La muerte de un artista: A los 89 años, falleció Arthur Miller

A los 89 años falleció en la noche del jueves –pero trascendió hoy- el reconocido dramaturgo estadounidense Arthur Miller. Con un fuerte énfasis en los valores familiares y morales, así como en la responsabilidad personal, los dramas de Miller expusieron en sus escenas la creciente fragmentación de la sociedad estadounidense y entregaron al mundo el talento de un gran artista. "Muchas de mis obras provienen directamente del centro" de la sociedad contemporánea, "porque hoy en día la familia se está desintegrando y la gente no vive mucho tiempo en el mismo lugar", dijo en 1988 el escritor que será recordado como un grande del siglo XX.

El escritor estadounidense Arthur Miller, quien entró en la historia de la dramaturgia de ese país con ''La muerte de un viajante'', murió ayer a los 89 años tras sufrir un paro cardíaco.

Miller falleció en su casa en Roxbury (Connecticut) que adquirió en 1958 cuando estaba casado con Marilyn Monroe.

A su lado estaban su hermana Joan Copeland, su hija Rebecca Miller, casada con el actor Daniel Day Luis, y Agnes Bailey, la joven pintora de 34 años con la cual Miller vivía un romance.

El dramaturgo estaba enfermo de cáncer y su salud se había agravado por una pulmonía y problemas del corazón.

Nacido en Nueva York el 17 de octubre de 1915, Miller estaba considerado uno de los principales autores teatrales del siglo XX. En 2002 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias.

Sus obras, con un fuerte énfasis en temas como la familia, la moralidad y la responsabilidad personal, trataron en gran parte de la creciente fragmentación de la sociedad estadounidense. Su matrimonio con la actriz Marilyn Monroe en 1956 le catapultó aún más a la fama.

"Muchas de mis obras provienen directamente del centro" de la sociedad contemporánea, "porque hoy en día la familia se está desintegrando y la gente no vive mucho tiempo en el mismo lugar", dijo Miller en una entrevista de 1988.

"Esa dislocación es quizá parte de lo que nos inquieta", agregó. "Da la sensación de que nada es realmente permanente".

Miller cosechó éxitos ya en los primeros años de su carrera. Cuando su angustiosa obra "La muerte de un viajante" recibió el Pulitzer en 1949, el autor tenía apenas 33 años.

Su matrimonio con la estrella de cine Marilyn Monroe en 1956 lo catapultó a la fama, aunque el autor decía que nunca buscó ese tipo de publicidad.

En 1992, en una entrevista con un diario francés, Miller dijo que la actriz era "sumamente autodestructiva" y que durante su matrimonio "toda mi atención y toda mi energía se dedicaron a tratar de resolver sus problemas. Desafortunadamente no tuve mucho éxito".

# "Ningún hombre necesita poco"

Miller nació el 17 de octubre de 1915 en Nueva York, ciudad a la que emigraron sus padres vieneses –su progenitor, Isidore Miller, era judío– que llegaron al nuevo mundo en busca de nuevas oportunidades. El negocio familiar quiebra y los Miller se traslada a Brooklin, donde el joven Arthur se gradúa en la Abraham Lincoln High School y empieza a trabajar en una radio local y como empleado de un parking. Su temprana vocación por la escritura marca sus elecciones académicas, y eso le condujo a la Universidad de Michigan, donde compaginaba sus estudios de periodismo con el trabajo de editor de noche en el "Michigan Daily". Las labores de redacción no satisfacen el apetito creativo de Miller, quien se lanza a la escritura de su primera obra, "No villain". Termina la pieza en tan sólo 6 días y consigue el Hopwood Award in Drama.

A los 28 años estrena la comedia "Un hombre con suerte", primera de sus obras representadas y que significa el despegue de su actividad teatral: a partir de entonces se impone un ritmo de escritura de una obra al año, incluyendo alguna colaboración con amigos como Norman Rosten en "Listen my Children" y más de una decena de obras para la radio (entre ellas "Columbia Workshop", "Captain Paul"). En 1940 contrae matrimonio con Grace Slattery. Miller no se limita al género teatral, y decide probar con la narrativa: el resultado es "Foco", publicada en 1945. Ya desde sus comienzos, Influido por Ibsen, Miller muestra su preocupación por la sociedad que le rodea y su problemática, preocupaciones que plasmará, al término de la Segunda Guerra Mundial, en "Todos eran mis hijos" (1947), donde aborda la actividad de los que se aprovechan de la guerra. El montaje se convierte en un éxito, permaneciendo un año en cartelera, y en obra de referencia de toda su producción. Un año más tarde recibe el Premio de la Crítica de Nueva York. La década de los cuarenta no termina sin otro éxito, en esta ocasión, el que le colocará en la privilegiada galería de la historia del teatro americano contemporáneo: "Muerte de un viajante" en 1949, por la que recibe un premio Pulitzer y el de la crítica neoyorquina, siendo una de las obras más representadas dentro y fuera de los Estados Unidos.

Miller fue una joven víctima durante la caza de brujas lanzada por McCarthy. Fue una de las figuras emblemáticas de las que sufrieron las investigaciones, acosos y condenas del Comité de Actividades Antiamericanas.

En 1947 el Gobierno de USA encargó al senador Joseph MacCarthy la constitución de la Comisión de Actividades Antiamericanas cuya misión era acabar con los intelectuales y artistas demócratas, antifascistas y comunistas.

Casi al tiempo que se realiza la caza de brujas, como la voz popular denominó esta operación represiva contra la intelectualidad progresista, en 1950, el Congreso americano aprueba la ley MacCarran-Nixon, mediante la cual se procesa a los dirigentes comunistas más importantes enviándolos a la cárcel o al exilio.

Miller fue uno de los pocos que durante los violentos interrogatorios no se acogieron al silencio, aduciendo la protección constitucional, y se enfrentaron valientemente a las acusaciones del Comité, lo que le valió diversas condenas. Producto de esta experiencia, escribió en 1953 una de las mejores obras del teatro norteamericano, "Las brujas de Salem" (1953), en donde rememora escenas de los interrogatorios inquisitoriales.

La obra se llevó al cine en la década de los 90, protagonizada por Daniel Day-Lewis y con un guión adaptado por el propio Miller. Tras la escritura de "Recuerdo de dos lunes" (1955) llega "Panorama desde el puente" (1956), una de sus obras más representadas y nuevamente inspirada en la realidad, en este caso, en la problemática de la innmigración. Ese mismo año contrae matrimonio con Marilyn Monroe, que protagoniza la película "The Misfists" ("Los marginados"), cuyo guión escribió el dramaturgo. Marilyn muere en 1962, al poco de separarse del Miller –que contrae matrimonio con la fotógrafa Ingebord Morat–. Dos años más tarde, el dramaturgo se inspira en la vida de su ex mujer para crear "Después de la caída".

En la década de los 80 Miller permanece en silencio –visita España en 1988 para presentar sus memorias "Vueltas al tiempo"–, pero recupera su voz dramática en los 90 con "El viaje a las Montañas de Morgan" (1991). Le siguen las obras "The Price" (1992) y "The last Yankee" (1993). En España, la directora Pilar Miró estrena la obra "Cristales rotos". En nuestro país ha impartido varios seminarios. Arthur Miller es de los pocos dramaturgos que tienen el Premio Príncipe de Asturias de las letras, que se le otorgó en el 2002. Además ha logrado, entre otros, el Premio Nacional de Teatro en 1938, la Medalla de Oro de las Artes y las Letras en 1959 y el Premio Angloamericano de teatro en 1966.

# En sus palabras

*** Todo el que intenta salvar a otra persona con la mentira de un amor sin límite arroja una sombra al rostro de Dios.

*** Hay hombres que no suben después de caer.

*** Cada hombre vale por lo que puede vender.

*** SI dos mujeres cuchichean y paran bruscamente cuando te acercas... es sin duda que hablan de sexo. ¡Y si una de ellas es tu mujer seguro que hablan de ti!

*** Ningún hombre necesita poco.

*** El carácter de una persona lo determinan los problemas que no puede eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido.

*** ¿Puede uno recordar el amor? Es como tratar de evocar el aroma de las rosas en un sótano. Puedes ver la rosa, pero nunca el perfume.

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Con información de El Cultural de España y el portal Artehistoria.

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