Duhalde y Alfonsín estudian lanzar "Lavagna senador" para el año 2005

Eduardo Duhalde fue quien se lo anticipó a Osvaldo Mércuri, durante la cena en el domicilio del presidente de la Cámara de Diputados provincial: él imagina un año 2005 con Roberto Lavagna candidato a senador nacional para bloquear a Ricardo López Murphy. Algo más: el desplazado Irigoin ha sido quien frenó la investigación sobre el Bapro del lado de la UCR. Sin duda, un individuo despreciable que debería haber caído antes para salvar a la UCR del oprobio. Al respecto hay novedades.

Eduardo Duhalde piensa en Roberto Lavagna candidato desde que Duhalde era senador nacional a cargo. Es más: Néstor Kirchner quiso hacerlo su compañero de fórmula, antes que a Daniel Scioli, y no falto quien dijera que lo mejor era lanzar a Lavagna a la Ciudad de Buenos Aires. Luego, también se conoce la relación tan profunda (¿$$$$?) entre el duhaldismo y la UCR en la Legislatura provincial, durante los 8 años de Duhalde en La Plata. Y Duhalde y Raúl Alfonsín acometieron juntos la ruptura institucional de diciembre de 2001, y la pesificación asimétrica. Lo novedoso en las especulaciones es lo que cuenta Marisa Álvarez, en el diario El Día, de la ciudad de La Plata, capital bonaerense:

"(...) Pero si el duhaldismo entiende como "un juego de presión" los actos de Kirchner en tierra bonaerense, el ex Presidente tampoco descansa si de tejer estrategias "por si acaso" se trata.

Tan antigua y buena es la relación de Eduardo Duhalde con los hombres que han manejado la UCR bonaerense desde que el PJ gobierna esta provincia -Federico Storani y Leopoldo Moreau- como sorpresiva, resultó sin embargo, la jugada que los tres -quizás con el aporte intelectual de Raúl Alfonsín- estarían presuntamente conversando: la posibilidad de que Roberto Lavagna encabece en el 2005 la lista del radicalismo bonaerense.

La alternativa fue "denunciada" en público en estos días por uno de los "rebeldes" de la UCR provincial nucleados en el Grupo Olavarría, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Antes, "el rumor" había llegado hasta el propio Posse directamente de boca de un hombre muy cercano a Moreau, y hasta Juan Manuel Casella por el comentario de un dirigente de confianza de Storani.

Quizás no haya antecedentes de una relación tan armónica y fructífera entre oficialismo y oposición como la desarrollada entre Duhalde y los radicales Moreau y Storani durante los ocho años de la gobernación del hombre de Lomas de Zamora; una armonía que se tradujo en la inserción de decenas y decenas de "cuadros radicales" en las segundas y terceras líneas de todo el aparato público provincial, y que se mantuvo en el año y medio de Duhalde en la Presidencia de la Nación.

En aquella coyuntura, por lo demás, llevado de la mano por Alfonsín, apareció en escena Lavagna para "salvar" una gestión duhaldista que por esos días crujía con riesgos de derrumbe.

Sería desde esa historia y esas afinidades donde ahora se asentaría, según los rumores, un diseño -la presunta candidatura del ministro de Economía por la UCR- que, obviamente, sólo tendría espacio en un escenario de ruptura entre Kirchner y Duhalde, y en el cual el ex Presidente apuntaría a dividir fuertemente el voto no ya entre sus candidatos y los de Kirchner sino también con un tercero en discordia del peso de Lavagna.

Por lo pronto, de aquel pasado queda en pie y tan vigorosa como siempre la relación que el duhaldismo y el storanismo mantiene en la Cámara de Diputados bonaerense; una conjunción que suele funcionar también a la hora de las frecuentes hostilidades hacia el Ejecutivo que conduce Solá.

El Gobernador, justamente, cenó esta semana con el bloque peronista de diputados en la residencia del presidente de la Cámara, Osvaldo Mércuri, buscando una cercanía siempre esquiva. "Fue una cena amable, rica en gestos pero de pocas palabras", dijo con admirable poder de síntesis un diputado duhaldista. A veces los gestos no alcanzan.

Mientras tanto, en el grupo de radicales rebeldes, donde "explotó" la presunta "estrategia Lavagna", no le adjudican chances serias de concreción. Pero no dejan de sorprenderse por la audacia de los dirigentes que manejan el comité partidario. "Quieren prohibirnos que hagamos alianzas con líderes y fuerzas de la oposición y ellos trabajan en la hipótesis de una alianza con un sector del oficialismo", se indignan.

En el radicalismo, por lo pronto, la otra "bomba" de la semana -con repercusión en el oficialismo peronista, donde miraron con atención el proceso- fue el sustancial avance institucional que logró el Grupo Olavarría, con el desplazamiento del storanista Irigoin de la presidencia del bloque de senadores bonaerenses y la instalación en su lugar de una rebelde, Graciela De Leo.

Es una movida que, al fin y al cabo, no hace más que blanquear una realidad: la mayoría de rebeldes en esa bancada. Que el Comité Provincia siguiera respaldando a un storanista en la presidencia del grupo era un reflejo más de su desatención a los necesarios equilibrios internos. (...)"

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Más info.:
http://www.eldia.com.ar/suplementos/7dia/nota3.asp

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