La murga venezolana anticipó el carnaval porteño

(*) POR GUSTAVO LAZZARI

La visita de Hugo Chávez, el presidente venezolano, dejó un reguero de anuncios grandilocuentes que ilusiona al gobierno, alimenta las posibilidades de corrupción y ofrece material a los medios para pasar la factura de buen comportamiento.

Ayer fue un día de carnaval en la ciudad de Buenos Aires. La visita de Chávez tapó el cinismo de Aníbal Ibarra de trasladar la responsabilidad de su renuncia a la dolida población ciudadanía porteña.

El carnaval venezolano tuvo una comparsa anfitriona en los funcionarios del gobierno nacional. Deseosos de mostrar inversiones que no se producen el Ministro de Planificación De Vido inauguró, junto a Hugo Chávez, una estación de servicio que ya había sido construida varios años antes, por algún inversor privado.

Inaugurar una estación de servicio, con discursos, fotógrafos (financiados por el gasto oficial en publicidad, por supuesto), y aplausos es sencillamente una vergüenza. Es un gesto de pequeñez y un claro cachetazo a los millones de desocupados que necesitan inversiones en serio para poder trabajar.

Entre los anuncios de Hugo Chávez está la intención de "abrir" mas estaciones de servicio fundados en la compra de la empresa Angloholandesa SHELL. Es decir que el "negocio" de la Administración Kirchner es permitir que una empresa con 90 años de antigüedad, pionera en la industria, se retire para vender sus instalaciones al nido de corrupción mas grande de américa Latina que es la petrolera venezolana (PDVSA).

La inversión de 1000 millones de dólares, según el presidente Chávez, sería financiada con "negocios de este tipo" refiriéndose a la exportación de ganado en pie. El gobernador Solá sonreía y festejaba el embarque de 1000 vacas preñadas vivas, modalidad que no se utiliza desde la introducción de la tecnología del frío a fines del siglo XIX.

¿Es esta la exportación industrial y de valor agregado que pregona el presidente? ¿vacas vivas?

Paradójicamente, los progresistas y transversales exportan de la misma manera que la denostada "oligarquía vacuna". Muchos analistas se confundieron pues lejos de volver a los setenta, el bochorno de la visita de Chávez nos retrotrajo a los años setena pero del 1800.

La visita de Hugo Chávez dejó un dato positivo. Reveló a las claras cuales son los motivos de alegría y satisfacción del actual gobierno, cual es el "vuelo y la visión" de la actual administración. Claramente Néstor Kirchner se siente mas cómodo con Hugo Chávez quien afirmó que "juntos somos una banda" (a confesión de parte relevo de prueba).

En la misma semana que recibíamos la "murga venezolana" con la esperanza que inaugure mas estaciones de servicio (ya instaladas desde hace décadas), el Presidente brasileño, Lula Da Silva se reunía junto a su gabinete con Bill Gates y los principales inversores internacionales en el Foro de Davos.

"Sabemos adonde vamos y adonde no queremos ir"

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(*) Fundación Atlas.

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