo un comentario radial y de amigos. Pero informarlo es un deber y un derecho.

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