Ahora el ultimátum a la Argentina viene de Chile: "Puede ocurrir en el mercado de melones, pero no en el de energía"

Los problemas gasíferos atravesaron casi toda la gestión K y condicionaron también las relaciones con los países vecinos. Actualmente el gobierno de Bolivia amenaza con la continuidad de las exportaciones de gas a la Argentina debido a la imposibilidad para negociar el precio. Y ahora se suma el conflicto con el suministro de gas a Chile, que data del año pasado cuando costó la relación con el gobierno de Ricardo Lagos. Por ello, desde el gobierno chileno, protestó el ministro de Economía y Energía, Jorge Rodríguez Grossi: "El gobierno viene insistiendo en diversificar la matriz energética porque no podemos seguir dependiendo de un mercado que tiene este tipo de comportamiento". Y agregó que "puede ocurrir en el mercado de confites o de melones, pero no en el de la energía".

Las autoridades energéticas argentinas volvieron a recortar el suministro de gas natural a Chile, lo que causó bastante sorpresa al interior del gobierno de Ricardo Lagos. Según la agencia ANSA, el recorte comenzó hace dos días y se calcula en 700.000 metros cúbicos.

Por ello, desde el gobierno, protestó el ministro de Economía y Energía, Jorge Rodríguez Grossi: "El gobierno viene insistiendo en diversificar la matriz energética porque no podemos seguir dependiendo de un mercado que tiene este tipo de comportamiento".

El ministro indicó que "tendremos sorpresas durante todo el tiempo en el que el gas argentino esté fuera de lo normal".

Hace poco el ministro de Relaciones Exteriores, Ignacio Walker, había dado por superado el problema de suministro de gas natural. "Desde junio hemos semi-normalizado el abastecimiento de gas natural y nuestra preocupación es de futuro", dijo en esa oportunidad el canciller.

El recorte fue atribuido por distribuidores locales a la fuerte demanda interna argentina por las necesidades que genera el verano austral.

La incertidumbre, según Rodríguez Grossi "nos mueve a forzar la diversificación", porque "puede ocurrir en el mercado de confites o de melones, pero no en el de la energía".

Por otra parte, la gerente general de Energética, María Isabel González, criticó al gobierno argentino y dijo que lo que más quieren los productores argentinos es vender gas a Chile, donde les pagan un precio mucho mayor que en el mercado local. "Es por decisión de Kirchner que no pueden enviar más gas", dijo.

El año pasado el recorte de gas argentino, de preferencia durante los meses de invierno, afectó las relaciones entre los dos países debido a que las autoridades chilenas se sintieron perjudicadas y reclamaron por la medida por considerar que se había vulnerado un acuerdo gasífero.

Pero el presidente chileno Ricardo Lagos destacó el domingo en el diario El Mercurio las buenas relaciones que existen ahora con Argentina y dio por superados los problemas que enfrentó Chile debido a los recortes de gas natural, pese a existir un acuerdo bilateral.

"Dije que no quería 'gasificar' la relación con Argentina porque entiendo que el presidente (Néstor) Kirchner tenía que entregar gas en su país", señaló en la oportunidad.

Ahora Lagos deberá explicar a su país sobre la falta de gas y, probablemente, la relación "semi-normalizada" con la Argentina que decían tener, vuelva a complicarse.

* Negociación compleja

La Argentina está negociando la compra a Bolivia de hasta 20 millones de metros cúbicos diarios de gas natural para el suministro a siete provincias del Nordeste.

El gas boliviano pasa la frontera por el gasoducto del Norte, que une Campo Durán, Salta, con San Jerónimo, Santa Fe. A partir de este año, mediante una inversión de US$150 millones aportados principalmente por Repsol YPF, se harán ampliaciones que permitirán elevar la capacidad de transporte en dos millones de metros cúbicos diarios.

La semana pasada, el embajador argentino en Bolivia, el jujeño Horacio Macedo, calificó las negociaciones de "cuestión compleja".

En la actualidad, la Argentina compra 4 millones de metros cúbicos de gas diarios, y existen acuerdos por los cuales ese volumen se incrementaría a mediados de este año a 6,5 millones de metros cúbicos.

Los presidentes Néstor Kirchner y Carlos Mesa acordaron en noviembre pasado las condiciones generales de ese suministro, pero no hablaron de precios, a pesar de que es fuerte la presión en el Congreso boliviano y en la oposición por aplicar alzas, dado que la mayoría de los políticos de ese país considera al fluido un recurso estratégico.

Ayer el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Guillermo Tórrez, dijo que el gobierno de Carlos Mesa podría suspender las exportaciones de gas si la Argentina no acepta negociar un reajuste en el valor base del fluido. Por su parte, el ministro de Planificación, Julio De Vido, viajará la próxima semana a Bolivia para seguir las negociaciones con el funcionario boliviano.

La pretensión de la administración Mesa es que el precio base del gas de origen boliviano comercializado a la Argentina pase de US$1,35 a US$2 el millón de BTU (unidad térmica británica), el mismo precio que le paga Brasil, por ejemplo. Tórrez pretende elevar al menos en un 25% el precio del insumo, porque considera que el actual es un valor "solidario" que le fue otorgado a la Argentina en el peor momento de la crisis energética.

Torres informó a la prensa de su país sobre la visita de De Vido, al tiempo que señaló que su gobierno espera que esas negociaciones sirvan para subir el precio y que se tomará "una decisión final" sobre la continuidad de las exportaciones del gas de Bolivia a la Argentina.

"Esperemos que [De Vido] venga y vamos a ver su planteamiento. De todos modos nosotros creemos que lo que estamos pidiendo es un precio justo para el país y vamos a mantenernos en esa línea", expresó Tórrez.

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