En Faluya sólo quedan casas destruidas y basura

En Faluya, la ciudad iraquí que fue recientemente atacada por las fuerzas de USA, un tercio de los hogares quedaron inhabitables por los combates. Por los daños ocasionados, el Gobierno de USA le entregará a cada habitante una cifra consuelo de US$500.

El nivel de destrucción en la ciudad iraquí de Faluya y la persistencia de los enfrentamientos entre estadounidenses e insurgentes hacen difícil un eventual retorno de sus habitantes.

Sin embargo, la ofensiva estadounidense, lanzada el 8 de noviembre para expulsar a los insurgentes que tenían la ciudad bajo control, no termina. Seis Marines y al menos 47 rebeldes murieron desde el viernes pasado, según cifras de militares norteamericanos.

Según éstos, un tercio de las casas quedaron inhabitables, y entre 5% y 10% de los edificios de la ciudad quedaron completamente destruidos en los combates. Muros ennegrecidos, agrietados, desplomados.
Puertas arrancadas o acribillados de balas.

Montones de basuras y escombros en las aceras destruidas.
Casas derrumbadas, quemadas, o simplemente acribilladas de esquirlas. Tiendas con sus cortinas metálicas arrancadas mostrando todo tipo de productos abandonados.

En las calles sólo se ve a las patrullas de los infantes de marina y la ciudad, completamente a oscuras durante la noche, tiene un aspecto fantasmagórico.

Las tropas estadounidenses instalaron cuatro puestos de control en la periferia, por los cuales los jefes de familia podrán entrar para evaluar el monto de los daños.

Por todos estos daños recibirán una suma fija de consuelo de US$500.

El jefe del estado mayor conjunto estadounidense, general Richard Myers, que estaba de visita en Bagdad del martes, anunció el retorno de unos cuantos habitantes "en los próximos días".

Pero para los oficiales en el terreno, este retorno temporal, previsto inicialmente para el 15 de diciembre, difícilmente podrá hacerse antes del 24 y esto no quiere decir que será definitivo, teniendo en cuenta las condiciones de seguridad.

Los infantes de marina temen por sobre todo el enfrentar al enemigo en medio de una población tremendamente hostil a su presencia.

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