Comenzó un taller del Pentágono en Paraguay

Richard Downie, funcionario del Pentágono, ofrece desde anoche un seminario en Asunción del Paraguay, del que participan todos los funcionarios importantes en ausencia del presidente Nicanor Duarte Frutos, quien se encuentran en USA.

El director para el Hemisferio Occidental del Pentágono, Richard Downie, se encuentra en Paraguay disertando en un taller sobre seguridad nacional del que está participando la plana mayor del Gobierno de Nicanor Duarte Frutos. El evento se desarrolla en el marco de un estricto dispositivo de vigilancia y a puerta cerrada en el Hotel del Yacht y Golf Club.

Desde el vicepresidente de la República, Luis Alberto Castiglioni, en función de la primera magistratura (Duarte Frutos se encuentra en USA), hasta el comandante de la Policía Nacional, Crio. Gral. Fidel Isasa Palacios, pasando por el ministro del Interior, Rogelio Benítez, el ministro de Defensa Roberto González, senadores, diputados, altos jefes militares y policiales; así como el ministro antidrogas forman parte del taller que se inauguró anoche.

No se conoce el objetivo real de este taller, pero, conforme se pudo saber, Castiglioni esbozó algunos puntos del objetivo al abrir el acto.

Dijo, entre otras cosas, que se trataba de un evento de singular importancia para la capacitación del personal de seguridad del Paraguay y "para los países circundantes como Bolivia, Brasil y la Argentina".

A más de Downie son instructores de los oficiales y autoridades civiles paraguayas expertos en seguridad de Chile y Brasil.

El evento se desarrolló en momentos en que precisamente se debate la propuesta del ministro del Interior de crear una policía urbana especializada, supuestamente con miras a engendrar un cuerpo capaz de brindar seguridad a la ciudadanía, uno de los más sensibles temas de la actualidad.

# Mercosur

Acerca de la permanencia de Paraguay en el Mercosur, el diario ABC Color publicó el siguiente artículo:

"El más preocupado es, sin lugar a dudas, Brasil, el país más grande de Sudamérica y que, de hecho, ejerce el liderazgo del área, que no puede dejar que los norteamericanos vengan a su territorio y, con militares incluidos, se instalen en pleno corazón de América del Sur y a escasos metros de sus fronteras. Como país hegemónico de la región, Brasil quiere seguir teniendo el pleno control, sin la intervención norteamericana que haga sombra a sus intereses.

Celso Amorim, canciller del Brasil, hizo saber la molestia de su Gobierno de la manera más agresiva al declarar al diario argentino Clarín, el de mayor circulación de Sudamérica, que la presencia de militares norteamericanos en Paraguay era una preocupación.

Argentina, a través de su ministro de Defensa, tomó la cuestión con más calma, pero, en realidad, esa supuesta tranquilidad argentina esconde el recelo de que Brasil lidere la región. Argentina hasta quiere que cada cierto tiempo los EE. UU. tenga presencia en Sudamérica y no deje todo en manos de Brasil.

Pero más allá de estas posiciones de Brasil y Argentina, el gobierno de Nicanor logró lo que quería al poner en cuestión el Mercosur, pero, sobre todo, la reciprocidad entre los países miembro.

Eso quedó más que patente el jueves pasado cuando Nicanor, en un claro mensaje a ambos países, reclamó la deuda de Itaipú y Yacyretá. Incluso mencionó que, en más de una ocasión, habló del tema con Lula y que este se hace el desentendido. Pero, como tratando de suavizar las cosas, indicó que el Paraguay está en el Mercosur y es la región donde se realiza económicamente; sin embargo, para concluir, de vuelta volvió a reclamar mayor solidaridad a los socios comerciales.

Este es un reclamo de Nicanor desde el mismo día en que llegó al Gobierno. Se consiguieron algunas cosas, como la creación de los fondos estructurales que supondrán ceder recursos para infraestructura al Paraguay, pero con eso no alcanza, y eso lo sabe el Ejecutivo, así como sabe que la presión que puede ejercer Paraguay por sí solo es muy poca y que no se pueden esperar concesiones graciosas de los vecinos más grandes.

Por eso, el Gobierno optó por revisar su estrategia y le hizo un guiño a los EE. UU., que está deseoso de desembarcar en la región y romper el Mercosur para negociar el ALCA. Los norteamericanos, que crecieron gracias al pragmatismo de su clase política, no perdieron la oportunidad y se acercaron al vicepresidente Castiglioni, un hombre joven que pretende la Presidencia de la República a corto plazo. Las cosas van bien, y Castiglioni hace casi de vocero de los intereses estadounidenses.

Mientras, el Presidente de la República mira y, a veces, recrimina a su vicepresidente por acercar demasiado a su Gobierno con los EE. UU. Y es que, en principio, la intención no es casarse con los norteamericanos, sino demostrar que el Paraguay puede negociar con otras naciones si no hay mayor solidaridad de los países del Mercosur. Solo si estos no entienden el mensaje y se cierran a una mayor reciprocidad, se podría pensar en unas negociaciones más profundas con los del norte. Mientras tanto, seguimos acá en el Mercosur".

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