LA GRAN MURALLA

China: Sin microblogs, no hay Revolución Jazmín

A principios de este año, cuando países como Egipto y Túnez eran testigos de manifestaciones populares contra sus gobiernos, no fueron pocas las llamadas para que una revolución similar copase China. Varios meses después, sin embargo, las posibilidades de que esto ocurra parecen haberse evaporado.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Que hay censura en la internet china no es noticia.

Pero sí lo es que los microblogs en China se han convertido en una seria preocupación para las autoridades, dando lugar a controles aún más estrictos de Internet. Eso es lo que se desprende del último reporte oficial de un prestigioso think tank chino.

A diferencia de los blogs, más comúnmente conocidos, los microblogs, como su nombre lo indica, tienen menor capacidad que los blogs y normalmente se usan para publicar frases o subir fotos muy pequeñas, al estilo Twitter.

La brevedad hace a la inmediatez en el traspaso no solo de la información, sino del mensaje. Al momento de comunicar una noticia, un buen titular siempre vale más que una extensa nota cuyas virtudes residen más en el análisis (meditado, por definición) de su contenido. Para una revolución, se necesitan más titulares que otra cosa.

El informe, titulado "El desarrollo de nuevos medios de comunicación de China en 2011" fue publicado por la Academia China de Ciencias Sociales (ACCS), el pasado 12/07 en Beijing. En este se afirma que los usuarios chinos de Internet han identificado tecnologías seguras para traspasar la "Gran Muralla", un apodo a los censores de la web en China, y tenido éxito en el acceso a sitios extranjeros, poniendo en peligro la seguridad nacional, publica La Gran Época.

El Southern Daily ofreció más detalles del informe, el 13/07, diciendo que China ahora es el país con el mayor número de internautas y usuarios de telefonía celular, 450 millones y 900 millones respectivamente, y más gente que cualquier lugar en el mundo usa allí el nuevo canal social de los microblogs.

A finales de 2010, había 1,91 millones de sitios web nacionales en China. El número de microblogs reciente, llamado "Weibo" en chino, aumentó dramáticamente de 17 a principios de 2010 a 88 a finales de año.

Un número creciente de usuarios de Internet en China ahora envía mensajes desde sus teléfonos móviles a los microblogs convirtiéndolos, en una plataforma para exponer los casos de injusticia social, corrupción y escándalos que involucran a funcionarios. Las autoridades chinas, sin embargo, entienden lo contrario y consideran es una afrenta contra la seguridad nacional y que, por lo tanto, hay que censurarlos.

El personal de la ACCS, dijo en una conferencia de prensa, que los microblogs llevan un montón de información "falsa", que luego es ciegamente copiada y pegada en otros medios de comunicación, dando lugar a efectos perjudiciales para la seguridad nacional, instando a las autoridades chinas a la implementación de más regulaciones.

Liu Ruiseng, investigador asociado de la Academia advierte que el fenómeno de la politización de los nuevos medios de comunicación no se debe tomar a la ligera.

Liu citó la salida de Google de China en 2010 como ejemplo, diciendo que era una conspiración conjunta entre Google y el gobierno de USA.

Yin Yungong, director y editor en jefe del Instituto de Periodismo de ACCS, advirtió que los nuevos medios, tales como los microblogs, han impactado en la sociedad y en la política.

"La Revolución del Jazmín, que se extendió por el norte de África y el Oriente Medio a finales de 2010, también ha sido llamada la "Revolución Twitter" por los medios de comunicación occidentales. Este tipo de acontecimientos revelan el hecho de que los nuevos medios están haciendo avances en la esfera política y militar", dijo Yin.

Los expertos de la ACCS también dijeron en la conferencia de prensa que los usuarios de Internet que atraviesan el firewall, están poniendo en peligro la seguridad nacional. Recomendó que las autoridades intervengan aún más y ejerzan un control más estricto.

Los usuarios de Internet no tardaron en responder, diciendo que los funcionarios estaban tratando de defender la represión de las autoridades a la libertad de expresión en internet.

Ahora bien, surge una pregunta: ¿cuál es el estado de la tan mencionada, esperada, planificada Revolución Jazmín en China que nunca llega a materializarse?

A principios de este año, cuando países como Egipto y Túnez eran testigos de manifestaciones populares contra sus gobiernos, no fueron pocas las llamadas para que una revolución similar copase China. Varios meses después, sin embargo, las posibilidades de que esto ocurra parecen haberse evaporado. ¿Por qué? Mu Chunshan para The Diplomat nos lo cuenta:

"A finales de febrero, la primera “manifestación jazmín” tuvo lugar frente a un restaurante de comida rápida en las calles comerciales de Wangfujing en Beijing. Se reunían allí varios cientos de personas. Sin embargo, nadie parecía saber qué hacer. Algunos hacían bromas, mientras que otros sólo miraban a su alrededor sin poder hacer nada. Algunas personas se preguntaban si una celebridad haría acto de presencia.

La escena dejaba en claro que pocas personas en China realmente entienden qué es exactamente eso del discurso de la revolución, lo que significa o lo que implica. La mayoría de los que se reunieron eran transeúntes que apenas si estaban curioseando sobre lo que estaba pasando, lo que a su vez atraía a un mayor número de espectadores. Esta concentración -la primera- fue la más grande. Las siguientes lograron una cada vez menor convocatoria para finalmente agotarse en sí mismas".

Relata Chunshan que para ese entonces, la mayoría de los blogs que de alguna manera llamaban a la revolución china, más que nada, entendían a la revolución como una llamada de atención al público para animarlos a expresar abiertamente su preocupación por temas como la corrupción, el bienestar social y la inflación. Los organizadores tenían la esperanza de hacer de ello una rutina semanal, para que la gente preste atención a sus derechos y pueda cambiar las cosas poco a poco a través de medios democráticos.

Sin embargo, China no es lo mismo que Egipto y Túnez. China carece de una oposición organizada u oficial. El ejército es el ejército del Partido Comunista, no el de la nación. El desarrollo económico de China ha mejorado las vidas de muchos, y la mayoría de la gente pareciera apreciar la estabilidad. Todo esto significa que era inevitable que las perspectivas de una Revolución Jazmín fueron condenadas a fracasar.

Existe una serie de razones para que esto fuese así.

En primer lugar, los estímulos externos se han desvanecido. Los llamados a la Revolución Jazmín aparecieron cuando Túnez y Egipto eran devorados por disturbios, con los medios reportando 24 horas y 7 veces a la semana lo que iba aconteciendo. Sin embargo, estos 2 países han desaparecido en gran parte de los titulares para dar lugar al conflicto en Libia o el escándalo de Dominique Strauss-Kahn. Como el debate internacional sobre la Revolución Jazmín ha desaparecido, es natural que tal proyecto en China también se haya desvanecido.

Otra razón por la cual la llama de la revolución se agotó en China fue por la dura respuesta de las autoridades. Los fines de semana siguientes a la primera manifestación, las autoridades desplegaron a personal en zonas "sensibles", mientras se le impedía a los vehículos entrar en aquellos puntos donde las manifestaciones debían ocurrir. Los periodistas extranjeros fueron hostigados y las restricciones intensificadas aún más, todo como parte de los preparativos para el 90º aniversario del Partido Comunista

En tercer lugar, nunca la llama de una Revolución Jazmín realmente capturó la atención del público en general. Los medios de Hong Kong presentaron amplios informes sobre su evolución, pero la gran mayoría de los chinos comunes y corrientes no vieron ni una evidencia de ningún levantamiento. El tema se discutió poco en los medios de comunicación chinos, es decir, hay muchos que no sabía nada de las manifestaciones. Si nadie sabe, nadie puede asistir.

El férreo control de internet (microblogs incluidos) que ejercen las autoridades chinas y que ahora propugnan agravar se inscribe en esta línea de pensamiento.

Además, y especialmente desde la represión en la Plaza de Tiananmen, no existe en China una cultura de la política de la calle. A pesar de que la Constitución china permite las protestas en las calles, la mayoría de los chinos realmente creen que salir a las calles a protestar va contra la ley. Asimismo, los estudiantes temen que si salieran a las calles a protestar, ello podría afectar sus posibilidades de encontrar un empleo después de graduarse. Por su parte, los trabajadores, entienden que serán despedidos.

Esto ha significado que durante los últimos 20 años, más allá de las manifestaciones anti-USA y anti-Japón que las autoridades han tácitamente aprobado, no ha habido manifestaciones masivas en las principales ciudades.

Por lo tanto, la razón principal por la que los chinos no salen a la calle a protestar -a pesar de ser conscientes de las graves injusticias sociales existentes- es que les preocupa cómo les podría afectar negativamente en su futuro.

Eso, o no se tienen fe.

Por otro lado, ¿quién quiere una revolución en la segunda economía del mundo? Sin duda no los que están a cargo de esa economía. Y mientras puedan impedirlo, lo harán.

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