Muere el rey Fahd de Arabia Saudí: El príncipe heredero del país, Abdala bin Abdelaziz, será el sucesor

El rey Fahd de Arabia Saudí, que falleció hoy, buscó modernizar su desértico reino al tiempo que equilibró el cambio contra la tradición tribal y el Islam ortodoxo, pero una apoplejía hace ahora una década le dejó al margen de los asuntos del Estado en tiempos especialmente convulsos para el país, el mayor productor de petróleo del mundo. Su muerte se produce mientras el Gobierno saudí lleva a cabo una agresiva lucha contra el terrorismo islamista y reformas sin precedentes.

El palacio real de Arabia Saudí confirmó la muerte del rey Fahd, uno de los líderes históricos de Oriente Medio. En el mismo comunicado, la corte indica que el príncipe heredero del país, Abdala bin Abdelaziz, fue nombrado nuevo monarca del reino, de acuerdo con el artículo cinco de la ley nacional.

El actual ministro saudí de defensa, Sultán Abdelaziz, ha sido proclamado nuevo príncipe heredero. El funeral por el rey, que se encontraba enfermo desde 1995, tendrá lugar mañana en Riad.

Inmediatamente después de confirmarse el deceso, las cuatro cadenas de televisión saudíes, además de los canales árabes internacionales por satélite, interrumpieron sus programaciones y comenzaron a emitir la recitación de El Corán, el libro sagrado de los musulmanes, en señal de duelo.

El rey Fahd, apartado del poder desde que en 1995 sufriera un derrame cerebral, había ingresado el pasado 28 de mayo en el hospital que lleva su nombre en Riad para someterse a diversas pruebas médicas.

Según informa el sitio El Confidencial, citando fuentes no oficiales, el monarca sufría problemas respiratorios, tenía encharcados los pulmones, y había tenido que ser intervenido quirúrgicamente para practicársele una traqueotomía.

El rey Fahd accedió al poder en 1982, y durante los años de su largo y próspero reinado se labró una fama de hombre de paz, al respaldar varias propuestas para hallar una solución final al conflicto entre árabes e israelíes. Asimismo auspició los acuerdos que pusieron fin, en 1990, a la larga guerra civil libanesa.

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