"El Sr. juez Galeano pretende tomarnos por idiotas a los argentinos"

A continuación, la opinión de un usuario sobre la exposición que reanudó ayer el juez Juan José Galeano ante el Consejo de la Magistratura, donde por primera vez reconoció el pago de US$400.000 al reducidor de autos Carlos Telleldín en concepto de "recompensa", en el marco del caso AMIA.

Sr. Director:

Los argumentos sostenido en su descargo ayer, además de ser una ofensa al sentido común, son total e insanablemente, falsos.

Él no "pagó por información", ni utilizó el recurso de la "recompensa" establecido en la causa, sino que por el contrario sobornó a un testigo (en ese entonces Telleldin no estaba procesado en la causa) para inculpar a "presuntos sospechosos".

Perpetró claramente un delito similar (aunque muchísimo más alevoso por la gravedad institucional de la causa) al perpetrado por el juez Bernasconi en el confronte de Coppola, cuando para procesarlo por tráfico de drogas, ante la ausencia de evidencias suficientes que sostuvieran su sospecha (que podríamos asumir relativamente fundada en este caso), le hizo plantar droga en el famoso "jarrón", utilizando a las "amigas" de éste, luego devenidas mediáticamente famosas: Samantha Farjat y Natalia de Negri.

Hay que tener en cuenta que Bernasconi y su secretario Schlager fueron procesados, condenados y pasaron varios años en la cárcel por el tal delito, más vale menor.

Mal pudo Galeano "pagar por información" (lo que si hubiera sido lícito y razonable) se lo mire por donde se lo mire, cuando la tal "información" ya la conocía desde bastante antes del pago, y lo que es más grave ya la había chequeado extensamente y verificado que era inconsistente.

Los policías "sospechosos", habían sido sometidos, antes del pago, a una "minuciosa inteligencia", escuchas telefónicas de todos ellos y de sus allegados, y todas las otras averiguaciones de rigor. Muy fáciles de realizar en este caso por tratarse todos ellos de policías en actividad.

De toda esa extensiva inteligencia previa no surgió el mínimo elemento que los vinculara, o con el atentado, o con fundamentalistas islámicos, a los que falsamente les es atribuido éste, o cualquier otro elemento o motivo que pudiera llevar a pensar que estos simples policías bonaerenses pudieran haberse visto involucrados en tamaño acto de terrorismo internacional.

El colmo del absurdo ha sido, al descubrirse en el juicio oral, que la supuesta "banda" que ellos 4 habrían integrado, no podía de ninguna manera haber existido, porque varios de ellos no se conocían entre si.

Vg. Ribelli e Ibarra de la Brigada de Lanús no se conocían con Leal y Barreiro de la Brigada de Vicente López.

Ante la ausencia total de evidencias. Que más vale fue la certeza surgida de la tal inteligencia previa de que los policías no podían tener nada que ver con el atentado, ni con quienes lo cometieron, fueran estos quienes fueran, que el "juez" instructor no encontró otro "recurso" mejor para justificar los procesamientos que le imponía el poder de turno, que pagar el mentado soborno. ESTO ES UN DELITO GRAVE.

Otra clara acción en ese mismo sentido, esto es "fabricarle" pruebas incriminatorias a los que habían sido elegidos como "chivos expiatorios", fue el menos conocido y no tan famoso como "el pago a Telleldin", affaire Movicom.

Esto es, el haber manipulado los informes de Movicon sobre las llamadas de los aproximadamente 20 celulares a nombre de Ribelli, que usaban él y sus subordinados, en su trabajo policial.

Por un error de la empresa telefónica, en el primer informe de esta surgía que todas las llamadas de los celulares de Ribelli y su gente durante todo el '94 se habían realizado desde una célula que está en la zona norte, donde vive Telleldin.

Como era obvio que esto no podía ser cierto, porque Ribelli y su gente viven y operan en la zona sur, Galeano ordenó a la secretaria Spina (según lo explicita su ex.prosecratario Liftchitz en su libro "AMIA, porque se hizo fracasar la investigación") que del informe de Movicon sólo considerara los 10 días anteriores al atentado, con lo cual pretendió agregar una prueba de cargo más, y contundente de haber sido cierta, que reforzara a la falsa e inverosímil declaración de Telleldin.

Pero Sres. Legisladores, las más graves consecuencias del irregular accionar del multiprocesado juez, no son los daños infligidos a los falsamente acusados (aunque graves), porque ellos son grandes y tienen quienes los defiendan adecuadamente.

Lo infinitamente grave, es la falsa acusación al gobierno de Irán, que el mismo personaje y bajo el mismo siniestro "influjo" ha "fabricado". La cual ya ha causado daños irreparables en las Relaciones Internacionales de la Nación, y que tal como está el mundo, además, podría involucrarnos como país en conflictos ajenos de impredecibles consecuencias.

Lo patético es que ante éste "daño" de ominosa certidumbre, nosotros los argentinos, no tenemos otros que Uds. para que nos defiendan.

Atte. José Petrosino.

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