Exclusivo: El discurso de Bielsa que pone en evidencia sus diferencias con Kirchner

U24 tuvo acceso al texto taquigráfico, material exclusivo que a continuación reproduce, sobre la presentación del canciller Rafael Bielsa ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado donde se refirió al caso Southern Winds y de las narcovalijas, a la relación del gobierno con la Iglesia, el tema Malvinas y la Triple Frontera y la situación de la médica disidente cubana Hilda Molina, entre otros.

En el Salón Arturo U. Illia del H. Senado de la Nación, a las 11:37 del miércoles 16 de marzo de 2005:

Sr. Presidente (Ramón Puerta). — En nombre de la comisión damos la bienvenida al canciller Rafael Bielsa y a quienes lo acompañan.

La Comisión de Relaciones Exteriores siente la satisfacción de contar nuevamente con el señor canciller, tal como sucedió el año pasado. Y espero que esto también sea un factor que nos ayude —al igual que en 2004— a atender los proyectos del Poder Ejecutivo y los que se han generado en esta Casa con un grado de efectividad alto. Pudimos realizar 16 reuniones de comisión. Y en el inicio de 2005 —la primera fue hace 15 días — tomamos la decisión en pleno de invitar nuevamente al canciller y a su equipo.

Además agradezco su predisposición, ya que no hizo falta mucho protocolo para contar con su presencia aquí. Incluso en la primera reunión hubiéramos estado reunidos, pero coincidió con la asunción del presidente Tabaré Vázquez en el Uruguay, así que por una cuestión de agenda era imposible contar con su presencia. Así que sean bienvenidos el señor canciller y quienes lo acompañan.

Agradezco también a los miembros de la comisión que se han hecho presentes en la reunión de hoy y a quienes no lo son, por venir a escuchar los temas que son importantes en nuestra política exterior.

Cedo entonces la palabra el señor canciller Rafael Bielsa.

Sr. Canciller. — Señor presidente, señoras y señores senadores: como ustedes saben, asistir a estas reuniones además de ser una obligación, para mí es una satisfacción. Siempre me estimula mucho compartir con ustedes estos momentos.

La agenda internacional, como todos saben, ha sido agitada. Y se vuelve cada vez más agitada a medida que pasa el tiempo. Podría aburrirlos con una exposición de lo sucedido desde la última vez que nos vimos hasta ahora, por otra parte, ustedes ya los conocen por los diarios.

Además, cuando uno habla de su gestión tiene cierta tendencia a ser auto indulgente, de manera que me parece mucho más respetuoso en vez de hacer una exposición, solicitar a ustedes que planteen los temas que les interesen, y mi equipo y yo les iremos contestando los interrogantes que tengan.

Sr. Presidente. — Antes de conceder el uso de la palabra a los senadores me gustaría saber hasta qué hora vamos a contar con ustedes aquí.

Sr. Canciller. — Desde luego, hasta que ustedes lo decidan.

Sr. Presidente. — Muchas gracias, señor canciller.

Tiene la palabra el senador Rodolfo Terragno.

Sr. Terragno. — Señor canciller: quiero formularle dos preguntas. La primera, relativa a China.

La agencia "Xinhua" anunció que usted había apoyado la sanción de la ley anti secesión. Por supuesto, no es una novedad que la Argentina apoya la política de China, pero la ley anti secesión incluye la posibilidad de utilizar la fuerza en caso de que Taiwán declare la independencia. Y quiero saber cuál es la extensión del apoyo dado a esa ley si es que efectivamente, como dijo la agencia "Xinhua", usted se pronunció a favor de esa ley.

Y la segunda preguntae es relativa al caso Southern Winds. Como han habido informes conflictivos al respecto, quiero que usted me confirme si las valijas fueron remitidas por vía diplomática.

Sr. Canciller. — Con respecto a la primera pregunta, tal como usted lo menciona, mi respuesta fue de carácter genérico...

Sr. Pichetto. — Pido la palabra para una interrupción.

Sr. Presidente. — Señor canciller: el senador Pichetto le pide una interrupción. ¿Se la concede?

Sr. Canciller. — Cómo no, señor presidente.

Sr. Presidente. — Para una interrupción, tiene la palabra el senador Miguel Ángel Pichetto.

Sr. Pichetto. — Como siempre, el canciller va a contestar con total amplitud y con gran solvencia, como lo hace siempre. Pero con respecto al segundo punto planteado por el senador Terragno, nosotros solicitamos a los senadores que las preguntas respecto de ese tema se refieran única y exclusivamente al área de competencia de la Cancillería. No lo digo porque esté en contra de la pregunta. En la competencia que corresponde al canciller y a la Cancillería hay total disponibilidad de contestar con toda la amplitud sobre este tema.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Eduardo Menem.

Sr. Menem. — Por supuesto que si viene el canciller se supone que las preguntas tienen que versar sobre la materia de su jurisdicción. Pero eso hace a la responsabilidad de los senadores. No creo que nadie pueda limitarnos a que hagamos las preguntas que corresponden. El canciller dirá si las preguntas son de su competencia o no. No creo que el canciller necesite un tutor que se lo esté indicando. Porque si vamos a estar limitados, estaríamos desaprovechando su predisposición de quedarse hasta cualquier hora.

La pregunta que acaba de hacer el senador Terragno indudablemente ha tenido repercusión internacional, y seguramente ha preocupado al canciller.¿ Cómo él no va a poder decirnos qué piensa sobre ese tema?

Si las reglas de juego nos obligan a estar auto limitados para hacer preguntas, me parece que no se aprovecharía la presencia del señor canciller.

Lo que propongo es que sea el propio canciller quien diga si las preguntas son de su competencia, y que los senadores tengamos libertad para preguntar de acuerdo a nuestra responsabilidad. Por supuesto, no le vamos a preguntar acerca de temas que no tengan que ver con el área o con la jurisdicción del ministro de Relaciones Exteriores.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Pichetto.

Sr. Pichetto. — Estamos discutiendo sobre lo obvio, y me parece que no vale la pena. Tampoco planteé ninguna situación de tutoría. El canciller es lo suficientemente solvente como para responder por sí mismo. Lo que quise hacer es una reflexión sobre el marco de las preguntas. Simplemente creo que tenemos derecho a plantearlo y a decirlo como oficialismo parlamentario antes de que empiecen las preguntas.

Sr. Presidente. — Hecha esta aclaración, continúa en el uso de la palabra el señor canciller.

Sr. Canciller. Un tutor nunca viene mal y se agradece. Pero de cualquier manera, estoy acá para decirles todo lo que sé. Y la distinción entre una incumbencia de otra a veces es muy difusa, de manera que en un ámbito público prefiero pecar por exceso y no por defecto.

Por lo tanto, respetado senador, no tengo ningún inconveniente y voy a contestar sus preguntas.

Con respecto a la primera pregunta, como todos ustedes saben, se trata de una ley interna de China. La respuesta fue genérica y se inscribe, precisamente...

Sr. Presidente. — No se oye bien, ¿no?

Murmullos en la salón.

Sr. Canciller. — Puedo hablar un poco más fuerte...

Sr. Presidente. — No, creo que es un problema de audio.

Sr. Canciller. — Les decía que se trataba del tratamiento de una ley interna de China, que ya fue sancionada, y me limité a repetir con otras palabras la posición histórica de la República Argentina. Allí quedó el comentario.

Con respecto al segundo tema, me parece importante ser prolijo en la exposición.

En primer lugar, lo que se llama habitualmente correo diplomático es materialmente una cosa bien distinta a la de una valija, porque más bien sería algo parecido a un telescopio que se lacra o que se hila en la parte superior. Por lo tanto, que yo recuerde, durante mi gestión como canciller la Cancillería nunca envió como correo diplomático algo que difiera de ese formato que les estoy mencionando.

Por otra parte, hay dependencias administrativas que están específicamente encargadas de la cuestión, existe resguardo administrativo por escrito sobre la descripción de lo que se envía y también hay responsables que firman dichos resguardos. Con lo cual, no existe ninguna posibilidad para una persona avezada en llevar y traer correo diplomático de confundir una valija con lo que habitualmente se llama correo diplomático.

En segundo lugar, según pude saber, las tres o cuatro valijas que circulaban por esa cinta en el aeropuero de Barajas eran comunes y tenían adherido no un sticker sino unos folios hechos con una computadora que decían "Embajada Argentina en España" con la clarísima intención de que los bultos pudieran ser identificados como tales y no de acreditarlos como correo diplomático, porque cualquier persona sabe que no lo es.

En tercer lugar, lo que muchas veces se meneó por la prensa de una manera inexacta fue un diálogo entre la persona administrativa que lleva y trae el correo diplomático, que es un empleado de apellido Amigo, un contador que hace siete años que va a Barajas. Una persona de una fuerza de seguridad de España que él conocía le preguntó "¿Eso es para ustedes?" y él le contestó claramente que no y que no podría serlo por su formato. Entonces, esa persona le manifestó que podía contener estupefacientes; y ese "puede" se debía a que los perros habían dado la señal de que podía haberlos, porque las valijas aún no habían sido abiertas. El scanner había revelado algo que se parecía a una radio pero que después resultaron ser unos bafles de audio que en su interior contenían droga.

Esta persona no informó esto porque fue un diálogo informal, y la responsabilidad administrativa que tiene o no por no haberlo informado se está dilucidando, porque yo ordené una instrucción preliminar. Los instructores fueron a la Embajada y me pareció que era elemental que yo no tomara contacto con ellos para no incidir en absoluto en su tarea de naturaleza administrativa, a pesar de que ese viernes, cuando estuve en España, ellos estaban allí terminando su trabajo.

En cuanto estén los resultados de la instrucción preliminar veremos si hay lugar o no para llevar a cabo un sumario. Básicamente, esta es la información desde el punto de vista de mi responsabilidad administrativa. La responsabilidad penal y la política se dirimirán por otros carriles.

No sé si está satisfecho con la respuesta, señor senador.

Sr. Terragno. — Sí, muchas gracias canciller.

Sr. Presidente. — Según mi lista le corresponde hacer uso de la palabra al señor senador Menem y luego al señor senador Guillermo Jenefes.

Sr. Menem. — Yo tengo preguntas sobre varios temas; no sé si el canciller prefiere que se las formule de a una o si prefiere que se las enumere todas juntas.

Sr. Canciller. — Me da igual.

Sr. Menem. — La primera preocupación que le quisiera manifestar al señor canciller es que en la reciente visita del presidente Lula a Venezuela el presidente Chávez le manifestó el apoyo del gobierno de su país a que Brasil tenga una banca permanente en Naciones Unidas. Por su puesto que esto contraría la posición que desde siempre ha venido sosteniendo la República Argentina, en el sentido de que Latinoamérica tenga una banca permanente que sea rotativa, o que si Brasil tuviese una banca permanente también la tenga ella.

Habida cuenta la estrecha relación que ha hecho el actual gobierno con el presidente Chávez, quisiera saber si ha existido alguna comunicación para hacerle conocer nuestra inquietud por esta posición y qué va a hacer el gobierno argentino sobre este tema.

Sr. Canciller. — Señor senador, como la mayoría sabe, lo que se llamó "El panel de sabios" que designó el secretario general de Naciones Unidas respecto del Consejo de Seguridad hizo dos recomendaciones alternativas, una de las cuales consiste en la creación de 8 miembros con mandatos renovables por un lapso mayor de 4 años, es decir que si fuesen renovados tendrían un mandato de 8 años, y mencionó una serie de características técnicas especiales. La Argentina, con variantes, ha adherido a esta posición considerando que preserva mucho más los equilibrios regionales, que tiene mucho más en cuenta el devenir histórico ante la posibilidad de que cambien los gobiernos y, por lo tanto, las políticas, y por considerar que es mucho más garantista para nuestros intereses regionales e internacionales.

Así lo ha manifestado en lo que antes se llamaba el "Coffee Club", que se trataba un conjunto de países que pensábamos más o menos lo mismo, en donde estaban España, Italia y otros países, y así lo ha vuelto a manifestar en lo que se ha transformado el "Coffee Club" y que viene a ser el grupo de países que tienen afinidades en determinados puntos.

Dicho esto, como usted bien sabe, en política internacional cada cual atiende su juego, de modo tal que la pretensión de Brasil de tener una banca permanente va asociada a otra definición de política exterior brasileña que nosotros conocemos perfectamente.

Nosotros creemos que no es una actitud eficiente enojarse, protestar o generarles problemas a los países que han manifestado de distinta manera cierta permisividad para la pretensión de Brasil. Digo "de distinta manera" porque no es lo mismo decir, como ha dicho Collin Powell, el ex secretario de Estado de los Estados Unidos, que los Estados Unidos contemplan el interés de Brasil en la medida que haya consenso, que decir, como ha dicho el Gobierno de Chile, que Chile reconoce el legítimo interés histórico de Brasil de pretender una banca, o que apoyar en términos genéricos —como fue el caso de Venezuela— la pretensión de Brasil, o apoyar la pretensión brasileña en términos muy específicos, tal como ha hecho el canciller Pérez Roque, de Cuba, luego de visitar Buenos Aires.

Ahí hay un arco que va desde un consentimiento condicionado —la posición de los Estados Unidos—, hasta un acompañamiento formal, como el caso de Cuba.

Nosotros creemos que la actitud más inteligente no es impedir que Brasil colecte adhesiones, sino que nosotros tenemos que colectar adhesiones para nuestra posición.

En este sentido, lo que ha dispuesto la Cancillería después de una muy minuciosa ronda de consultas con todos los interlocutores a los que hemos visitado a partir del mes de junio del año pasado, es redactar una comunicación para todas nuestras embajadas a fin de que los embajadores hagan explícita la posición argentina en las cancillerías ante las cuales están acreditados.

No nos parece que el apoyo de Venezuela a la posición de Brasil merezca una reconvención de carácter diplomático. No sería de estilo y modificaría poco las cosas.

Sr. Menem. — Yo no hacía la pregunta en términos de hacer una reconvención, sino simplemente de hacer conocer, de reiterar, que no es ésa la posición argentina. Y tratar, por nuestra parte, de conseguir apoyo a la posición argentina. Es decir, ¿hay algún país de Latinoamérica que apoye la pretensión argentina o la posición argentina?

Porque, como bien lo ha dicho el canciller, éste no es un tema menor. Yo veo que en algunos ámbitos —no en el de la Cancillería, por supuesto— no se le ha dado mucha trascendencia a esta cuestión. Y esto hace al equilibrio regional, que es sumamente importante habida cuenta de las relaciones que tenemos con estos países.

Sr. Canciller. — Respecto de la primera parte de su reflexión, coincido totalmente. Como le decía, es lo que estamos haciendo.

Por lo que me viene a la memoria, los países que han manifestado su adhesión expresa a la posición argentina en la región son: México, Colombia y Uruguay. Pero, de cualquier manera, en la segunda semana de abril se va a hacer una nueva reunión y tendrán que volverse a expresar las posiciones.

También hay que tener en cuenta que está pendiente la toma de posición. Es posible que la haya, pero también es posible que no por parte del secretario Kofi Anan, quien todavía no se expresó respecto del Documento de los Sabios.

Finalmente, me parece que usted tiene mucha razón: no es un tema que tenga una visibilidad pública que guarde un correlato con la importancia del mismo; se habla muy poco de la cuestión. Será porque Naciones Unidas queda lejos; será porque no es atractivo en términos mediáticos... Pero lo cierto es que la opinión pública no tiene una noción acabada de la importancia de la discusión que se está dando.

Según cómo termine reformándose Naciones Unidas se va a rediseñar el organismo multilateral por excelencia, que es a la lógica a la que nosotros hemos adherido como país, es decir, al multilateralismo y, por lo tanto, se van a rediseñar las relaciones entre países del mundo para los próximos 50 años. Coincido en que todos deberíamos hacer un esfuerzo para darle la visibilidad pública que el tema merece.

Sr. Menem. — El otro tema tiene que ver con cuál es la situación actual del caso Hilda Molina.

Sr. Canciller. — A pesar de que en términos públicos se tomó la respuesta del presidente Fidel Castro como un desaire a la carta del presidente Kirchner, lo cierto es que la carta del presidente Kirchner jamás aludió a que el lugar necesario de encuentro debía ser la República Argentina. Es decir, "lugar de encuentro: la República Argentina", eso no está expresado en la carta del presidente Kirchner.

Lejos de eso, la respuesta del presidente Castro fue la primera aceptación formal por parte del gobierno de La Habana de que el conflicto y la cuestión humanitaria existían como tales. Hasta ese momento nunca había habido, en ninguna de las gestiones que se habían realizado de otros países respecto de Cuba por el caso de la doctora Hilda Molina, un reconocimiento expreso de la situación.

A partir del mes de enero —creo que el 4 ó 5 de ese mes, que fue el momento en que me entrevisté con la familia— se han explorado una enorme cantidad de posibilidades.

La familia puede viajar a La Habana con garantías expresas del gobierno cubano, o sea los cuatro miembros de la familia: el doctor Roberto Quiñones, los dos chiquitos y su mujer. La familia —que como es lógico está afectada emocionalmente por la situación—, oscila entre viajar y no hacerlo y viajar parcialmente o totalmente.

Nosotros pensamos que no debemos ni siquiera insinuar qué es lo que deberían hacer. Lo que debemos hacer es ensanchar las posibilidades diplomáticas. Lo último que me comunicó la familia, en una reunión que tuvo lugar hará unos quince días, fue que estaban evaluando viajar a principios de abril la esposa del doctor Quiñones, los dos chicos y la madre del doctor Quiñones.

Esa posibilidad está expedita. Acabamos de enviar a nuestro nuevo embajador que —como ustedes saben— es Darío Alessandro. Él ya ha tomado contacto con la doctora Molina. Además, nosotros tenemos permanente contacto con la familia y como lo he dicho muchas veces, la Argentina ha insistido, insiste e insistirá en que se permita la reunificación de ese núcleo familiar.

Sr. Menem. — Sobre esto le quiero dejar solo una reflexión. Creo que si bien, como usted dice, la carta del presidente Kirchner no habla de lugar de encuentro, todos dábamos por pensado que el lugar de encuentro podría ser la Argentina.

Lo que no he compartido en absoluto es la posición de algunos argentinos que sostenían que el encuentro podría hacerse en un tercer país. Por supuesto, si la familia lo decide, está bien. Pero yo creo que nosotros no podemos sostener esta posición, porque sería como reconocer que en la República Argentina no habría garantías o que no se ofrecen las condiciones para que el encuentro se haga en nuestro país.

Esta es la reflexión que le quiero dejar sobre el tema.

Sr. Canciller. — La comparto tanto, señor senador, que también mi expectativa personal era que la reunificación del grupo familiar se hiciera en la República Argentina. Y no ha dejado de ser mi expectativa.

Desde el punto de vista oficial, de las innumerables gestiones que se hicieron puedo mencionarle dos que son conocidas: la del canciller venezolano Alí Rodríguez y la del canciller español Miguel Ángel Moratinos. Jamás se manejó la posibilidad de la reunificación en un tercer país. Argentina nunca planteó esto como posibilidad.

Y lo cierto es que, más allá de alguna declaración eventual que puede haber hecho la familia, ésta tampoco estaba de acuerdo con una reunificación en un tercer país; solo fue una especulación mediática sin asidero en la realidad oficial.

Sr. Menem. — Muy bien. Gracias, canciller. La tercera pregunta —son cuatro nada más; tengo muchas más, pero voy a hacer cuatro solamente— tiene relación con el caso del obispo Baseotto, el vicario castrense. Querría que nos informe cuál es la situación actual.

Si no considera el canciller que se han tensado demasiado las relaciones con la Iglesia en este aspecto. Y cómo ve que termina este tema. Si realmente el gobierno va a seguir insistiendo en el retiro de monseñor Baseotto o si va a tomar alguna otra medida, como trascendió en los medios —por supuesto, no quiere decir que sea la verdad—, en el sentido de que se le prohibiría la entrada a los cuarteles.

Sr. Canciller. — Señor senador: no sé cuál será la opinión de monseñor Adriano Bernardini sobre mi persona, pero mi opinión sobre el embajador de la Santa Sede es que es un diplomático notable, con el que mantengo un diálogo permanente sumamente edificante. No tengo más que manifestar públicamente mi agradecimiento por la comprensión que él ha mostrado en todos los momentos en los cuales tuvimos temas donde intercambiar puntos de vista.

El gobierno nacional solicitó formalmente — lo hice yo— que la Santa Sede retirase, en su carácter de vicario castrense, a monseñor Baseotto. La batería de posibilidades, desde el punto de vista legal, es muy grande.

Como todos ustedes saben, el vicariato castrense como tal es una rama del concordato con la Santa Sede. Data del gobierno de la Revolución Libertadora y su jerarquía eclesiástica fue modificada en el año '92 por un decreto del entonces presidente Menem.

Monseñor Baseotto es el único obispo en la República Argentina que percibe un estipendio por parte del Estado intuitu persone, es decir, que cobra un sueldo.

Hay muchas cosas que se pueden hacer, desde el punto de vista jurídico, respecto de esta situación. En lo particular, mi consejo al señor presidente fue que la Iglesia tiene sus tiempos. No me cabe ninguna duda de que este problema se va a solucionar.

En ningún caso el gobierno pidió a la Iglesia una sanción o algo parecido respecto de monseñor Baseotto, sino simplemente que dejara de ser vicario castrense. Y creo que esto va a acontecer. Hay muchas fórmulas eclesiásticas. Roma puede nombrar un administrador apostólico. Son variantes que está analizando la Iglesia.

Me parece que lo que deberíamos hacer, habiendo ya planteado la posición del gobierno nacional, es respetar los tiempos de la Santa Sede y esperar que esta cuestión se solucione.

Sr. Menem. — No me quedó claro lo del estipendio intuitu persone. ¿Lo recibe como obispo o como vicario castrense?

Sr. Canciller. — Lo recibe como vicario castrense, y tiene una jerarquía administrativa asimilable a un cargo de subsecretario de Estado.

Sr. Menem.El último tema tiene que ver con Malvinas. Quiero saber si este año vamos a plantear el caso nuevamente en el Comité de Descolonización y, en ese caso, qué países nos van a patrocinar.

Y le quiero transmitir una inquietud que, a fuer de ser reiterativo, me ha producido cierto cansancio porque no es un tema de este gobierno ni del anterior. Hace muchos años que estoy insistiendo con el tema de la explotación de hidrocarburos en la zona de Malvinas.

El Senado ya va por la tercera vez por lo menos que sanciona una ley de mi autoría por la cual se imponen sanciones a las empresas petroleras que exploren o exploten recursos de hidrocarburos en la zona de las Islas Malvinas, es decir, la zona en disputa. Ese proyecto de ley fue sancionad por unanimidad varias veces en el Senado, y duerme el sueño de los justos en la Cámara de Diputados. Y no he conseguido que ningún canciller se interesen en el tema.

Le quiero preguntar al canciller Bielsa si realmente cree que sea un tema que haya que abordar en algún momento. Porque el sistema de la ley es defender nuestra soberanía sancionando a las empresas que sin permiso del gobierno argentino — que ha ejercido y pretende su derecho de soberanía sobre las Islas Malvinas — procedan a hacer esas explotaciones o exploraciones. El problema es que no podríamos llevarlas a un tribunal internacional porque es una zona que Naciones Unidas ha reconocido que está en disputa.

Entonces, ¿le interesa el tema a Cancillería? ¿Hay posibilidades de que, así como se promueven otras leyes, se promueva esta u otra que le interese al Ejecutivo, aunque le dé otra forma, y que signifique la protección y el resguardo de nuestra soberanía en Malvinas?

Sr. Canciller. — Señor senador: así como lo es para usted, nada que se vincule con Malvinas para este gobierno es reiterativo. Para nosotros es una cuestión liminar de nuestra política exterior, como lo ha sido para otras administraciones.

Este canciller se compromete a tomar conocimiento del proyecto que duerme el sueño de los justos, a analizarlo técnicamente, y en la media que lo podamos compartir en la próxima visita que le haga a este mismo recinto con gusto le dirá cuál será la posición del Ejecutivo. Pero como línea de principios, toda acción que la Argentina pueda tomar conforme a derecho vinculada con proteger sus intereses eventuales a futuro respecto de las Islas Malvinas, va a contar con nuestro decidido apoyo.

Me parece importante mencionarles —dado que la primera parte de la pregunta se refería a si se va a volver a tratar el tema en el Comité de Descolonización — que desde ya que lo vamos a impulsar, con la misma fuerza con la que lo hemos hecho en los dos años anteriores.

El último evento de las múltiples reuniones bilaterales que se han realizado a distintos niveles fue en Cartagena de Indias. En una reunión que tuve a comienzos del mes de febrero con el secretario volvimos a tocar este tema. Como ustedes saben, la Argentina ha suspendido los permisos de sobrevuelo y no va a modificar esa posición en tanto no exista la posibilidad de que desde el territorio continental se pueda volar a las Islas Malvinas por Aerolíneas Argentinas o por la línea aérea que la Argentina decida.

Estamos intercambiando lo que se llama non papers con el gobierno de Gran Bretaña, que es una negociación complicada. Muchos de ustedes saben muchísimo mejor que yo lo complicado que es. Pero de cualquier manera, si como dijo el ex embajador de Gran Bretaña en la Argentina — Robin Christopher — que ni él ni sus hijos van a ver las Malvinas argentinas, la Argentina tiene paciencia: las verán nuestros nietos.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Jenefes.

Sr. Jenefes. — Señor canciller: primero, quiero agradecerle su presencia.

Como legislador de la provincia de Jujuy me interesa fundamentalmente lo que está ocurriendo en la vecina República de Bolivia. Y le pido que si tiene alguna novedad o alguna información que darnos, nos exponga sobre el tema.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Marcelo López Arias.

Sr. López Arias. — El Senado la semana pasada votó un proyecto de declaración no sólo manifestando la preocupación — que es obvia— sino, además, poniéndose a disposición, porque quiere contribuir y acompañar en todo lo que pueda para lograr una salida institucional pacífica en la hermana República de Bolivia, cuya situación nos preocupa a todos.

Sr. Canciller. — La posición del Poder Ejecutivo, señores senadores, está absolutamente en línea con el proyecto de resolución que, en mi personal modo de entender las cosas, será muy útil.

Anoche a última hora hablé con el presidente Mesa y le ofrecí una serie de alternativas. Previamente había hablado con el presidente Kirchner.

Quien haya escuchado el discurso del presidente Mesa lo habrá notado conmovido. En términos políticos, no quedan demasiadas balas de plata en ese revólver. Y también escuché las declaraciones de Mamani, hablando de un baño de sangre; lo que habrán escuchado o leído ustedes.

La Argentina y Brasil tuvieron una participación al menos oportuna en la crisis del gobierno de Sánchez de Lozada en una misión conjunta que llevaron a cabo y que ayudó a encontrar una salida institucional incruenta.

El ofrecimiento básico que le hice ayer al presidente Mesa fue el mismo, inclusive sumando a otros actores, no necesariamente sólo la Argentina y Brasil. Lo que el presidente Mesa me manifestó es que en las próximas 48 horas él iba a tener más claras dos cosas: el tratamiento que se le podía dar o no al proyecto de ley de hidrocarburos que, como ustedes saben, en este momento es la médula de la discusión y también a la manifestación de hacer elecciones anticipadas para el mes de agosto. De manera tal que estamos en permanente contacto con él y con su canciller, y nuestro embajador está instruido al respecto.

Ese país, que es la rodilla de América, más allá de los aspectos afectivos, tiene una extraordinaria importancia para el equilibrio continental. Por supuesto que uno no puede ir más allá de lo que le solicitan; en ese sentido, se debe ser muy respetuoso y traté de serlo con el presidente, pero debo señalar que estamos permanentemente sobre la cuestión, señores senadores.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra la señora senadora Alicia Mastandrea.

Sra. Mastandrea. — Buenos días y gracias, señor canciller. Quiero hacerle una pregunta que se relaciona con la Comisión de Industria y es acerca de los acuerdos con China.

Quisiera saber si los senadores podríamos tener acceso a los estudios técnicos que se han efectuado antes de la firma del acuerdo y, especialmente, a la evaluación del impacto que puede significar el declarar a China como economía de mercado ante los sectores productivos que han tenido mayor cantidad de litigios en la O.M.C. Se trata esta de una inquietud que hemos recibido en forma particular.

Por otra parte, quisiera saber si dentro de esos estudios técnicos se han evaluado mecanismos antidumping o de resolución de conflictos que prevean, en el caso de no llegarse a un acuerdo, qué posición va a tomar la Argentina.

Sr. Canciller. — Me parece una pregunta de una extraordinaria importancia.

En ocasión de la visita del presidente de China se firmaron dos tipos de instrumentos: instrumentos —para decirlo de alguna manera— de Cancillería a Cancillería, dentro de los cuales está el memorandum de entendimiento que usted menciona y en el cual la Argentina reconoce el carácter de economía de mercado de China, y también una serie de acuerdos de empresas con la República Argentina que no pertenecen a la Cancillería sino al Ministerio de Infraestructura. Yo me voy a referir solamente en lo que respecta a la cartera que momentáneamente se encuentra a mi cargo.

Por supuesto que el Centro de Estudios Institucionales del Ministerio de Relaciones Exteriores tenía muchísimo material duro de estudios sobre eventuales impactos, y no solamente de la declaración de China como economía de mercado.

Porque, ¿qué es lo que significa la declaración de China como economía de mercado strictu sensu? Significa que si usted tiene que ir a un panel antidumping, los precios de referencia que se toman si ese país es economía de mercado son internos, y si no es economía de mercado son internacionales. Esto quiere decir que si nosotros tuviésemos una controversia con China vinculada a un problema de dumping, en razón de haberle reconocido el carácter de economía de mercado, cuando éste sea reconocido globalmente ante la O.M.C. tomaríamos los precios internos de China.

De modo tal que material duro teníamos.

La segunda reflexión es que no es un dato conocido, pero la Argentina no empezó a negociar el documento cuando llegó la delegación china. Nosotros enviamos a una delegación de expertos argentinos, primero a Brasilia y luego a San Pablo, para negociar los términos de esa declaración con el ministro de Comercio chino. De modo tal que no fue una declaración arrancada irreflexivamente, como salió publicado en algún diario, sino que fue una negociación muy ardua, muy difícil.

El ministro de Comercio de China me recordó la semana pasada que el tiempo que le dedicó a la Argentina para llevar a cabo esa negociación es el que habitualmente emplea para convencer a cinco países. Por lo tanto, no fue una actitud no pensada.

Pero, para mayor abundamiento, el Ministerio de Economía sacó dos decretos de numeración sucesiva, no recuerdo si fueron el 1.549 y 1.550 o el 1.559 y 1.560, que son decretos tuitivos, protectores de los sectores sensibles de la industria nacional, cosa que por supuesto se encargó de reprocharme el ministro de Comercio de China en ocasión de su última visita.

Además, el memorándum de entendimiento establece la creación de un grupo de trabajo, cuya fecha de comienzo de funcionamiento acabamos de acordar durante esta última visita, el cual va a identificar qué sectores son sensibles para la Argentina con el objeto de no producir un daño en la recuperación de la Economía. Este grupo de trabajo bilateral es el que va a identificar esos sectores.

Obviamente no estoy autorizado a dar detalles porque en el acuerdo se firmó una cláusula confidencial, pero se protege a nuestra industria.

La mejor prueba a la que me puedo remitir es la relativa a la paz que hay en las cámaras empresariales con respecto a este acuerdo que hemos celebrado con China. Ellos están debidamente informados...

Sr. Terragno. — Perdón. ¿Puede aclarar de qué se trata la cláusula confidencial?

Sr. Canciller. — En los acuerdos comerciales suele haber cláusulas de confidencialidad que protegen los intereses, en el mejor de los casos —en nuestro caso—, de los que estamos más expuestos. De eso se trata la cláusula de confidencialidad. Es confidencial respecto de los mercados y de terceros países. Recuerden que el presidente de China vino aquí de Brasil e iba a Chile.

No se olviden que, entre otras cosas, en la negociación la Argentina obtuvo un aumento de las exportaciones para el próximo lustro de US$ 4.000 millones.

Las condiciones de negociación son siempre bilaterales...

Sr. Terragno. — ¿Es confidencial respecto de los legisladores?

Sr. Canciller. — Respecto de los legisladores no hay nada que sea confidencial, pero lo que sucede es que esto es más que una reunión de legisladores.

Sra. Mastandrea. — Siguiendo con el mismo tema, usted habló sobre la paz que está habiendo en las cámaras empresariales...

Sr. Canciller Bielsa. — Paz relativa...

Sra. Mastandrea. — Sí; relativa. Me agradaría que pueda aceptar una invitación a la Comisión de Industria que presido, porque no sucede lo mismo en esa comisión con respecto a los acuerdos con China.

También quisiera saber si el Congreso va a tener en sus manos el acuerdo para que sea ratificado, para conocerlo totalmente y para que sea debatido en su seno.

Sr. Canciller. — Como usted sabe, este instrumento no necesita una ratificación legislativa; de cualquier manera, me parece que es indispensable que lo tengan, aunque no sea para una ratificación legislativa —la cual no precisa— y se lo vamos a hacer llegar.

Y, desde ya, como me sorprende y me preocupa lo que me dice, porque junto a la Secretaría de Comercio Exterior hemos tenido mucho cuidado en sostener una innumerable cantidad de reuniones con distintas cámaras, tanto con las interesadas en exportar, como la Cámara de Productos Cítricos, hasta con las preocupadas por la importación, como la de neumáticos, y siempre pudimos aclarar las dudas administrativas. Por lo tanto, estoy a su disposición para ir a la comisión con los funcionarios técnicos y aclarar las dudas que ustedes estimen que haya que aclarar.

Sra. Mastandrea. — Gracias, señor canciller.

Quiero hacerle una pregunta que no tiene que ver con este tema. Ha llegado una denuncia a la Comisión de Industria en cuanto a que el Programa de Naciones Unidas estaría, mediante franquicias diplomáticas, abasteciendo de todo el plástico descartable a todos los hospitales, sanatorios y clínicas del país, lo cual provoca que esa industria nacional se encuentre sin poder vender sus productos desde hace un largo tiempo como consecuencia de que dichos productos se están ingresando por franquicia diplomática.

Si tengo que esperar la respuesta, no tengo problema. Pero quería hacerlo público.

También, para no demorarlo, sigo con otra pregunta.

El 13 de diciembre, en Cancillería hubo una reunión donde la Unión Europea comunicaba que se levantaba la restricción de la aftosa que tienen cuatro provincias argentinas.

A la fecha hablamos y nos dicen que no se puede hacer efectiva esta restricción porque no está traducida a los veinticinco idiomas la resolución de la Unión Europea. Como el hombre de campo que no puede vender su vaca esta respuesta no la puede entender, quisiera saber si usted me puede aclarar lo de la franquicia diplomática y lo del SENASA.

Sr. Canciller. — Tomo nota de ambas cosas. Respecto del ingreso de mercadería plástica con franquicia diplomática de modo de anegar el mercado, eso desde ya le digo que es materialmente imposible.

Es posible que haya algún episodio de esta naturaleza. Quienes abogan por su propio interés siempre lo presentan más grave de lo que en realidad es. Lo vamos a certificar. Pero yo tengo acceso a las compras que realiza el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, y la verdad es que el asunto del plástico no me suena como cuantitativamente significativo. Lo hubiese notado. De cualquier modo, lo vamos a ver.

Sra. Mastandrea. — Perdón, concretamente se refieren a jeringas descartables, los tubitos, etcétera. Trajeron un montón de documentación que les puedo acercar.

Sr. Bielsa. — Sí, cómo no. Lo vamos a ver con total seriedad. Tomamos nota.

Respecto de la traducción de los instrumentos de la declaración de la Argentina como país libre de aftosa con vacunación, es incumbencia del secretario Campos. Nosotros simplemente lo que hacemos es la negociación. La instrumentación la hace la Secretaría de Agricultura.

También vamos a averiguar si es cierto que está en trámite la traducción a veinticinco idiomas. No es una cuestión compleja de hacer realmente. Si esto es así, como usted dice, lo vamos a resolver rápidamente.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Gerardo Morales.

Sr. Morales. — Gracias, presidente. Muchas gracias por la presencia, señor canciller. Yo quiero hacerle algunas preguntas sobre dos temas; uno que tiene que ver con el protocolo facultativo de la CEDAW. Quisiera que me informe, señor canciller, cuál es la posición del Poder Ejecutivo, si es que el Poder Ejecutivo está de acuerdo con que se apruebe este protocolo facultativo sin ningún tipo de restricción.

Y, en alguna medida también, cuál es la interpretación que hace el Poder Ejecutivo sobre la importancia que tendría la aprobación de este protocolo.

Sr. Presidente. — ¿Le cede la palabra a la senadora Perceval?

Sr. Morales. — Sí, cómo no.

Sra. Perceval. — No sólo sería un gesto de buena educación sino también un rasgo de paridad en la institucionalidad democrática, que respecto del Protocolo pueda ponérsele una silla en el panel para la embajadora Di Tulio, que acompaña al canciller con el mismo rango que los otros embajadores.

Sr. Presidente. — Antes de escuchar la respuesta del canciller, y en virtud de la presencia de senadores que no son miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores y de los acompañantes del canciller, quiero refrescar brevemente — para que sea de mayor utilidad la respuesta de nuestro canciller— qué ha ocurrido desde mayo de 2001 cuando se envió el protocolo al Parlamento.

En esa oportunidad logró aprobación por unanimidad en la Comisión de Relaciones Exteriores, pero no llegó a tratarse en el recinto hasta que en 2002, ya con una nueva administración —no sólo de funcionarios que han cambiado en la Cancillería sino hasta del presidente—, se pide el retiro del protocolo a la Comisión.

La Comisión accede a ese retiro. Tampoco se concreta físicamente el retiro de este ámbito a pesar de un par de pedidos, tanto de la Cancillería de aquel entonces como de la Jefatura de Gabinete, hasta que en 2004 —tengamos presente, nuevamente, cambio de funcionarios y de la máxima instancia, el presidente— el Senado toma en diciembre la decisión de tratar en la sesión siguiente, con o sin despacho, el Protocolo de Lucha contra la Discriminación de la Mujer.

En esa ocasión esta Comisión, ya en ese momento con los integrantes actuales, decide tratarla en su seno porque pensábamos que era enriquecer el debate el llegar con el tratamiento en la Comisión y no hacerlo sobre tablas.

Envío una nota a la Cancillería ya que el protocolo que teníamos aquí — con los fundamentos tanto de la administración del presidente De la Rúa como de la administración del presidente Duhalde — iba a ser tratado. La Cancillería nos contesta con fecha 30 de diciembre.

Tengan en cuenta que entre que la nota va y la nota viene trabajan técnicos de Cancillería. Ante la premura parlamentaria —había sólo siete días—, el 15 de diciembre esta Comisión trata el tema y se obtienen tres dictámenes; uno con siete votos —el de mayoría— que aprueba el protocolo con dos declaraciones. Concretamente con una declaración que hace uso del mismo artículo que tiene el protocolo —el artículo 10—, que permite en el caso de los artículos 8° y 9° dejar al Comité sin injerencia en esos puntos. Todo el protocolo tiene veintiún artículos.

Y también agrega un párrafo declarativo, donde validamos nuestra Constitución y el Pacto de San José de Costa Rica, para garantizar que no se está abriendo la puerta a un tema tan debatido como el del aborto.

Interpretamos que el protocolo no incursiona en este tema en absoluto. Pero además hacemos uso de la posibilidad de una cláusula declarativa que el mismo protocolo tiene, para dejar las cosas con la mayor claridad posible. Esto desde el punto de vista de siete miembros de esta Comisión.

Luego hay otro despacho con cuatro votos, el de la primera minoría, que aprueba el protocolo sin ninguna declaración. Y finalmente un despacho, el de la segunda minoría — con un solo voto — , que no aprueba el protocolo.

Con esos tres despachos estamos en condiciones de ir al recinto. El 30 de diciembre la Cancillería envía, obviamente, el mismo protocolo. El protocolo nunca cambia; cambia lo que acompaña al proyecto, que son los fundamentos.

Y vale la pena destacar en los fundamentos que nos envía el canciller Bielsa —aclaro que me he reunido con el canciller hace un mes por esta cuestión—, qué pide la administración actual. Básicamente, el tratamiento del protocolo. Obviamente, no hay cambios en algo que ya tiene la aprobación de muchos países y que es un solo protocolo.

Finalmente, el canciller me dice lo que el sentido común también me indicaba. Por un tema de economía procesal ya lo tenemos aprobado con las tres alternativas en la Comisión. Por lo tanto, el proyecto del día 30 es redundante en alguna medida.

Quiero dar todos estos elementos para que la respuesta del canciller sea lo más esclarecedora posible y sea de utilidad para el posterior debate en el recinto.

Muchas gracias canciller por su paciencia.

Sr. Canciller. — En la misma línea de pensamiento de la senadora Perceval, pareciéndome insuficiente que la máxima expresión de republicanismo y democratismo en este recinto sea una silla, le voy a ceder a la embajadora Di Tulio la exposición de la posición del Ejecutivo respecto de este tema.

Sra. Di Tulio. — El Poder Ejecutivo Nacional ha hecho una larguísima y extensa consulta con todos los Ministerios que tienen alguna injerencia en el tema estrictamente de mujer.

Nosotros nos planteamos ciertamente uno de los principales ejes que tiene el gobierno nacional con respecto a los derechos humanos. Los derechos humanos de las mujeres no son independientes de la línea del gobierno nacional. Todos los Ministerios han hecho un dictamen favorable acerca de la ratificación del Protocolo.

Hemos hecho, además, consultas muy amplias con las organizaciones de la sociedad civil, donde todas ellas han reflejado la importancia de la ratificación del Protocolo para la mejor aplicación de la Convención Contra la Discriminación de las Mujeres, que está en la Constitución argentina.

Ha sido un debate amplio, donde todos los Ministerios del Poder Ejecutivo han sido consultados y todos se han expedido favorablemente acerca de la ratificación del Protocolo. Y todo este proceso ha llevado a que los tiempos han superado al tratamiento en la Comisión de Relaciones Exteriores del tema sobre la ratificación del Protocolo.

A sugerencia del señor canciller se eleva una propuesta al presidente de la Nación, quien la firma favorablemente junto con el jefe de Gabinete de Ministros, y es depositada en este recinto con fecha 30 de diciembre.

La posición del Poder Ejecutivo Nacional es que se ratifique el Protocolo Facultativo de la CEDAW.

Sr. Canciller. — Sin perjuicio de lo expuesto, como último añadido hemos acordado, minutos antes de esta sesión, que voy a enviar una nota a la comisión anexando el dictamen de la Consejería Legal con los argumentos técnicos que sostienen esta posición del Poder Ejecutivo. Esto lo haremos en las próximas cuarenta y ocho horas porque ya está realizado el trabajo de consejería.

Sr. Morales. — Para terminar este tema, entonces, ¿comparte que sin más trámite demos sanción a este Protocolo?

Sr. Canciller. — Efectivamente.

Sr. Morales. — El debate es sobre si va a ser con restricciones o no. Tenemos la posición de que la aprobación de este Protocolo, que no agrega ni quita derechos porque los derechos ya tienen rango constitucional a partir de la reforma de la Constitución, lo que hace a establecer un procedimiento para garantizar su aplicación y que ya están expresos en la Constitución, no aborda para nada la cuestión de la despenalización del aborto.

La posición que tiene el bloque de la Unión Cívica Radical es que ese Protocolo tiene que ser aprobado sin reservas. Porque son cosas totalmente diferentes.

Le pregunto al señor canciller si comparte este criterio.

Sr. Presidente. — Aprovecho para refrescar las tres posiciones. Porque el canciller puede confundirse pensando que hay dos posiciones: la de los que están a favor y la de los que en contra del Protocolo. Pero hay tres.

En mi caso, he votado el proyecto de mayoría, que tiene siete votos, el cual tiene dos declaraciones. No quiero usar la palabra restricción porque el Protocolo en el artículo 10 no la menciona sino que dice declaración. Y nosotros nos hemos ajustado a lo que el propio Protocolo dice. Y muchos países hicieron uso de esta declaración que deja al Comité fuera de juego solamente en dos artículos — el 8° y el 9°— por razones de soberanía.

El artículo 10 en ningún momento usa la palabra restricción sino que habla de declaración. Porque justamente el Protocolo sigue estando en pie y el Estado tendría que dar, si quisiera, la validez al Comité también para los artículos 8° y 9°. Acuérdense de que no es vinculante la opinión del Comité.

Entonces, el Estado se reserva la facultad de autorizar o no.

En síntesis, esa es la diferencia entre la posición de siete votos y la de cuatro, que no pone ninguna declaración y aprueba los veintiún puntos del Protocolo. Pero el Protocolo tiene validez con veintiún puntos o con la cláusula declarativa del artículo 10.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Losada.

Sr. Losada. — Me parece que el tema no es el debate entre nosotros sino la opinión del canciller. Si no, su presencia nos va a dejar con los mismos interrogantes y creo que éste era un tema fundamental.

La pregunta es: ¿cuál es la opinión del Poder Ejecutivo con respecto al Protocolo? ¿Deberíamos aprobarlo tal como está o con las modificaciones, por más respetables que puedan aparecer? Esta es la pregunta fundamental porque creo que es una de las razones por las cuales está el canciller aquí.

Sr. Canciller. — Yo invertiría la cuestión, senador Losada. Me parece que no es incumbencia del Poder Ejecutivo incidir en un debate parlamentario.

Lo que sí quiero manifestarles es lo que va a decir técnicamente el dictamen de la Consejería Legal, que es la opinión técnica de la Cancillería. Va a decir que el instrumento a consideración del Honorable Congreso no crea derechos nuevos y sólo crea un mecanismo de seguimiento cuyas recomendaciones no son vinculantes, y si hubiera exceso en las mismas, éstas no tendrían validez. Esto es lo que va a decir el dictamen de la Consejería Legal. El resto creo que es debate de ustedes y no corresponde que yo intervenga.

Sr. Morales. — Para mí ese dictamen ratifica nuestra posición. Me parece que lo tenemos que aprobar como viene, sin ningún tipo de restricción o modificación.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Menem.

Sr. Menem. — No es mi intención abrir el debate acá ni mucho menos. Mi posición es la del dictamen de mayoría. Redacté el primer dictamen haciendo esa declaración y haciendo la reserva del artículo 10.

Lo que quiero decir es que si el propio Protocolo establece la posibilidad de hacer esa declaración, de ningún modo se puede entender que es restrictivo. No es que le quita atribuciones al Comité.

En segundo término, este no es un problema técnico, es un problema político que tiene que ver también con la conciencia de la gente en un país mayoritariamente católico, donde hay muchas observaciones sobre este tema y cada uno votará de acuerdo a su conciencia. Pero como bien lo decía recién el senador Puerta, no es que no se ratifica el protocolo. Sí se lo ratifica, nada más que con una cláusula por la que el propio Protocolo autoriza a hacer una declaración, que también se puede dejar sin efecto en cualquier momento — porque lo dice el artículo 10—. Además, es una declaración interpretativa que no afecta a nadie, porque es ratificar los principios de la Constitución y de los pactos internacionales y que realmente atiende a la inquietud de un gran sector de nuestra comunidad frente a ciertas acciones que tomó el Comité en algún caso.

Esta es la posición que quería manifestar. Pero reitero: no es un problema técnico sino de conciencia; es un problema político.
Sr. Morales. — Me queda clara la posición del Poder Ejecutivo. Me parece que está en línea con el pensamiento que este gobierno está desarrollando en materia de derechos humanos. Así que creo que la posición del gobierno ratifica el dictamen del radicalismo. Después haremos el debate sobre los dictámenes.

Quiero preguntarle sobre la cuestión del tema de las valijas. Me parece bien que se haya instruido un sumario. Lo que quiero pedirle es que cuando tenga las conclusiones, y en caso de que sea información calificada, en esos términos sean remitidos los antecedentes al seno de esta comisión.

Quería preguntarle al canciller cuándo se enteró del tema de las valijas; si tiene conocimiento de cuándo se enteró de este tema el embajador Bettini; si sabe, a partir de cuándo dicho embajador se enteró, le informó algo; y si el embajador Bettini realizó algún tipo de trámite para profundizar la investigación sobre el tema.

Sr. Canciller. — Si el domingo de febrero fue 11 o 12, porque no recuerdo la fecha, ese domingo me enteré sobre el tema de las valijas, y lo hice a través de los diarios. Al día siguiente, el lunes, llamé al embajador Bettini, quien se había enterado de este episodio la noche anterior —el domingo— porque lo había llamado el periodista Eduardo Van Der Kooy para preguntarle qué sabía del tema. Él no había leído la tapa del diario La Nación y se enteró en ese momento, según él mismo me manifestó.

Las gestiones que hizo el embajador Bettini, que son las propias de su Ministerio, son conocidas: fue gestionar ante la Guardia Civil una declaración —la cual fue hecha pública— de que en ningún momento había existido ni una actuación en términos administrativos ni en términos jurisdiccionales que pusiese en sospecha a la Embajada Argentina como interviniendo en este affaire. El resto me corresponde a mí, como responsable de la administración, que es ordenar el sumario. Y por supuesto que en cuanto tengamos la conclusión, la cual no va a tardar mucho, se la vamos a hacer llegar a la comisión para su conocimiento.

Sr. Morales. — Es decir que había empleados de la Embajada que conocían desde septiembre este tema y que no le informaron al embajador...

Sr. Canciller. — Es lo que dije antes: en primer lugar, el 17 de septiembre, cuando este funcionario de seguridad del aeropuerto de Barajas le hace el comentario al funcionario administrativo, al contador Amigo, el embajador Bettini no estaba en funciones. Dicho embajador entró en funciones el 5 de octubre, y quien estaba a cargo de la embajada era el ministro Villalba, quien prestó declaración en el marco de la instrucción sumaria.

Lo que tiene que determinar la instrucción sumarial —o el sumario, si amerita ser elevado a tal—, es si había una obligación funcional de hacer saber un comentario informal. Yo les confieso que tengo dudas.

Si me pongo en el lugar del funcionario administrativo y una persona que conozco desde hace años me hace un comentario, cuando ni siquiera sé qué tienen esas valijas porque no las habían abierto, no sé si existiría una obligación de informarlo. De cualquier manera, precisamente porque no sé si existe una obligación de informarlo, ordené la instrucción del trabajo preliminar. Los auditores me dirán si existe, si hubo una falta administrativa o qué tipo de falta hubo. En el caso de existir un delito de acción pública, como usted sabe, el artículo 177, Primera Parte, del Código de Procedimientos me obliga a denunciarlo; y si correspondiera lo haré.

Sr. Morales. — Gracias, señor canciller.

Sr. Canciller. — Al contrario, senador.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Terragno.

Sr. Terragno. — Canciller: yo no le había repreguntado cuando usted contestó sobre el tema del correo diplomático porque me pareció que su respuesta había sido suficientemente amplia, pero esta nueva intervención me genera algunas dudas.

En primer lugar, está muy claro que el terrorismo y el narcotráfico constituyen problemas centrales en las relaciones internacionales y que la lucha contra el narcotráfico es un problema en el que están comprometidas las naciones y todos nosotros. Y se me ocurre que este tema no es indiferente. Además, había antecedentes sobre el envío de cocaína a España, incluso en determinado momento se detectó una bodega que diluía cocaína en vinos y los enviaba a España en barco; o sea que pareciera haber un tráfico establecido.

Como usted explicó muy bien fueron valijas, no el "telescopio", pero supuestamente por correo diplomático y con un marbete improvisado que decía "Embajada Argentina" llegan a Madrid dos valijas que nadie recogió. Se supone que debe haber existido algún alerta, porque no se envía cocaína a Madrid para que ésta quede circulando en las cintas transportadoras.

Intervino la Interpol, la policía española y hasta el momento que usted señala sólo estaba la pista del olfato de los perros, pero después se comprobó que había cocaína, y el ministro del Interior ha dicho públicamente que él se enteró en septiembre de que esto había pasado.

¿No es ilógico que en un tema de tanta trascendencia en las relaciones internacionales, como es el narcotráfico, el canciller se entere el 11 o 12 de febrero por los diarios y el embajador argentino en España se entere porque lo llama Eduardo Van Der Kooy desde Buenos Aires, y que en todo este período, sabiendo que esto existía dentro del Gabinete nacional, no se le haya informado al ministro de Relaciones Exteriores?Sr. Canciller. — Senador: yo lo encararía así: el caso es grave y es un episodio de narcotráfico un poco más grave de los que habitualmente conocemos.

No puedo hacer ningún tipo de conjetura respecto de la sustancia de la cuestión porque está subjudice, de manera tal que sería impropio que lo hiciera.

Así las cosas, me parece que corresponde distinguir saber de haber debido saber, que son dos conceptos completamente distintos.

En cuanto a saber, yo me enteré el día que dije que me enteré; nunca me enteré ni escuché la más mínima alusión a esta cuestión hasta ese domingo 11 o 12...

Sr. Terragno. — Le aclaro que no he puesto en duda lo que usted ha dicho.

Sr. Canciller. — Ya lo sé; desde ya. Pero quiero decir que lo que sería grave es haber sabido y ocultado el tema, o sea el haber formado parte de la conjura del silencio, y quiero descartar esa posibilidad. Yo no lo sabía.

El haber debido saber tiene que ver con responsabilidades que el Gobierno ha atribuido a distintas personas físicas. Como a usted no se le escapa, senador, ha habido un desplazamiento de altos oficiales de las Fuerzas Armadas, una intervención de la policía aeronáutica nacional —que se llama de otro modo— y una refuncionalización de todo el Aeropuerto de Ezeiza.

Hablando desde el punto de vista administrativo, no del proceso penal, se ha detectado una enorme cantidad de errores y de permisividades que no son aceptables. Pero esto no es nada más que otro capítulo de la triste historia del retroceso de nuestro Estado.

Cada vez que uno pone un dedo en algún lugar sensible se encuentra con que abajo está todo comido por las termitas, y la tarea de reconstrucción de los órganos de control, de los mecanismos de seguridad y de lo que usted acaba de mencionar: un elemental sistema de alerta temprana y de control de daños, desgraciadamente, en este caso no existió.

Entonces, se han tomado todas las medidas que el Gobierno interpretó que debían tomarse.

Yo, que desgraciadamente tengo que estar mucho en los aeropuertos, me doy cuenta de todo lo que ha cambiado, por lo menos en prácticas que eran habituales para entrar y salir del país.

Y esperemos que este episodio no se vuelva a repetir. Que, efectivamente, el canciller lo hubiera debido saber... Mire: lo hubiera debido saber el presidente, senador. Y, sin embargo, por estas cuestiones que estoy diciendo, no lo supo.

Sra. Escudero. — Tengo algunas preguntas y muchos pedidos para hacer, canciller.

En primer lugar, agradecerle el apoyo que brinda la Cancillería a la delegación argentina del Parlamento Latinoamericano. Quiero hacer un público reconocimiento en este sentido.

La Comisión de Asuntos Económicos y Deuda Social del Parlamento Latinoamericano se va a reunir aquí en Buenos Aires el 30 de junio. Le hemos formulado una invitación al presidente Chávez, que quiero pedirle que la Cancillería la formalice. Porque sería muy interesante contar con la visión de su alternativa bolivariana.

Sr. Canciller. — ¿Ya está formalizada? Habría que apoyar el pedido.

Sra. Escudero. — No, no está formalizada. Lo hice informalmente en Caracas. Pero entiendo que formalmente tiene que ser gestionado a través de la Cancillería, por tratarse de un jefe de Estado.

La segunda tanda de preguntas y pedidos se refiere a mi provincia, Salta. Me sumo a la preocupación del senador Jenefes y del senador López Arias por las consecuencias que puede tener para la Argentina el clima de inestabilidad boliviano. Nos ponemos a disposición si la Cancillería resuelve hacer alguna reunión conjunta en ese sentido. Los legisladores de las provincias limítrofes tenemos un gran interés en apoyar y ayudar al vecino país.

Hemos tomado conocimiento en estos días que Bolivia habría hecho unas obras de defensa sobre el Río Bermejo, en la margen izquierda. Eso está provocando inundaciones sobre el lado salteño, en la localidad de Aguas Blancas, poniendo en peligro a esa población y a la ruta que existe en esa ribera. Por lo tanto, quiero pedirle a la Cancillería que tome cartas urgente y me informe en qué estado está esa situación.

Asimismo tenemos pendiente el llamado a licitación para el nuevo puente internacional que une las localidades de Yacuiba y Salvador Maza. Quisiera que me informe en qué estado se encuentra esta situación.

Sr. Canciller. — Sí, cómo no. Respecto de la construcción de defensas en la margen boliviana del Río Bermejo, a la altura de Aguas Blancas, estamos en contacto con la contraparte boliviana. El delegado respectivo de la República de Bolivia frente a una serie de demandas técnicas que hizo la Cancillería argentina, se puso en contacto con especialistas. Y el 14 de marzo se consideró el tema en el punto dos de la agenda. Estamos trabajando para tratar de minimizar estos problemas con los gaviones —como les llaman—, para que no haya más inconvenientes de los que ha habido hasta ahora.

Me perdí la segunda parte de la pregunta.

Sra. Escudero. — Por el puente internacional Yacuiba-Salvador Maza circulan los camiones con combustible. Es un tema muy importante para acelerarlo.

Sr. Canciller. — Respecto del puente —que fue un tema del que habló específicamente el presidente Kirchner con su par Mesa cuando visitamos Yacuiba— , tenemos algunas dificultades con la contraparte por la situación que es de público y notorio. Es prioritario en nuestra agenda en la relación bilateral. Esperemos que se normalice cuanto antes la situación institucional para poder acelerarlo. Pero lo tenemos perfectamente identificado y priorizado.

Sra. Escudero. — Por eso queremos ponernos a disposición, si hace falta hacer alguna reunión en Bolivia, para apoyar este tema con la presencia de los legisladores.

En otro tema que hace a la provincia de Salta, hay una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por una petición de tierras de indígenas en la zona del Río Pilcomayo, limítrofe con Bolivia y Paraguay.

La provincia de Salta hizo ya la propuesta formal en la última reunión de la Comisión. Lo que queremos pedir es el apoyo del gobierno nacional. Nos parece que estamos muy cerca de un acuerdo, y creo que sería histórico, extraordinario, lograr la solución de un conflicto que lleva ya cincuenta años en la región.

Sr. Canciller. — Para su suerte y para mi desgracia, la tengo a mi esposa involucrada directamente en ese tema, "que me deja la oreja así" diariamente. De modo que por supuesto que van a contar con todo nuestro apoyo.

Sra. Escudero. — Muchísimas gracias.

Quisiera que nos haga una reflexión sobre su evaluación de su visita del presidente Kirchner a Chile.

Nosotros, en las reuniones del Parlamento Latinoamericano tenemos permanentes reclamos de parte de los legisladores chilenos por la cuestión del gas, de modo que me gustaría conocer cuál es la última evaluación.

Sr. Canciller. — Creo que fue una visita extraordinariamente importante, no solamente por la cantidad de acuerdos que se firmaron, no solamente porque hay obras centrales, como la obra de minería de Pascualama y el túnel de Aguas Negras, que han avanzado mucho.

Afortunadamente hemos conseguido que el Estado chino financie la segunda fase de la obra de factibilidad que está llevando adelante San Juan, y que la empresa China Railway haya obtenido un crédito del Banco Internacional de China para financiar la construcción del puente.

Les podría mencionar infinidad de logros vinculados con esta visita. Pero me parece que el tema central es el que usted menciona: el tema del gas.

Ese tema fue planteado, sin excepción, en absolutamente todas las reuniones; en las bilaterales, de ministro a ministro, e inclusive el senador Larraín, presidente del Senado chileno, en la visita al Congreso lo planteó ante el presidente Kirchner.

Nuestra posición es la que todos conocemos. Argentina es un país con gas, no es un país gasífero. En consecuencia, se nos presentan dos alternativas. Una sería que vayamos a un panel para dirimir si es vinculante o no es vinculante — y en qué medida es vinculante — , cosa que ha sido rechazada expresamente por el gobierno chileno y, hasta en la reunión en el Senado, por el propio senador Larraín. Porque a nadie se le escapa que un contencioso de esa naturaleza duraría cuatro, cinco años y que no sería conveniente para nada que discontinuáramos las ventas de gas a Chile por ese período, porque eso sería una catástrofe para Chile. Y me parece que lo que tenemos que hacer es compartir la escasez hasta el momento en que se transforme en abundancia.

El Estado nacional ha encarado obras extremadamente importantes: el gasoducto del NEA, completar el gasoducto del NOA, nuevas obras de prospección, acuerdos con las empresas que, en realidad, en los últimos años —esto es un dato objetivo, basta ver los números— liquidaron stock en vez de hacer prospección y en vez de agrandar el stock.

Hemos hecho un acuerdo muy importante desde el punto de vista del precio por millón de BTU con Bolivia, hemos hecho un acuerdo muy importante de provisión de fuel con Venezuela. Hemos pagado el precio, si se quiere, de recortar un poco más las ventas de gas a Chile, porque paramos Atucha y paramos Loma de la Lata para que no hubiese problemas en el invierno.

En función de las políticas de austeridad, el año pasado los usuarios no desconectables ahorraron un siete por ciento, los usuarios desconectables un veinte por ciento. De modo tal que no es que únicamente hay restricciones para la venta a Chile sino que también hay restricciones al interior de Argentina.

Crecimos de una manera que no se preveía que pudiéramos crecer, y me parece que el gran secreto para que esto que le dicen a usted, que nos dicen a nosotros, se reconduzca un diálogo civilizado, es el buen funcionamiento de la Comisión Mixta.

La Comisión Mixta fue un acierto. Se reúnen, según los momentos de crisis, hasta tres veces por semana; están en permanente contacto. Eso permitió tirarle de la sábana al fantasma, poder poner los números arriba de la mesa, poder hacer proyecciones.

Esperamos un invierno, si Dios quiere, menos problemático que el del año pasado.

Así y todo, para terminarle el panorama, Argentina exportó un diez por ciento más de gas a Chile el año pasado que el año anterior, marcando un récord histórico de exportaciones.

De manera tal que no es una situación cómoda, le quiero decir, pero estamos haciendo todo lo que debemos hacer.

Sra. Escudero. — Gracias, canciller.

Una última pregunta, volviendo al tema del protocolo facultativo de la CEDAW.

¿Hubo conversaciones entre Cancillería y los representantes de la Iglesia Católica atento a la campaña iniciada por ésta última en contra de este Protocolo, vinculándolo con el tema del aborto ( lo que no es correcto) ?

En ninguna parte el Protocolo habla del tema del aborto ni permite abrir la puerta del aborto. Son dos medidas procesales para asegurar el cumplimiento de los derechos.

La intervención del Comité, que es muy light porque solamente hace recomendaciones — y lo hace con consenso y autorización del país— , es cuando hay una denuncia de una violación sistemática de derechos humanos de mujeres. Si esto se aprobara con la reserva estaríamos mutilando este Protocolo y estaríamos aprobando solamente la mitad.

¿Qué posibilidades hay de lograr un acercamiento con la Iglesia Católica?

Sr. Canciller. — Comprendo el punto. Me parece que retrocedimos al debate intracomisión, en el cual no quiero intervenir, pero…

Sra. Escudero. — La pregunta es si hay conversaciones con la Iglesia desde Cancillería.

Sr. Canciller. — Nosotros tenemos conversaciones cotidianas. Hasta donde puedo decir y vale la pena que diga algo, ni directa ni indirectamente el Protocolo alude al aborto. De manera tal que las aprensiones y las posturas son muy respetables.

El secretario de Culto permanentemente está en diálogo con la Iglesia. No creo que sea un punto de conflicto particularmente grave en este momento.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador López Arias.

Sr. López Arias. — Quiero hacer una aclaración porque no quiero que quede mal esta comisión frente a canciller.

Tenemos hoy dos ministros del Poder Ejecutivo en la casa. Y muchos de los senadores que estaban aquí presentes tuvieron que ir a la otra reunión.

Quería hacer esta aclaración porque es muy interesante e importante la presencia del canciller, pero los senadores debimos dividirnos en dos reuniones de este tipo.

Sr. Presidente. — El tema del puente Buenos Aires-Colonia en la anterior administración uruguaya venía siendo fogoneado para su avance. En esta comisión no hemos llegado a aprobar nada ahora. Anteriormente tuvo dos aprobaciones y en el recinto no se trató. Por lo tanto, me gustaría conocer, porque sé que han estado de visita en Montevideo, cuál sería la estrategia argentina al respecto. En los periódicos uruguayos, sobre todo, he leído la intención del nuevo presidente de desalentar esto para intentar un trazado diferente, un poco más lejos pero usando lo que ya está construido en Zárate Brazo Largo.

Sr. Canciller. — Como era una visita de asunción de jefe de Estado no hubo tareas técnicas. De manera que no he recibido nada diferente de lo que usted acaba de señalar. El entusiasmo del anterior gobierno por construir el puente es parecido al que hay en la ciudad de La Plata. No tenemos una contraindicación. Ahí está la cuestión que todos ustedes conocen de los estudios técnicos que indicarían que para que ese puente pudiera ser construido habría que pagar un peaje que lo haría inusable. Eso es un estudio técnico que está rebatido por otros estudios técnicos.

De parte del gobierno uruguayo no hemos tenido cambio de decisión hasta este momento.

Sr. López Arias. — Ni ratificación ni cambio de decisión.

Sr. Presidente. — …
— No se alcanzan a percibir las palabras pronunciadas por el orador fuera del alcance del micrófono.

Sr. Menem. — Esto tiene que ver con las relaciones internacionales pero no es responsabilidad directa del canciller. Pero considero un deber transmitirle una inquietud.

En ámbitos parlamentarios de otros países — y por comentarios— veo que no cae bien que cuando viene un embajador a presentar las cartas credenciales no las reciba el presidente de la Nación. Es como un menoscabo a ese representante directo del jefe de Estado que lo manda para que lo represente en este país.

Quiero transmitirle esta inquietud porque, inclusive, en la mayoría de los países es el jefe de Estado quien recibe las cartas credenciales. Y en nuestro país no se está haciendo eso en muchos casos.

Es un deber nuestro transmitir esa inquietud que escuché en otros ámbitos porque realmente no estamos quedando bien ante países amigos cuyo presidente manda a un embajador y no lo recibe el presidente de la Nación Argentina.

Sr. Canciller. — La primera vez que fui a almorzar a la casa del embajador Bernardini — donde se hacen los mejores fideos verdes de Buenos Aires— él me estaba esperando con una foto, que era la de nuestro embajador Mirré en Gran Bretaña vestido con frac, dándole las cartas credenciales a la reina. Y entonces me preguntó: ¿le gusta la foto? Y yo le contesté: por supuesto. Entonces me dijo: a nosotros también. El mensaje fue muy claro. Y a partir de esa vez lo he recibido en infinidad de ocasiones. Como decía Buffon, el estilo es el hombre mismo. Y el estilo del presidente es el estilo del presidente. Lo que estamos haciendo es extremar las cortesías para que los embajadores acepten que un mero canciller les reciba las credenciales y en algunas ocasiones, el vicepresidente, como sucedió en ocasión del viaje del presidente a Chile. Pero su preocupación es mi preocupación.

Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Losada.

Sr. Losada. — Esto que dice el senador López Arias acerca de que hay dos ministros parece una multitud para el poco hábito que tenemos de tener a los ministros en el Congreso. Y excluyo, obviamente, al canciller. El hecho de que haya dos es una situación excepcional. Por eso, nuestra poca preparación para recibir a ministros. Espero que nos habituemos más si tienen la cortesía y la obligación de venir.

Señor canciller: me parece útil y bueno que esté presente aquí.

Agregado a lo que dice el senador Menem, tampoco es bueno que vengan senadores a ver al Poder Ejecutivo y no pasen por el Congreso. No nos pareció de buen gusto y vimos como casi una descortesía de parte de los senadores de los Estados Unidos que hayan ido a ver al Poder Ejecutivo y no hayan venido al Parlamento, como es lo natural. También ocurrió eso en el caso de los representantes italianos, con los cuales nos alegramos mucho porque su misión era importante para el país.

Los senadores de Estados Unidos me parece que tienen que saber que hay una hoja de ruta donde hay un Congreso también. Y eso creo que es obligación de todos.

Sé que hay cuestiones que hacen a la obligación de Cancillería sobre la ratificación de los acuerdos. Obviamente, esto está descartado.

Quiero pedirle la mayor información posible sobre estas preocupaciones que expresamos sobre el tema China.

Y también quiero saber cuál es la postura que ha tenido y tiene el gobierno nacional acerca de esta cuestión de Corea del Norte con respecto a su armamento nuclear.

El otro aspecto que también me parece agregado a todo lo que acá se ha expresado — y que suscribimos— es esta actitud sistemática de los Estados Unidos de caracterizar a la Triple Frontera como el gran lugar del terrorismo. Obviamente que no hay que descuidarse. Pero si tuviéramos que hablar por los resultados tendríamos que procurar que no viajen a Nueva York porque ellos también, lamentablemente, sufrieron los ataques terroristas. Y esto lo digo en defensa del esfuerzo que hacemos en aquella zona para alentar al turismo. Y no nos ayuda en absoluto este tipo de caracterización cotidiana.

Sé que el gobierno argentino ha reaccionado y le pedimos realmente que ayuden porque es muy injusto que se tenga como una cuestión casi prohibitiva una región donde hay gente de bien, gente que trabaja.

Y la última cuestión es que nosotros estamos en una discusión — en los mejores términos, de mucha cordialidad, pero discusión al fin— con los hermanos brasileros sobre el tema del medio ambiente en Cataratas.

Hay un viejo reclamo sobre los helicópteros, porque hacen mucho daño.

Nosotros, la Comisión del Mercosur, hicimos un encuentro técnico entre el Estado argentino y el brasileño, pero nunca llegamos a una conclusión.

El medio ambiente es una cuestión de política de Estado y debemos insistir para que este tema tenga una respuesta, porque hace a una oferta de naturaleza, a una política de defensa del medio ambiente, y la Argentina tiene absoluta razón en cuanto a que el daño realmente se produce.

Esa es mi inquietud.

Sr. Canciller. — En primer lugar quiero decir que nos ha dado una muy buena idea, senador. Porque, en la práctica, cuando viene una delegación de cualquier país es la embajada la que nos propone la agenda y nosotros la tramitamos. Pero me parece una excelente idea, que desde ya recojo, que en ocasión de visitas que a ustedes les puedan resultar interesantes —después tenemos que ver cómo hacemos para saber qué les interesa y qué no— nosotros propongamos una visita a ambas cámaras. La verdad es que nunca se me había ocurrido y me parece que es una buena idea. Después vamos a ver qué mecanismos montamos para informarles quiénes vienen y así ustedes puedan decirnos si les interesa que esa gente los visite. No hay ningún inconveniente en ello y lo haremos a través del enlace.

Con respecto al segundo tema, les puedo decir que durante la conversación que mantuve la semana pasada con el canciller de China él me dijo que se había conformado un grupo cuatripartito del cual recuerdo tres países: China, Estados Unidos y Corea del Sur, a los efectos de lograr la desnuclearización de Corea del Norte y que las conversaciones estaban razonablemente encaminadas.

No es para darle demasiada tranquilidad, pero le quiero decir que estamos encima de esa cuestión. Ya lo habíamos hablado en ocasión de la visita del canciller, en noviembre, y estamos permanentemente sobre el tema.

Con respecto a la cuestión de la "Triple Frontera" voy a hacer tres señalamientos. El primero es que en el informe del buró de asuntos consulares de Estados Unidos, que motivó un cierto revuelo porque pintaban a la Argentina como un país inseguro, la "Triple Frontera" está caracterizada en forma bastante razonable, porque se descarta la existencia de células dormidas y de armamento, sólo se señala la posibilidad de que fuese un lugar en donde se hiciesen operaciones financieras de lavado de dinero.

Casualmente en el día de ayer la Cancillería terminó la réplica al informe del buró consular de Estados Unidos. Como ustedes recordarán, nosotros dijimos que íbamos a contestar las afirmaciones que allí se hacían y en la parte correspondiente a la "Triple Frontera", entre otras consideraciones, le recordamos a Estados Unidos que en el mes de noviembre tuvimos la última reunión cuatro más uno. Se trata de una reunión que se hace periódicamente en la que se evalúa absolutamente toda la información disponible, ya sea de inteligencia, de los organismos de seguridad y de los distintos países. Como se hace habitualmente, se hizo un acta conclusiva, la cual fue de absoluta satisfacción de los Estados Unidos.

Por lo tanto, le diría que en la materialidad de las cuestiones yo coincido con lo que usted dice y, más allá de la fantasmagoría popular o de pasillo, lo que está escrito sobre la posición de la Argentina coincide totalmente con datos objetivos y con la posición que usted ha planteado.

En cuanto a la cuestión de los helicópteros quiero decirle que es un tema que hemos hablado en Foz de Iguazú y que nuestra gente de Medio Ambiente está trabajando permanentemente en él.

Estamos totalmente conscientes de que la polusión sonora que generan los helicópteros produce la depredación de la fauna y la flora del lugar. Nuestras conversaciones al respecto son menos amigables que las de ustedes, porque hay intereses muy importantes de por medio, pero es un tema que contemplamos permanentemente.

Sr. Presidente. — Antes de despedir al señor canciller, como misionero quiero sumarme a lo planteado por el señor senador Losada y hacer una pequeña acotación práctica en lo referente al lavado de dinero.

Creo que los argentinos tenemos que tener claro que en Iguazú hay dos sucursales bancarias, una del Banco Nación y otra del Banco Provincia, que tienen una dimensión que no hace falta más que observarlas para ver su imposibilidad de trabajar en algo de magnitud.

Si uno va con un poquito más de dinero de lo que gastaría para hacer una visita regional se encuentra con que los cambistas se quedan sin fondos; por lo tanto, solicito que hagamos el máximo esfuerzo para despegar a la Argentina de cualquier mala práctica.

El hecho de que geográficamente coincidan tres países quizás alimentó la fantasía de algunos que viven de instalar ese tema en los medios.

El canciller y su equipo nos han dedicado todo el tiempo que necesitábamos. La Comisión de Relaciones Exteriores les agradece y manifiesta la alegría de que se haya concretado el convenio de colaboración, de intercambio de información y de trabajo conjunto entre la Cancillería y esta Comisión. Esto está marcando que no se trata de una casualidad el hecho de que en el período de un año hayamos recibido tres veces al canciller en esta Comisión, lo cual ha sido de gran utilidad para todos nosotros.

Muchas gracias y hasta pronto.

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