"Cuanto más amigo de Kirchner, mejor te va"

A continuación, una entrevista al economista José Luis Espert realizada por el diario La Mañana de Córdoba. Cabe destacar que Espert ha sido en los últimos años revulsivo para el pensamiento conformista. Antes de la convertibilidad, sus pronósticos poco ortodoxos sobre el futuro de la economía le trajeron notoriedad pública.

Dijo que volvimos a la más rancia forma de capitalismo corporativo.
decadente. Pronosticó un amesetamiento en el crecimiento a fines de 2005.
José Luis Espert inició su carrera como economista en el estudio de Miguel Angel Broda en Buenos Aires, como analista de programación monetaria y luego como economista jefe. Posteriormente fue econometrista en el Estudio Arriazu y socio de José María Dagnino Pastore y Adolfo Sturzenegger en la consultora Econometrica SA. Durante esos 10 años, su trabajo profesional se enfocó en la investigación macroeconómica y el análisis de la realidad económica de
Argentina.

En los últimos años, Espert ha combinado sus actividades de investigación, asesoramiento macroeconómico y enseñanza con una participación activa en diversos medios periodísticos de Argentina y el mundo.

En diálogo con LA MAÑANA, el economista analizó qué se puede esperar de la economía argentina en los próximos meses.

-¿Qué va a pasar con la renegociación de la deuda. Será exitosa?

Todo indica que Argentina va a terminar en los próximos seis meses su
proceso de reestructuración de la deuda. Ahora, vamos a ponerle precisión a esto: cerrar exitosamente la reestructuración de la deuda es una cuestión de definir cuál es el porcentaje de adhesión que define el éxito. Porque algún porcentaje entre cero por ciento y ciento por ciento la Argentina va a tener. Ahora, el porcentaje de adhesión que define el éxito es 90 por ciento, quizás 85 por ciento. Cualquier porcentaje por debajo de eso indica que Argentina no reestructuró exitosamente. Cuando decimos que todo indica que va a haber reestructuración, decimos que el porcentaje de adhesión va a
ser alto, pero nadie sabe si llega a 85 o 90 por ciento, que es el
porcentaje que indica que el canje es exitoso.

-¿Hay chances de que Argentina logre eso?

Y... va a tener que mejorar un poquito la propuesta, y eso no está claro.
Vamos a suponer entonces que se la mejora y después quedamos con una deuda pública de más de cien puntos del producto o quizás de 90 puntos del producto y todo eso después de una reestructuración exitosa. ¡El doble de la deuda previa al default! Entonces uno puede decir que la nueva deuda pública es el doble de la que teníamos antes de que cayera la convertibilidad pero es más pagable porque es altísima pero el tipo de cambio está muy depreciado. Pero yo puedo decir que antes teníamos una deuda que era mucho más baja y entonces el tipo de cambio estaba muy apreciado. En otros términos, la capacidad de pago no ha cambiado demasiado, al parecer. Si uno calibra bien, antes de la devaluación la deuda pública baja con un tipo de cambio más apreciado que el actual, es probable que no estemos muy diferente en cuanto a capacidad de pago.

-¿Qué tipo de "efectos residuales" dejará el default para Argentina una vez que se normalice el pago de la deuda?

En alguna medida, si usted quiere, que la deuda quede en niveles altísimos aun después de una reestructuración exitosa le resume la cantidad de heridas que le deja al país. Argentina quedó golpeada y para que los capitales vuelvan a fluir como venían en la década del '90 va a pasar mucho tiempo.

-¿Hasta cuándo seguirá el país creciendo a la tasa explosiva que lo hace actualmente?

Una vez que Argentina llegue al PBI del año 1998, cosa que puede ocurrir a partir de, probablemente, fines de 2005, la situación se amesetará. Es probable que allí encontremos el producto bruto de Argentina de mediados del '98, cuando se inició la recesión. Esto es un poroto grande como una casa para la administración de (Néstor) Kirchner. Va a haber logrado poner la economía argentina en sólo dos años a niveles previos a la recesión. Ahora, crecer más allá de esto... cuesta.

-¿Y el plan económico es sustentable a mediano plazo?

La gran pregunta no es si este plan explota o no. Este plan, desde el punto de vista financiero-macro, es muy poco explosivo, como sí lo era la convertibilidad. Pero la pregunta con este plan es cuánto se puede crecer a tasa alta y sostenidamente alta por cierto tiempo y ahí está la gran duda.

-Desde un aspecto conceptual, ¿qué tipo de modelo se está llevando adelante?

Hemos vuelto a la forma más rancia del capitalismo corporativo aplicado en el último medio siglo de decadencia. Vos sos amigo del poder y va el
presidente a tu fábrica, corta la cinta el jefe de Gabinete, te dan un
crédito blando de ésos que sólo Dios sabe cuándo lo pagas. Hoy el mensaje es: cuanto más amigo del señor Kirchner sos, mejor te va. Y eso no es reglas de juego claras.

-¿Y los sectores exportadores deberán resignarse a las retenciones?

Las retenciones no deberían haber sido creadas. Ahora, cómo hace para sacarlas si el presidente dijo durante tres años que son para el Plan Jefes y Jefas. Y una vez que las puso nunca debería haber dicho que es para financiar ese plan. Pero estamos frente a un gobierno típicamente peronista, para el cual el campo es una manga de oligarcas que se rasca el ombligo de sol a sol. Obviamente que están equivocados. El campesino trabaja como un esclavo. Es una cuestión atávica, más allá de que estemos ante una versión del peronismo medio montonera, para el cual el ánimo de lucro está mal visto, ¿no? Ni hablar si el lucro viene del agro. No nos olvidemos: para el agro, Perón fue una pesadilla. Parte de esta industrialización trucha que hizo Argentina en el último medio siglo fue financiada con la renta agropecuaria a través del IAPI. Hay que recordar que Perón le expropió la renta al campo a través del IAPI comprándole a precio vil el grano que a nivel internacional valía dos o tres veces más. Así se industrializó la Argentina.

-¿Se puede esperar con este esquema avances en las negociaciones con la Unión Europea y Estados Unidos para conseguir más mercados?

La postura argentina frente a la OMC, ALCA o lo que sea es una verdadera vergüenza. Hecha por gente que ha leído mucha filosofía política pero de economía no entiende nada. Ir a pedir como víctimas la eliminación de subsidios al agro cuando nosotros castigamos al campo con retenciones es un absurdo. Se dan vuelta y se nos ríen en la cara.

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