Avances del glaucoma en un Simposio Internacional organizado en Buenos Aires

Investigadores locales y extranjeros coincidieron en un Simposio organizado en Buenos Aires que la edad y características del afectado son determinantes para el tipo de terapéutica recomendada. El glaucoma es una enfermedad ocular responsable de 1 de cada 5 cegueras en el mundo, y la segunda causa de pérdida de la visión. Se estima que en la Argentina hay casi 900.000 personas afectadas. En el mundo, el número alcanza a unos 66 millones de pacientes.

Equipamiento de mayor sensibilidad para la detección, investigación genética y nuevas formas de abordaje terapéutico son algunas de las herramientas con las que la oftalmología combatirá al glaucoma en la próxima década. A esa conclusión llegaron especialistas reunidos en el último Simposium Internacional "Avances en Glaucoma", auspiciado por la Fundación para el Estudio del Glaucoma y la Universidad Favaloro. El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, y la primera irreversible.

"Como por lo general avanza muy lentamente, no se observan síntomas hasta que el paciente ha perdido un 80 a 85% de su campo visual. Esto atenta contra la detección temprana", explicó el Dr. Fabián Lerner, director del simposio y del Curso de Posgrado en Glaucoma de la Universidad Favaloro. "Por otro lado, aunque una vez iniciado el tratamiento se conserva la visión existente, no se puede recuperar lo que se haya deteriorado", agregó.

Esta es la razón por la que se están desarrollando equipos de diagnóstico por imágenes de una definición superior. El Dr. Patricio Schlottman, argentino, del Moorfields Eye Institute de Londres, Reino Unido, explicó que "nosotros probamos los nuevos equipos para ver qué tan buenos son para detectar glaucoma. La mayoría de los aparatos funciona como una cámara, en general usando luz láser, que ‘escanea’ la retina y la zona del nervio óptico tratando de detectar si hubo cambios típicos del glaucoma. Las modificaciones se ven antes de que haya un daño muy grave, y permiten, entre otras cosas, evaluar el riesgo del paciente y saber si el glaucoma progresará rápida o lentamente". El problema es que son equipos costosos y difíciles de conseguir. "En general, hay muy pocos en Latinoamérica; de todas maneras, si bien son una ayuda para el médico en el consultorio, no son la panacea".

Respecto de la terapéutica, la tendencia actual es adaptar el tratamiento al paciente. El Dr. Schlottman refirió: "Generalmente se trata de plantear la opción más fácil según la persona: hay gotas que se ponen una so-la vez al día, por la noche, y se toleran muy bien, bajan mucho la presión intraocular y son una buena primera línea de tratamiento. Después se pasará a otras cosas, pero siempre evitamos sobrecargar al paciente. Por ejemplo, una señora mayor con glaucoma muy avanzado, que le produce dolor, y que vive sola, quizá pase directamente a cirugía. Porque si le voy a generar más problemas con la terapia que con el glaucoma, no sirve. Se trata de hacer el mejor tratamiento, con la mejor calidad de vida".

** Experiencia asiática

El Dr. Tin Aung, un especialista en genética del Centro Nacional del Ojo de Singapur, comentó que si uno tiene glaucoma, es muy posible que alguien más de la familia lo desarrolle. "Hay un componente hereditario muy fuerte: al menos un tercio de los pacientes tiene un antecedente familiar".

El hallazgo de los genes involucrados permitiría determinar anticipadamente quiénes están en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, y realizar un seguimiento intensivo para atacar al glaucoma apenas comience a manifestarse.

"En particular nos hemos centrado en una condición llamada ‘glaucoma de ángulo estrecho’, muy común en Asia, y estamos cerca de encontrar en qué parte del genoma se encuentra el gen", anticipó el genetista.

A su vez, ciertas prácticas oftalmológicas se están perfeccionando. El Dr. Hon Tym Wong, a cargo de Educación de la Sociedad Oftalmológica de Singapur, explicó que "en Asia es muy común un tipo especial de la enfermedad, el glaucoma de ángulo estrecho: casi 50% de los casos, versus países como la Argentina en donde puede tener una incidencia de 5%. Pero este riesgo aumenta en las comunidades asiáticas que residen aquí. En la forma aguda de la enfermedad, la falta de tratamiento inmediato puede causar la ceguera en un par de días o semanas. Por eso traemos nuestra experiencia, utilizando una técnica muy conocida para los oftalmólogos, pero que se aplica de otra forma en este tipo de glaucoma".

** Una vez al año

Todos los especialistas coincidieron en la importancia de la visita periódica al oftalmólogo. "Por lo general, la gente consulta porque tiene un problema de visión, por anteojos o problemas comunes, y es el oftalmólogo el que hace el diagnóstico y le da la noticia al paciente", declaró el Dr. Lerner.

"La prevalencia de la enfermedad es de 2 a 3% en la población, y aumenta con cada década de vida, en especial después de los 40 años. Por eso, las personas mayores tienen que tener controles oftalmológicos más frecuentes. Es muy relevante la historia familiar, pero el factor de riesgo más importante sigue siendo la presión intraocular elevada, y se puede medir a través de un estudio sencillo e indoloro".

** Sobre el glaucoma

El glaucoma es una enfermedad ocular responsable de 1 de cada 5 cegueras en el mundo, y la segunda causa de pérdida de la visión. Se estima que en la Argentina hay casi 900.000 personas afectadas. En el mundo, el número alcanza a unos 66 millones de pacientes.

Consiste en un grupo de afecciones que tienen en común el daño del nervio óptico, encargado de transportar las imágenes del ojo al cerebro. Si bien se puede deber a diversos factores, el principal es la presión intraocular (PIO) alta, que altera la irrigación sanguínea y daña al nervio. Cuando éste se destruye por completo, se produce ceguera.

Entre los factores de riesgo para desarrollar glaucoma se incluyen: presión intraocular (PIO) elevada; antecedentes familiares de glaucoma; diabetes; miopía severa; edad mayor de 45 años; uso de esteroides o cortisona por largo tiempo; daño ocular previo; espesor de la córnea delgado; antecedentes de otras enfermedades vasculares (como la migraña) y otros.

Puede avanzar durante 10 o 15 años sin síntomas, y cuando comienza la pérdida progresiva de la visión ya es demasiado tarde. Hasta el momento, no se conoce cura para el glaucoma, ni puede recuperarse la pérdida de visión causada por la enfermedad. Sin embargo, los pacientes tienen la posibilidad de evitar que aumente el daño al nervio óptico y de conservar la visión que poseen al momento del diagnóstico.

Para ello, se intenta mantener la PIO dentro de los valores normales, ya sea por vía quirúrgica (generalmente, cuando es glaucoma congénito) o mediante fármacos (gotas oftálmicas o colirios).

Iniciar el tratamiento en forma temprana previene la pérdida progresiva del campo visual. El estudio OHTS demostró que el tratamiento farmacológico temprano de la hipertensión ocular puede demorar o prevenir el principio de glaucoma. Los resultados fueron difundidos en varias publicaciones, incluyendo Archives of Ophthalmology y otras.

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