Peligroso boom de la prostitución en España

Hasta ahora, Alemania era el país con más prostitución de Europa. Pero ahora España ya la alcanzó y con la mitad de población. Aqui un informe especial, en base a un informe del diario 'El País':

El Instituto Europeo para la Prevención del Crimen estima que en España hay hasta 300.000 prostitutas, como en Alemania -el otro gran mercado prostibulario del continente-. De los controles policiales se deduce que 3 de cada 10 personas dedicadas a la prostitución proceden del este de Europa y 1 de África. El resto son latinoamericanas, y una minoría son españolas.

La Asociación Nacional de Empresarios de Clubes de Alterne (Anela) eleva sus estimaciones a 400.000 personas prostituidas en España. Pablo Traspas, coordinador de programas de Médicos del Mundo -que atendió el año pasado a casi 9.000 personas del sector de la prostitución- no considera descabellado que la cifra esté entre 300.000 y 400.000. Pilar Dávila, que dirigió el Instituto de la Mujer en tiempos del Gobierno de José María Aznar, ofreció en su día un cálculo de 300.000 prostitutas.

95 grupos de tráfico sexual fueron identificados en las operaciones policiales del 1er. semestre de 2005.

11.000 plazas hoteleras de prostitución funcionan a diario en zonas extraurbanas de este país, casi tantas como la capacidad hotelera de Sevilla.

18.655 mujeres extranjeras y 374 españolas, en 1.070 establecimientos inspeccionados. Faltan pisos y locales urbanos, la calle, parques, cunetas. La consejera de Interior de Cataluña estima que en el territorio de esa comunidad hay 20.000 personas que ejercen la prostitución. El Defensor del Pueblo Andaluz, en un informe de 2002, evaluó en 21.000 las de Andalucía. Una comisión de la Comunidad de Madrid contabilizó 700 clubes.

Muchas prostitutas desde Rumania. Los chulos venden a las prostitutas a € 7.000 promedio cuando los cuerpos están nuevos y la visa del pasaporte tiene los 3 meses reglamentarios como turista. Esas prostitutas no se quedan con dinero alguno, son esclavas. Algunas, unas pocas, logran ayuda de ONGs como Proyecto Esperanza, que les da apoyo, les enseña castellano y busca trabajo.

Según la ley española, sólo hay una forma de que un extranjero que ha sido víctima de la trata y que está en situación ilegal no sea deportado y pueda obtener un permiso temporal de residencia. Consiste en denunciar a la red que le explota y colaborar en su desarticulación. Pero la sentencia contra los chulos son leves.

Según un informe de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil, 1% de mujeres controladas en lugares de prostitución presentan denuncia por haber sido traficadas o explotadas.

Según la Guardia Civil, cuando a las personas prostituidas se les plantea salir de esa situación, "las mujeres afectadas perciben esa posibilidad como muy poco realista, puesto que no hay inmediatamente disponible ninguna opción laboral suficientemente rentable, ni para saldar a corto plazo la deuda contraída con la organización que les trae ni para asegurar ingresos suficientes como para garantizar su subsistencia y a la vez ayudar a los familiares que han dejado en el país de origen", según un informe del diario 'El País'.

El objetivo debería ser combatir a las bandas, a los que se aprovechan de la prostitución, y garantizar que ninguna persona sea obligada a hacer algo en contra de su voluntad, a juicio de Tura.

Algunos expertos apuntan el auge de la prostitución a la reforma penal de 1995, que despenalizó ciertas conductas favorecedoras de la prostitución. Legalmente, prostituirse no está penalizado; otra cosa es la trata de personas para la explotación sexual, castigada con penas que van de los 5 a los 10 años de cárcel, pero hay muchos atenuantes.

La última memoria presentada por el fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, indica que las fiscalías territoriales señalan el tráfico de personas como el "fenómeno de delincuencia organizada que se produce con mayor frecuencia en España" e informa de que "el supuesto más frecuentemente citado por las fiscalías es la introducción en España de mujeres para su trato sexual". Sin embargo, ningún órgano de la fiscalía está especializado en la materia.

El texto de Conde-Pumpido señala que las redadas policiales sirven para espantar a las personas a las que se quiere proteger, esto es, a las víctimas del tráfico, "que son también los principales testigos"; y añade que "en gran cantidad de casos, la propia intervención policial causa su fuga, al ser conscientes de su situación irregular en España".

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