Eduardo Conesa, un economista con déficit de lectura

POR GUILLERMO MÁRQUEZ El autor afirma que el economista Eduardo Conesa afirma lo que no puede probar, luego, desde lo fáctico.

Eduardo Conesa es un economista bastante conocido que se presentó, en la noche del miércoles, en el programa A Dos Voces por TN, el canal de noticias por circuito cerrado del Grupo Clarín.

Conesa propicia una reestructuración de la deuda externa pública basada en el canje de títulos, a través del Banco de la Nación Argentina, a 40 años sin quita en el capital adeudado, lo que para los representantes de los acreedores, con las actuales tasas de inflación e interés internacional supondría licuar el pasivo, algo que él justifica en que hay demasiado pobreza en el país.

Conesa es un economista harto polémico –aún se recuerdan sus flirteos con Mohamed Ali Seineldin- y de gran deseo de protagonismo, si se considera que fue canidato presidencial por un partido político casi inexistente.

Lo complicado es que, además, Conesa se encuentra bastante desinformado, lo que no pareció interesarle a Marcelo Bonelli y su socio, Gustavo Sylvestre, a quienes sólo les importa provocar la polémica, algo que en términos de la televisión es importante pero que los rebaja a la imagen y semejanza de Mauro Viale, algo que ellos deploran.

Conesa dijo que él cuestiona el endeudamiento público externo de la Argentina y propuso imitar a Taiwán, que según él es un país que no creció en base al endeudamiento externo público.

Cuando se refiere a Taiwán, Conesa está hablando de la isla de Formosa, que resultó un asentamiento geoestratégico estadounidense durante la Guerra Fría.

Taiwán fue una posición importante de USA frente a las costas de la República Popular de China, y por esto fue una economía privilegiada y hasta subsidiada por USA.

Los incentivos fueron diversos: financieros, comerciales (el mercado estadounidense le permitió capturar nichos a los productos producidos en Taiwán), tecnológicos (se autorizó la cesión de licencias y otros derechos que convirtió a Taiwán en un activo productos de microprocesadores e informática en general) y políticos (USA garantizó que Taiwán casi no tuviese riesgo para sus inversionistas potenciales).

Pero, además, Taiwán no es comparable con la Argentina porque tiene una tasa de ahorro extraordinaria y eso le permitió convertirse en un exportador de capitales. Taiwan ha disfrutado de un excedente de cuenta corriente en su balanza de pagos en los últimos 15 años.

El 50% de las inversiones externas de Taiwán hoy se encuentran aplicadas en tres provincias de China continental, y el otro 50% en un abanico de países. Taiwán es el principal inversionista en Vietnam, el 3ro. en Laos, el 5to. en Camboya; en la región sudamericana Taiwán ha invertido en Perú y Paraguay.

Taiwán tiene una reducida deuda pública externa. En diciembre del año 2002, Taiwán alcanzó a US$ 24.000 millones, sobre un Producto Bruto de US$ 406.000 millones, pero en 1997 era de sólo US$ 100 millones.

http://www.asiared.com/paises/taiwan.html

El modelo de desarrollo de Taiwán se basó en un dólar elevado, a menudo equivalente a salarios reducidos en dólares, que fue otro mecanismo de financiación del proceso de industrialización, de los importantes gastos en defensa y en infraestructura.

En cuanto a Conesa, economista "nacional-cristiano" y crítico de la convertibilidad, siempre ha justificado la confiscación de los depósitos y la pesificación asimétrica, alegando que, de otro modo, los bancos hubieran quebrado.

"¿Qué sentido tenía -dice- reclamar un derecho de propiedad de créditos contra los bancos si los bancos estaban en quiebra?" (Revista La Ley del 24/9/2003, pag.2, 4ta. columna).

Para Conesa, "no hay derecho de propiedad ante la quiebra" porque el art. 75, inciso 12 de la Constitución Nacional "establece que el Congreso Nacional dictará una ley general de quiebras" y –en una interpretación harto polémica- señala que esto supone que el Derecho de Propiedad se encuentra restringido a la voluntad del Legislativo, tontería mayúscula que no interpreta cuál es el rol del Poder Judicial, por ejemplo, en una República.

En una larga polémica que mantuvo con él, quien era su admirador, Cosme Beccar Varela, éste le enrrostró: "Hay un aspecto esencial que domina la economía pero que los economistas no entienden, y es el de la Justicia". Habrá que darle la razón a éste. Domingo Cavallo, por ejemplo, hizo época, en su momento, con famosas y alocadas interpretaciones judiciales desde lo económico que concluyeron en desaguisados como el ‘corralito’.

El gran acierto de Conesa fue, a mediados del año 2001, plantear la necesidad del canje de deuda pública externa casi en términos de ‘default’, a través de un documento del Encuentro de Economistas, y de una larga entrevista que concedió al semanario justicialista Línea.
Conesa pidió una reprogramación de la deuda planteando la imposibilidad de pagar.

Conesa explicó así su modelo: "La verdad es que nuestro endeudameinto es enorme y muy difícil de pagar. Entonces, casi la mitad del presupuesto nacional está dedicado a los intereses, ahí es donde aparece la necesidad de reprogramar o renegociar".

Él propuso un dólar a $ 2 y reprogramación forzosa con quita, y anticipó el fracaso del megacanje propuesto por Cavallo. También planteó "salir del actual plan económico y todas las deudas internas tienen que pasarse de dólares a pesos". O sea que quien fue a defender la propuesta argentina a los acreedores fue, en verdad, un teórico del modelo implementado en enero de 2002, un economista de pensamiento subjetivo, no un analista de la realidad.

Pero, además, una persona a la que le haría falta leer un poco si es que dará cátedras por TV.

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