BOCHORNO PERIODÍSTICO

Ante el escándalo de las 'pinchaduras', Murdoch cerró News of The World

Inadmisible que un medio de comunicación realice escuchas telefónicas ilegales en nombre del compromiso con el lector (¿?).

James Murdoch, hijo de Rupert Murdoch y hombre fuerte de sus negocios en Europa, ha anunciado que el semanario News of The World (NoW, versión dominical del diario The Sun) dejará de publicarse tras salir el domingo 10/07 por última vez
 
Así los Murdoch intentan 
 
> reducir el impacto negativo en la Bolsa de la cotización accionaria de News Corp.,
 
> reducir las responsabilidades judiciales ante las investigaciones y demandas de quienes se consideren damnificados,
 
> no frenar la autorización gubernamental de la compra del 100% de la cadena BSkyB que intenta News Corp. (que controla 40%), y
 
> impedir que el resto del multimedios de Rupert Murdoch sufra las consecuencias negativas del caso News of the World.
 
El periódico dominical News of the World se ha visto envuelto desde hace meses en un escándalo de escuchas ilegales que esta semana ha precipitado su desplome al saberse que entre las personas espiadas estaba Milly Dowler, una estudiante de 13 años que había sido secuestrada en marzo de 2002 y que, en realidad, había sido asesinada cuando el diario espiaba el buzón de voz de su teléfono móvil. 
 
El diario llegó incluso a borrar algunos mensajes cuando el buzón estaba lleno para permitir la entrada de nuevos mensajes, lo que hizo creer a la familia que Milly estaba aún viva y pudo destruir pruebas quizás vitales para los investigadores.
 
Luego se ha sabido que también víctimas de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres y soldados fallecidos en las guerras de Irak y Afganistán fueron espiados, junto a multitud de políticos, deportistas y gente famosa. La policía ha confirmado que en los 11.000 documentos confiscados al investigador privado que realizó las escuchas figuran los teléfonos de más de 4.000 personas.
 
La profunda reacción de repudio que ha provocado la noticia del espionaje a la joven Milly Dowler ha provocado que muchas grandes compañías decidieran suspender sus campañas de publicidad en News of the World.
 
El caso de las escuchas ilegales empezó en noviembre de 2005, cuando el dominical publicó una información sobre una lesión de rodilla del príncipe Guillermo que hizo pensar a los colaboradores del hijo de Carlos Windsor y Diana Spencer que alguno de ellos podía tener el teléfono pinchado y alertaron a la policía. En abril de 2006, el diario volvió a levantar sospechas al citar unas palabras textuales de un mensaje de voz del móvil del príncipe Enrique.
 
En agosto de ese año, Scotland Yard detuvo al responsable de cubrir las informaciones de la familia real, Clive Goodman, y a un investigador privado, Glenn Mulcaire. En noviembre, Goodman admitió haber conspirado para interceptar llamadas de los empleados del palacio de Saint James entre noviembre de 2005 y agosto de 2006. Mulcaire admitió los mismos cargos y reconoció haber espiado a otros famosos, como el diputado liberal-demócrata Simon Hughes y la modelo Elle Macpherson.
 
En enero de 2007, Goodman fue condenado a 4 meses de cárcel y Mulcaire a 6 meses. El director del diario, Andy Coulson, renunció como responsable último de los hechos pero aseguró que no tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo. 
 
News Corp. ha sostenido que fue un caso aislado, y así lo defendió Les Hinton, presidente de la empresa editora, News International, en una comparecencia parlamentaria en marzo.
 
Ese argumento fue aceptado por la Comisión de Quejas de la Prensa, que en mayo dictaminó que no había pruebas de que los ejecutivos de NoW tuvieran conocimiento de lo que ocurrió. 
 
Sin embargo, el diario The Guardian sostuvo siempre lo contrario y en julio de 2009 reveló que las grabaciones ilegales se remontaban a mucho antes del episodio de Goodman y Clive y afectaban a más de 3.000 personas, incluidos multitud de deportistas, políticos y famosos. 
 
Entre los afectados citó al ex ministro laborista John Prescott, el alcalde de Londres, Boris Johnson, y a la popular autora gastronómica Nigella Lawson
 
En septiembre, Scotland Yard confirmó que había identificado a numerosas víctimas potenciales, incluidos miembros de la familia real, políticos, policías y militares.
 
En febrero de 2010, la comisión de Cultura de los Comunes acusó al diario de "amnesia colectiva" y concluyó que era "inconcebible" que sus ejecutivos no supieran lo que estaba pasando. Pero News International acusó a los diputados de basar sus conclusiones en insinuaciones y exageraciones. 
 
El caso empezó a crecer en septiembre de ese año, cuando The New York Times se sumó a las tesis de The Guardian y sugirió que las grabaciones ilegales eran una práctica habitual en el NoW. Y en la BBC, un ex reportero del diario señaló entre los responsables al antiguo director del diario y entonces director de comunicación del Gobierno conservador, Andy Coulson. Pero Scotland Yard y la fiscalía aseguraron que no había nuevas pruebas y Coulson quedó sin culpas.
 
Sin embargo, a principios de este año todo se aceleró. El 5 de enero, el NoW suspendió a un alto cargo de la redacción, Ian Edmondson. El día 14, la actriz Sienna Miller denunció al diario por grabarle a ella, a su entonces novio Jude Law y a otras personas de su entorno. 
 
La fiscalía anunció entonces que revisaría su posición. El día 21, Andy Coulson dejó Downing Street aunque sin asumir responsabilidades en las escuchas. El 23 de enero se confirmó que Gordon Brown estaba en las listas de posibles espiados, y el día 26, la policía reabrió el caso tras recibir "nueva información significativa".
 
En los meses siguiente se amplió la lista de personas afectadas y la de periodistas sancionados por NoW. El 8 de abril, News International se disculpó por las escuchas y aceptó indemnizar a algunos de los afectados y crear un fondo para posibles nuevas víctimas. 
 
La noticia de que entre los espiados estaba la joven desaparecida Milly Dowler, desvelada esta semana por The Guardian, ha llevado el escándalo a un punto de no retorno. Ahora se sabe que más de 4.000 personas pueden haber sido espiadas, incluidas víctimas del 7-J y soldados fallecidos en Irak y Afganistán.

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