Conte Grand contra Boggiano y los superpoderes

Gerardo Conte Grand comparte muchas de las críticas que Ricardo Falú, presidente de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados de la Nación, que integra Conte Grand, realiza a la defensa que funcionarios del Ejecutivo -siempre ‘off the record’- hacen de Antonio Boggiano, ministro de la Corte Suprema de Justicia. Pero, además, Conte Grand cuestiona la renovación de facultades extraordinarias que solicita la Jefatura del Gabinete de Ministros, advirtiendo que se está vaciando al Legislativo de sus atribuciones. "Entre esto y cerrar el Congreso a lo Fujimori, la diferencia es mínima", se atreve a denunciar. La entrevista:

Socio fundador del Grupo Talcahuano (junto a Sergio Acevedo y Ricardo Falú, entre otros), Gerardo Conte Grand, diputado nacional PJ-Capital, tiene autoridad para hablar de Néstor Kirchner. Lo defiende pero pone límites.

-La semana pasada, Elisa Carrió dijo que pedirá juicio político a la Corte Suprema, por el fallo sobre la pesificación. ¿Ha fallado el criterio de selección? Ya se habla de una Corte de ‘uninimidad automática’...

-Aún no encuentro síntomas de una nueva ‘Corte adicta’, sin perjuicio de considerar que el fallo es polémico. Pero hubiese sido también polémica la inconstitucionalidad de la pesificación, por las consecuencias de ese fallo.

Era imposible dejar satisfechos al conjunto de los argentinos. Una cosa es cuestionar jurídicamente el fallo, cuestionarlo desde lo económico, desde lo político, y otra cosa es inferir de ese fallo que la Corte es adicta, no lo comparto. De un modo reciente, la Suprema Corte dictó un fallo sobre la reforma constitucional en Santiago del Estero, impidiendo a la intervención, designada por el Ejecutivo Nacional, avanzara en la reforma.

La Corte ha dictado fallos que declararon la nulidad del límite indemnizatorio en materia laboral, que declararon la nulidad del sistema de reparación de las ARTs, fallos que el Ejecutivo Nacional no recibió con beneplácito, porque le acarreaba consecuencias importantes, políticas y económicas, que no tenían previstas.

En estos casos, la oposición valoró, como un indicio de independencia, las decisiones de la Corte. Ahora, en un fallo importante, en el cual la Corte se pronuncia por una mayoría que solamente tiene vigencia para los depositantes de US$ 140.000 para arriba (porque de US$ 140.000 para abajo no hay cinco votos coincidentes), se opina todo lo contrario de la Corte Suprema...

-En la Comisión de Juicio Político se promovieron varios enjuiciamientos, basados en la ‘causa Meller’, contra ministros de la Corte Suprema. Lograron la renuncia de tres de ellos, y la destitución de Eduardo Moliné O´Connor, por haber firmado ese fallo. Antonio Boggiano también lo firmó, pero no faltan especulaciones acerca de que Boggiano votó por la pesificación y se quedará como ministro de la Corte.

-Kirchner no ha expresado su punto de vista sobre este tema de un modo directo. Luego, los ‘voceros’ del Ejecutivo han tomado el recaudo de manifestar su opinión sin dar su nombre, es un semi-anónimo, un ‘off the record’. Eso demuestra una débil convicción en quién sostiene una idea porque cuando las ideas son fuertes se dicen con nombre y apellido y se firman.

-Quizá resulte del costo político a pagar por defender a Boggiano...

-Yo creo que hay conciencia del costo a pagar. Le atribuyen los dichos a Alberto Fernández, pero esto no me consta. En cualquier caso, si la Cámara de Diputados actúa con un mínimo de dignidad y consecuencia con lo que votó, no podrá evitar acusar a Boggiano porque él esta incurso exactamente en la misma causal que los otros cuatro ministros que acusamos.

Pero, además, Boggiano tiene un agravante: según se ha comprobado, por una prueba que pidió la comisión -me refiero a la carpeta de circulación interna de los fallos de la Corte-, se comprobó que hay un proyecto de voto del doctor Boggiano con fecha 13 de septiembre de 2000, un mes y medio antes que el voto definitivo.

En ese borrador, él fundamentó que el recurso extraordinario es formalmente admisible y, en lo sustancial, que el Estado tiene razón y que se condenaba al Estado Nacional a pagar una suma de dinero que no debía pagar. Pero un mes y medio después, sin que nada pueda explicarlo, Boggiano cambió su opinión y sostuvo que el recurso es formalmente inadmisible, que no corresponde a la Corte expedirse sobre él.

-Pasemos a los superpoderes. Todo indica que el dictámen de la Comisión de Presupuesto se aprobará intacto gracias a los votos del PJ. Ud. es del PJ, ¿cuál es su opinión acerca del tema?

-Mi opinión es que las argumentaciones que se esgrimen son endebles. Y que el Gobierno no viene obrando del mejor modo posible para consolidar el funcionamiento del sistema político institucional: > Hay una tendencia a incrementar el hiper-presidencialismo. Es la posición que asumió la mayoría del bloque PJ acerca de la reglamentación de la Comisión Bicameral que debe valorar los decretos de necesidad y urgencia. De un modo sutil, en el dictámen propuesto por el PJ -texto al que le hice una disidencia parcial- se propone, aunque no se diga de un modo explícito, que el silencio sea ratificatorio de los DNU. Increíble, pero real. Así, el Congreso renuncia a un pronunciamiento prescripto en la Constitución… Hay que ver si se trata, finalmente, la creación de la Comisión Bicameral, decisión que el Congreso adeuda desde 1994.

> Luego, la delegación de facultades extraordinarias al Ejecutivo Nacionnal, o sea los artículos 8 al 12 de la Ley de Presupuesto.

> La prórroga de la emergencia económica, otra importante resignación de los poderes del Congreso a favor del Ejecutivo.

Creo que este conjunto de procedimientos significan una fuerte desvalorización del poder del Congreso de la Nación dentro del Estado.

No son razonables en términos de análisis políticos, jurídico e institucional. Tampoco en términos de conveniencia política, para un Gobierno que tiene mayoría en las dos cámaras y sabe que el Congreso tramita con celeridad las leyes que necesita el Ejecutivo.

-Entonces, ¿no votará favorablemente la Ley de Presupuesto?

-No, no acompaño en este tema. Hace unos días, el diario Clarín recordó que la senadora Cristina Fernández de Kirchner no votó, ella se abstuvo, durante los años 2001 y 2002, en el caso de la Ley de Emergencia Económica. Entonces, entre el discurso actual del Gobierno y el de Cristina antes, hay una la contradicción.

-Desde el Grupo Talcahuano, Uds. fueron los ‘kirchneristas’ en los días de Kirchner gobernador. Cuando él llegó a Presidente, se suponía que Uds. interpretarían la voz del Ejecutivo en la Cámara… pero Kirchner prefirió al duhaldista José María Díaz Bancalari. ¿Por qué?

-Lo que está claro que a nosotros nos representan los grandes lineamientos, las políticas del gobierno. No voy a cuestionar eso, sería una canallada de mi parte. A mi este gobierno, en sus grandes lineamientos políticos, es el que más me representa desde 1983 hasta la fecha. O sea más que el de Carlos Menem y que el de Eduardo Duhalde.

Pero que yo me sienta representado por una acción de gobierno no significa que me encuentre acuerdo con absolutamente todas las acciones que éste gobierno desarrolla.

Nosotros interpretamos que la auténtica lealtad es manifestar los desacuerdos, no decir permanentemente "Amén". Yo hago política, no soy un clérigo. Aún cuando en la política, a veces, un leal que dice lo que piensa vale menos que un converso obsecuente, yo me mantengo en lo que pienso.

Yo escucho algunas voces en el Ejecutivo, y también en la Cámara, que plantean una adhesión ciega e incondicional al gobierno de Kirchner, tal como lo hicieron antes al gobierno de Menem, y seguramente lo harían para Hitler o Stalin, en la medida que ellos le garantizaran una cuota de poder. Este tipo de mercenarios de la política, que son capaces de defender cualquier posición, coincidan o no con sus ideas, son las que han generado el desprestigio de la política.

-Pero el gobierno que usted defiende prefirió a los mercenarios…

-No estoy generalizando. No todos quienes apoyen la gestión de gobierno califican en la categoría de mercenarios. Estoy caracterizando a algunos personajes muy notorios.

-Pero, en la práctica, el gobierno de Kirchner ha preferido a los incondicionales…

-Bueno... nuestra actividad en el Congreso la hemos podido desempeñar con toda libertad de criterio. Lo hemos demostrado en la Comisión de Juicio Político, y lo seguiremos haciendo… Kirchner no tenía ninguna obligación de recurrir a nosotros… cada uno elige a las personas con quienes se siente mas cómodo para desarrollar su labor...

-Su mandato termina en 2005… ¿renovará?

-No

-¿Por qué?

-No veo en el horizonte de la construcción política de la Ciudad de Buenos Aires -al menos en quienes aparecen con más posibilidades de armado, léase (Daniel) Scioli o Alberto Fernández, una línea de afinidad con mi línea de pensamiento. No se me hace imaginable compartir con ellos un proyecto en común.

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