En Brasil temen que Kirchner no viaje el martes (8 diferencias 8)

La semana próxima, Néstor Kirchner debe viajar a Brasil pero la pregunta que se hace la revista EDICIÓN i (desde anoche online, hoy en papel) acerca de si el Presidente irá o no, es compartida por los medios brasileños de prensa, mientras la Secretaría de Industria argentina amenaza con nuevas restricciones comerciales a los productos brasileños.

"Creo que lo que deberíamos hacer con la Argentina es comprarle más petróleo, más trigo, más compras gubernamentales e invertir más en la Argentina. Deberíamos tener una política industrial en que el (banco estatal brasileño) BNDES pudiera ser usado para financiar inversiones en Argentina. Eso mejoraría la situación", dijo el canciller brasileño Celso Amorim.

¿Eso sería bueno o malo para Néstor Kirchner? ¿Aceptaría el Gobierno argentino una mayor presencia de capital brasileño en la economía argentina?

El diario 'Folha de Sao Paulo' tituló su portada "Em tom conciliador, Brasil nega crise com a Argentina" (En tono conciliador, Brasil niega crisis con la Argentina).

Y tuvo amplio tratamiento la declaración del ex dirigente del PC argentino, Eduardo Sigal, hoy subsecretario de Integración Económica del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien dijo que la recuperación de Brasil no puede ser a costo de la Argentina y que el Gobierno argentino reclama una "relación de socios" y no un "contrato de adhesión" al Mercosur.

El problema es que Brasil ya ha presentado una etapa superadora del Mercosur que es la Unión Sudamericana de Naciones, algo que la Argentina no tomó en cuenta ya que el presidente Néstor Kirchner faltó a la inauguración en Cuzco, Perú.

El secretario de Industria argentino, Miguel Peirano, volvió a advertir que el gobierno aplicará "medidas unilaterales" para restringir el ingreso de productos brasileños al país, en caso de que no se alcancen nuevos acuerdos entre privados para evitar un perjuicio a las fábricas argentinas.

"Ya hemos expresado nuestras diferencias en cuanto al funcionamiento del Mercosur y hemos planteado que el comercio al interior del bloque requiere reglas claras que hoy no existen", enfatizó Peirano.

El funcionario argentino aclaró que "las negociaciones siguen", y adelantó que en la próxima reunión de la Comisión de Monitoreo Bilateral, que se realizará a mediados de mayo en Buenos Aires, "la Argentina va a plantear nuevamente su propuesta y reiterar que la respuesta de Brasil fue insatisfactoria".

Todo esto ocurre con Condoleezza Rice, secretaria de Estado de USA, exponiendo ayer martes ante el Council of the Americas, donde ratificó que su país reconoce el liderazgo ascendiente de Brasil en la región.

Pero, en forma simultánea y para no alterar más a la Argentina, Celso Amorim, el canciller brasileño, decidió desmentir lo obvio: "Brasil no quiere asumir ningún papel de liderazgo. Brasil no puede dejar de hacer cosas que debe hacer, que son de su interés, y lo hace sin ofender a nadie, en provecho de la propia región, de los países de Sudamérica".

Es el discurso de un líder, y el de la Argentina es el discurso de la impotencia, eso es evidente.

Ahora, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, tampoco las tiene todas consigo: De acuerdo al diario 'O Globo', de la familia Marinho (de paso, qué feroz la pérdida de televidentes de la Rede Globo en favor de SBT), el Presidente brasileño incurre en contradicciones en su política de comercio exterior porque en un programa quincenal de radio, matutino, dijo que su prioridad es fortalecer las relaciones con los países sudamericanos para depender menos de USA y de la Unión Europea, y por la noche, en la fiesta aniversario del diario especializado ' Valor Econômico', en São Paulo, dijo que su meta es estrechar sus lazos con USA.

Sin embargo, una periodista hábil como Miriam Leitao, la columnista de economía de 'O Globo', debería explicarle a los jefes de Redacción que no hay tal contradicción (resulta que, luego, el vocero de la Cancillería argentina, de apellido Feito, recorta todos esos artículos para demostrar que la política exterior de Lula no gusta a los brasileños). Un país como Brasil solamente puede sentarse a negociar con USA teniendo mecanismos de presión tales como un área comercial asegurada. Y ese fue el propósito de la Unión Sudamericana de Naciones, ya que el Mercosur no tenía ya una escala interesante para las industrias brasileñas ni para la negociación con USA.

De todos modos, hoy en Brasil se debate si Néstor Kirchner viaja o no viaja al vecino país la semana que viene (debate que incluye la revista EDICIÓN i, en la Ciudad de Buenos Aires, en su nota de tapa).

La Cancillería argentina ratificó ese viaje pero esto no quiere decir que todos los colaboradores del Presidente se encuentran conformes con la visita a Brasil en este escenario, para permitirle a Brasil lucirse a escala planetaria con su encuentro con la Liga Árabe.

Brasil ha manifestado sorpresa por todo el asunto y sus voceros explicaron que nunca las relaciones comerciales entre ambos países fueron tan buenas.

El diario 'O Globo' identificó 8 puntos de fricción bilateral:

> Mercosur: "Los empresarios argentinos afirman ser víctimas de una invasión de productos brasileños. El aumento de las importaciones desde Brasil llegó al gobierno de Kirchner a imponer, a mediados de 2004, barreras a los productos electrodomésticos provenientes de Brasil. A su vez, el gobierno Kirchner insiste en la necesidad de implementar mecanismos automáticos de equilibrio del comercio para proteger a las industrias de su país. La propuesta, presentada en septiembre del año pasado por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, durante una visita a Brasilia, fue rechazada por el gobierno Lula, que considera que una iniciativa como aquella fue propuesta por la Argentina por fuera los principios del Mercosur".

> FMI: "Durante los períodos de tensión entre la Argentina y el FMI, el gobierno Kirchner lamenta la ausencia de señales explícitas de apoyo por parte del gobierno brasileño". (Lo que resultaría un gran error, considera U24).

> Deuda: Durante el proceso de renegociación de la deuda pública argentina, el gobierno Kirchner no recibió el respaldo esperado de Brasil, que adoptó una estrategia más cautelosa respecto de los organismos internacionales de crédito y sus acreedores".

> OMC: "El gobierno del presidente Kirchner apoyó desde el inicio al candidato de Uruguay, Carlos Pérez del Castillo, para la secretaría general de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Brasil presentó candidato propio, el embajador Luiz Felipe Seixas Corrêa".

> ONU: "La Argentina se opone a la creación de nuevas sillas permanentes en el Consejo de Seguridad, pero Brasil sí las quiere. En opinión de Kirchner, esto provocará desequilibrios en la región y alimentará nuevas hegemonías".

> Ecuador: "El gobierno argentino puso en cuestionamiento el rápido envío de una misión de la Comunidad Sudamericana de Naciones a Quito, liderada por el canciller Celso Amorim. Para la Argentina, la crisis política ecuatoriana debería haber sido tratada por la Organización de Estados Americanos (OEA), exclusivamente".

> Venezuela: "El presidente Kirchner cree que el gobierno brasileño quiere asumir un protagonismo en el conflicto entre el presidente Hugo Chávez y la Casa Blanca".

> Empresas: "La compra de grandes empresas nacionales como Perez Companc, que en 2002 se la quedó Petrobras, es observada con preocupación por el gobierno argentino".

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