En la reanudación del juicio, Botín se negó a responder

Se reanudó el juicio a Emilio Botín, presidente del Banco Santander, por el caso de las prejubilaciones millonarias, y el empresario se negó a responder las preguntas de la acusación en el primer interrogatorio.

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se negó a contestar a las preguntas de la acusación en el primer interrogatorio por el caso de las prejubilaciones millonarias, aunque sí respondió a las del ministerio fiscal y la defensa.

Estaba previsto que este lunes Botín aclarara entre otras cuestiones, si las retribuciones de José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui se pactaron al tiempo que la fusión del Santander y el BCH.

Sin embargo, las preguntas de la acusación sólo constarán en acta. Además, la acusación presentó una contraprueba a la que presentaron las defensas el miércoles pasado, en la que al parecer se solicita la justificación de los pagos.

La sesión, que comenzó con media hora de retraso, tenía lugar en una sala blindada de la Audiencia Nacional que suele emplearse en los juicios a etarras, y es diferente a la utilizada en la primera sesión.

Botín llegó a la Audiencia Nacional más de una hora antes de iniciado el juicio.

Junto a él, los otros dos acusados, José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui, esperaron que les llegue el turno para prestar declaración. En los últimos días, las acusaciones se centraron en estudiar los mil folios de las 18 nuevas pruebas documentales y los dos informes periciales aportados el pasado miércoles por las defensas de Botín y , que provocaron la suspensión del juicio.

De la veintena de tomos de investigación acumulados a lo largo de la instrucción se deduce, según las acusaciones, que los contratos firmados por el banco establecían un "pacto blindado" que beneficiaba a los indemnizados, que no respondía ni a los estatutos de la entidad ni a la legalidad y que, además, perjudicaba a los accionistas.

Sin embargo, los dos últimos informes periciales aportados por las defensas de los acusados, firmados por el catedrático Manuel Olivencia y por el especialista internacional en retribuciones Anthony Gennaoui, aseguran que las retribuciones de este tipo -más de 150 millones de euros entre ambos- son habituales entre empresas de tamaño semejante y se ajustaron a la legalidad.

Las acusaciones hablan de que existió un abono por "un concepto que no se corresponde al pago de una cantidad derivada de un premio de jubilación" y desacreditan, "por aportar poco", el informe pericial de Olivencia, ya que fue consejero del Banco Central Hispano con Amusátegui como presidente.

Además, recuerdan que este caso de jubilaciones millonarias es inédito en España, pues hubo otros altos cargos, como el padre de Emilio Botín, que se jubilaron "sin percibir un duro", pese a haber dirigido el banco durante muchos años.

Por ello, critican que, por ejemplo, Corcóstegui recibiera un "complemento de jubilación" de tal cuantía -recibió 108 millones de euros en total-, pese contar sólo con dos años de labor en el SCH y haber realizado gestiones como la compra de Patagón, que se saldó con 800 millones de euros de pérdidas para el grupo.

Emilio Botín, según fuentes próximas al Santander, mantendrá en el interrogatorio la línea de su declaración ante la juez Teresa Palacios, hace dos años, en la que descartó una "lucha de poder" relacionada con el pago de las indemnizaciones, tal y como aseguran las acusaciones.

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