Por qué nos gusta el sexo el lugares raros

El auto; el baño de un avión; la cama de otro; la playa; y una larga lista de etcéteras. ¿Por qué resulta tan tentador tener sexo en lugares poco habituales? La sexóloga Sandra Lustgarten habla sobre “el encanto de exceder los límites”.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (DeSexus.com). El auto; el baño de un avión (o un micro de larga distancia); la cama de otro (ese otro puede ser incluso papá); la playa; las escaleras de un edificio (público o no); el ascensor; el probador de ropa; el vestuario; la pileta; el pelotero; el McDonalds; el estudio de Showmatch. La lista sigue.

¿Por qué resulta tan tentador tener sexo en lugares poco habituales? ¿Dónde reside el atractivo de llevar el rito sexual a sitios donde podría ser descubierto? ¿Es eso lo que provoca excitación?

Una encuesta recientemente realizada en Estados Unidos por el fabricante de preservativos Trojan mostró que el 48% de los que participaron sintieron más excitación teniendo relaciones en un auto. Otro tanto (33%) señaló que “la cama de otro” es ese lugar donde el entusiasmo erótico alcanzó su pico.

¿Por qué no figuran allí respuesta como “mi casa”, “mi alcoba” o “mi cama”?

Para hallar la respuesta, o al menos ensayar alguna, DeSexus.com consultó a la sexóloga y escritora Sandra Lustgarten quien consideró como “lógicas” las respuestas del comienzo.

“Lo prohibido, lo transgresivo es lo mas atractivo, de hecho todo aquello que despierta la curiosidad morbosa entendido como perversión impone un grado de erotismo que incrementa el deseo”, nos explica la especialista. “Exceder los limites provoca ese estimulo que falta en la intimidad”, enfatiza.

La psicóloga asegura que en la transgresión de lo previsto está el “encanto”. “Transgredir las normas suele tener su encanto, jugar con lo prohibido o ser descubierto que linda con lo peligroso, todo esto aumenta la adrenalina en el sexo“, remarca.

¿Pero todos sienten esta curiosidad de experimentar en lugares poco habituales? No. La licenciada Lustgarten nos avisa que hay que tener un psiquis especial. “Existe la necesidad de tener un tipo de personalidad particular para que estas cosas estimulen” y que por el contrario “hay personas que la lujuria sexual la colocan en otro lado y elijen la privacidad de la intimidad o lo que para en este caso es considerado rutinario.”

Una de las respuestas más llamativas de aquella encuesta fue “la cama del otro”. Esto estaría relacionado con una cuestión que tiene que ver con la presencia de un tercero y emparentado a situaciones de la niñez. “Ser observado tiene que ver con la escena triangular de la infancia. Hay cuestiones infantiles que se fijan en ciertas etapas y repetirlas en la adultez provocan placer“, explica la sexóloga.

En este punto, la especialista vuelve al tema de las particularidades psicológicas de cada individuo. “Cuando digo que hay que tener un perfil me refiero a que un voyerista goza de ver la escena sexual de otros, un exhibicionista siente placer experimentando sexo en lugares donde puede ser visto. No todos sienten atracción por este tipo de juegos sexuales, sino aquel que tenga un estereotipo típico de personalidad”.

El efecto de los medios. La licenciada Lustgarten también pone foco sobre los medios de comunicación y su efecto sobre la sexualidad. “El hecho de que en la actualidad los medios provoquen con tanto exhibicionismo sexual, es un agregado para las respuestas, donde lo que se intenta es estimular la libido, a modo de ejemplo la persona que tiene cierta característica perversa puede sentirse atraído, sin embargo otros con otros perfiles no se sienten estimulados sino que elijen otras modalidades sexuales mas caseras, todo depende de muchas variables, sociedades, culturas, experiencias, etc.”

*Sandra Lustgarten es Licenciada en Psicología y cursó estudios de postgrado en Sexología, Sexología Clínica y Educación Sexual con especialidad en Sexualidad para Discapacitados. Es miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y se especializa en parejas. Es autora de los libros ‘Ellas quieren sexo. Ellos, amor’, ‘A mi me pasa lo mismo que a usted’ y ‘Desnudate conmigo’. Además escribe semanalmente una columna en la revista El Guardián. 

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