Los Agnelli reducen su presencia en Fiat

Momento histórico en la vida de Fiat y una pregunta: ¿Significa que le cederán la plana en Córdoba a Franco Macri u otro interesado?

Se acaba de cerrar una era en el grupo automovilístico Fiat. Después de más de un siglo, la familia fundadora de los Agnelli será accionista minoritaria en el capital de la empresa. Tras el acuerdo alcanzado esta semana, los bancos acreedores pasarán a tener el 27% de las acciones, mientras que la célebre dinastía turinesa sólo controlará un 22%, frente al 30% que posee en la actualidad.

Es un cambio lleno de cargas simbólicas. La familia Agnelli siempre ha sido considerada la realeza oculta de Italia.

Cuando el carismático 'avvocato' Gianni Agnelli, presidente de la compañía durante más de 40 años, falleció en el 2003, se celebraron funerales de Estado.

Hasta el diario de izquierdas francés Libération le dedicó un homenaje. "El Rey de Italia ha muerto", tituló en su portada. Pero el reino de los Agnelli no sólo es cada vez más pequeño, sino que la familia tendrá ahora que pactar con otros accionistas las decisiones en el grupo que ella mismo fundó a comienzos del siglo 20.

En julio del 2002, en plena crisis financiera e industrial, Fiat pidió ayuda a ocho entidades que le concedieron un préstamo de € 3.000 millones para salir del bache.

En septiembre de este año, el grupo turinés habría tenido que devolver el dinero. En el caso contrario, los bancos se convertirían en accionistas. Umberto Agnelli, hermano de Gianni, explicó entonces: "La participación de la familia del 30% es estratégica hoy, pero esto no significa que lo sea mañana".

El pronostico se ha cumplido. Los resultados del grupo no han mejorado, y los directivos, encabezados por el presidente Luca Cordero Di Montezemolo y el consejero delegado Sergio Marchionne, tuvieron que reconocer ante la banca que no van a poder reembolsar los préstamos. De esta manera, los bancos pasarán a ser los primeros accionistas del grupo.

Se puede decir todo salvo que haya sido una gran inversión. Como el título de Fiat ha perdido desde entonces la mitad de su valor, las entidades se enfrentarán a una minusvalía de € 1.500 millones.

Muchas de ellas han tenido que hacer dotaciones por el importe del préstamo o incluso contabilizarlo como pérdida en sus balances. Pero, dadas las circunstancias, no quedaba otra opción.

En efecto, salvo tal vez el banco turinés San Paolo Imi, las entidades financieras no tienen mayor interés en prolongar su permanencia en Fiat, grupo que sufre pérdidas crónicas y cuya cuota de mercado en Europa en la actualidad apenas ronda el 7%.

De hecho, las entidades no formarán un sujeto autónomo y no entrarán en la gestión directa de la empresa. Los bancos incluso han rechazado una propuesta de Lehman Brothers, que estaba dispuesto a agrupar sus acciones para constituir un grupo accionarial compacto que se enfrentara a los Agnelli.

El objetivo a medio plazo de la banca es, por lo tanto, apoyar el enderezamiento del grupo, minimizar los daños, vender y salir de Fiat, posiblemente cuando el grupo haya conseguido, en el 2007, unos beneficios de€ 1,6 millón, tal como prevén sus directivos.

Pero esto abre serios interrogantes sobre el futuro. Si los bancos salen, ¿quién va a entrar en su lugar?

La familia puntualizó ayer que seguirá siendo "el accionista de referencia de Fiat". Pero el único representante de los Agnelli es el actual vicepresidente, John Elkann, que ronda tan sólo la treintena.

También hay que señalar un detalle significativo. Recientemente, la familia vendió una parte de su grupo de distribución Rinascente.

Pero los € 500 millones ingresados por la operación no fueron a parar a Fiat, sino que se destinaron a reforzar la participación en el banco San Paolo Imi.

"Los Agnelli aún están interesados en invertir en Fiat, pero no están interesados en invertir en los coches", asegura Gabriele Gambarova, analista de Rasfin que acaba de elevar la recomendación de compra sobre el título.

Así, la prensa italiana ha especulado esta semana con varias hipótesis.

Roberto Colaninno, actual dueño de las motos Piaggio, podría intentar actuar como 'cavaliere' bianco y entrar con fuerza en el accionariado para asegurar la italianidad del grupo.

Otro rumor que circula cada vez con mayor insistencia es que Fiat materialice un acuerdo (industrial o incluso financiero) con el coloso indio Tata Motors.

"Es lo que más sentido tendría para Fiat. Podría utilizar India como plataforma para deslocalizar la producción y de ahí exportarla hacia Europa", afirma Gambarova.

Pero los costos sociales de esta decisión podrían ser muy duros para una empresa que en Italia sigue empleando a unas 170.000 personas.

En Bolsa, las acciones de Fiat celebraron el acuerdo con los bancos y ayer cerraron con un alza del 0,94%.

En todo caso, el horizonte se perfila duro. Marchionne está empezando a recortar costos en la división automovilísitica por € 600 millones para hacer cuadrar las cuentas: menos publicidad, menos investigación y desarrollo.

También se estudia la posibilidad de comprar las piezas de recambio en países de bajo costo como Brasil y Europa del Este a costa de las empresas italianas de la zona de Turín. Que ya no tienen a los Agnelli para pedir ayuda.

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