El asesinato de Azulay puso en evidencia el peligro de los secuestros virtuales

Facundo Azulay, un despachante de aduana, de 36 años, se convirtió en la primera víctima en ser asesinada tras un secuestro virtual y puso en evidencia el protagonismo que esta modalidad de delito tiene en Buenos Aires. Hoy, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, aseguró que este secuestro y asesinato "es un crimen estúpido y pudo haber sido evitado". Además agregó que es conveniente que quienes sufran algún secuestro, sea real o virtual, antes de nada "hagan la denuncia policial" al tiempo que sostuvo que "un fenómeno muy preocupante" ya que en varios episodios de violencia ocurridos actuaron "menores" y que en la mayoría de los casos se trata de "inimputables".

El ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, aseguró hoy que el secuestro y asesinato del despachante de Aduanas Facundo Azulay ocurrido ayer en La Matanza, "es un crimen estúpido y pudo haber sido evitado".

El ministro confirmó que hay tres detenidos por el caso -todos menores- y al menos un prófugo, pero aclaró que "hubo un inmediato esclarecimiento del hecho".

Además precisó también que Azulay fue asesinado por imprudencia ya que uno de los delincuentes que lo tenía cautivo jugaba con un arma, apoyándosela en la cabeza, cuando "se le escapó un tiro".

Lo cierto es que la modalidad de secuestro virtual está creciendo cada día.

Hoy, hizo un llamado hoy a los ciudadanos para que en caso de que sufrieran algún secuestro, sea real o virtual, antes de nada "hagan la denuncia policial", poniendo nuevamente en carpeta la polémica acerca de cómo reaccionar ante semejante grado de desesperación.

Explicó que si un secuestro virtual "es denunciado pasa a ser francamente inocuo" porque, prosiguió, "en todos los casos en que hay denuncias y se interviene ha habido detención de la persona".

Ayer un grupo de delincuentes engañó a Facundo Arzulay, de 35 años, con un secuestro virtual y consiguió que fuera a pagar el rescate, pero terminaron asesinándolo de un balazo en una villa de La Matanza.

El ministro sugirió que en caso de sufrir una llamada avisando de un secuestro "hay que averiguar mínimamente dónde está mi hijo, dónde está mi mujer, dónde está mi hermano, tomarse ese mínimo recaudo de verificación y, por supuesto, hacer la denuncia policial".

Además Arslanián sostuvo que "un fenómeno muy preocupante" es que en varios episodios de violencia ocurridos últimamente actuaron "menores y cada vez son menores más chicos. En la mayoría de los casos se trata de inimputables".

Según informaron fuentes policiales, ayer, a las 9.30, Azulay recibió una llamada en su oficina de San Telmo, en la que le decían que un familiar suyo había sido secuestrado. Ante la imposibilidad de comprobar el estado del pariente supuestamente raptado, Azulay acató la orden de los malvivientes y llevó el dinero del rescate a Mataderos.

Allí, a punta de pistola lo obligaron a subir al asiento trasero de su Fiat Siena y el secuestro virtual se convirtió en real. Luego de que su socio pagó 10.000 pesos de rescate, lo mataron de un balazo en la cabeza y lo dejaron tirado en un descampado frente al Autódromo Oscar Alfredo Gálvez, del lado de la provincia.

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