Más afuera del mundo, la Argentina se enfrenta al G-7: rechazó el pedido de reapertura del canje

Ocurrió lo previsible: el G-7 le exige a la Argentina que reabra el canje y así avaló al FMI. El Gobierno argentino rechazó la solicitud del G-7 tal como ya había rechazado el pedido del FMI. La situación financiera se complica y se ignora cómo influirá en la Corte de Apelaciones de New York un comunicado que lleva la firma del propio Gobierno de USA.

Los ministros de Finanzas de los 7 países más ricos del mundo (G-7, USA, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá y Japón) se sumaron hoy a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que la Argentina haga frente a la deuda que quedó pendiente después del canje.

"Después del canje de la deuda, la Argentina necesita hacer frente a la deuda en default que quedó pendiente, en línea con la política del Fondo con los países que tienen atrasos (con la propia institución)", expresó el G-7 en un comunicado difundido tras su reunión en Washington DC.

El Gobierno argentino había apostado fuere a que el G-7 no le dedicaría un párrafo completo y especial.

Para esto, el Gobierno argentino afirmaba haberse asegurado el apoyo de USA. Evidentemente, el Gobierno argentino no tiene buena información de qué ocurre en USA con la deuda argentina.

Cuando aún se encuentra pendiente el fallo de la Corte de Apelaciones de New York sobre la deuda argentina, el párrafo del G-7 puede resultar un fundamento inesperado en favor de los acreedores.

El FMI, por su parte, insiste en que para negociar un nuevo programa con la Argentina, el Gobierno de Néstor Kirchner necesita tener una "estrategia realista" con los acreedores que no participaron del canje de su deuda pública.

No se puede andar por el mundo con un monto tan elevado de 'hold out', ya lo expresó U24 el fin de semana pasado, pero toda esta semana, el Gobierno argentino intentó ir en contra de la corriente, ubicándose más afuera del mundo.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, insistió hoy -con el comunicado del G-7 fluyendo por las agencias de noticias internacionales- que el Gobierno no reabrirá el canje de deuda para los bonistas que no ingresaron al proceso de reestructuración.

"Mientras (Néstor) Kirchner sea presidente no hay que esperar ningún cambio en la estrategia que se ha fijado para el manejo de la deuda", dijo Alberto Fernández, anticipando la postura que llevará el ministro de Economía, Roberto Lavagna, a la Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial que comienza hoy en Washington.

¿Es la posición de Lavagna? Esto provoca dudas aún en la Casa Rosada, donde se decidió ratificar nuevamente su decisión de no reabrir el canje, antes que hablara Lavagna, por las dudas.

"No vamos a alterar en nada esa propuesta y mientras Kirchner sea presidente - y en esto no tenga ninguna duda- no existe ninguna posibilidad de reabrir el canje", repitió hoy el jefe de Gabinete en diálogo con radio AM Mitre.

Fernández aseguró que la prioridad actual del Gobierno es "cumplir con aquellos que creyeron en nosotros y canjearon sus bonos".

"Esos son los que tienen el privilegio y son a quienes dedicamos nuestro mayor tiempo y nuestros mayores esfuerzos", acotó jefe de ministros.

Fernández se explayó también sobre las razones por los cuales las autoridades no reabrirán el proceso. "No existe ninguna posibilidad por dos motivos: primero, porque la decisión fue muy anunciada durante los días del canje y, segundo, porque ya no es una facultad del Poder Ejecutivo sino del Legislativo", sostuvo.

El funcionario se refirió de esta forma a la "ley cerrojo" votada por el Parlamento en pleno proceso de canje, que prohibe al Ejecutivo reabrir el canje, así como entablar contactos extrajudiciales con los bonistas que no adhirieron.

Fuentes cercanas al FMI dejaron trascender durante los últimos días que consideraría como un gesto de buena voluntad de parte del Gobierno la derogación de esa ley, de cara a las conversaciones en favor de un nuevo acuerdo.

El diputado nacional PJ-Buenos Aires, Daniel Basile, 'duhaldista', consideró que el canje debería ser reabierto por los "US$ 20.000 millones" que quedaron fuera del proceso y presentó un proyecto de ley al respecto.

"Dos días antes del canje presenté un proyecto de ley para reabrirlo porque advertí que no se iba a conseguir el 100% de aceptación", explicó. "El proyecto establece que el canje se reabra por 60 días cuando el Ejecutivo lo considere conveniente", señaló el legislador.

Pero el Gobierno nacional no se encuentra interesado en el proyecto de Basile.

"Cuando uno discute sobre un umbral mínimo de acreedores que entienden que van a entrar, quiere decir que de ningún modo cree que va a entrar el 100 por 100 de los acreedores, entonces si fue pactado así en el 2003 por qué el Fondo pretende hoy que entre el 100 por 100", argumentó Fernández.

Sobre el final de la entrevista el jefe de Gabinete insistió en que "la Argentina hizo una estrategia para cambiar la deuda, que ha tenido al realismo como el principal motor y sobre esa realidad hizo una oferta que tuvo una aceptación de más de las tres cuartas partes de los acreedores".

Los números que manejan en el Palacio de Hacienda dan cuenta de que durante los próximos 4 meses el Gobierno se puede financiar sin recurrir al organismo de crédito. Sobre todo luego de la anunciada emisión de Boden 2012 y 2014 por alrededor de US$ 2.000 millones.

Pero la cuestión comienza a complicarse hacia fines de julio. El bimestre agosto-septiembre desvela a los funcionarios de Economía. Allí hay un rojo de casi US$ 2.600 millones para los cuales no hay todavía fuentes de financiamiento formalmente previstas. Si se toma en cuenta todo el año, el exceso de gastos sobre los ingresos asciende a US$ 4.315 millones.

La estrategia del gobierno de Néstor Kirchner es diagramar un "plan B" de autofinanciamiento, por lo menos hasta el tercer trimestre de este año, sin contemplar un acuerdo con el FMI. De todas maneras, ello no impide que en el ínterin se alcance un arreglo con el organismo multilateral.

Respecto a la emisión de Boden, y según el Presupuesto 2005, el Gobierno todavía tiene un margen de alrededor de US$ 300 millones para nuevas ampliaciones de las emisiones ya anunciadas de las series 2012 y 2014 por casi US$ 2.000 millones.

La tercera fuente de financiamiento a la que el Gobierno podría recurrir son los US$ 2.500 millones del Estado depositados en el sistema financiero, básicamente en el Banco Nación.

Suponiendo que de aquí en más se prorrogan todos los vencimientos extendibles con el FMI, los pagos a organismos internacionales de crédito suman en el 2005 US$ 4.064 millones. A ello habría que agregarle otros US$ 3.156 millones por vencimientos de Boden, Préstamos Garantizados y Bogar, y US$ 1.325 millones adicionales por pagos de los nuevos bonos del canje.

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