El curioso caso del juez que se asume marxista y simpatiza con Chávez y Fidel

No es habitual que un magistrado argentino se asuma como cercano a Hugo Chávez Frías (el venezolano quiere que viaje a Caracas a un congreso sobre fábricas tomadas) y como militante marxista. Además, es papá de una sobreviviente de Cromañón, y ha fallado en varios casos de gran repercusión contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La pregunta es si hay una nueva generación de jueces o si esto siempre existió pero no llegaba a la superficie. En cualquier caso, declaraciones para debatir, polemizar y participar:

"Desde el comienzo de la revolución bolivariana empecé a investigar el tema en la Facultad. Esos trabajos me conectaron con la embajada venezolana. Hablamos, organizamos charlas en la Facultad y la primera vez que vino Hugo Chávez al país, me invitaron", relató el juez Roberto Gallardo, titular del juzgado Tributario y Contencioso N°2 de la Ciudad de Buenos Aires, al periodista que lo entrevistó para el sitio La Vaca.

Luego agregó: "La segunda vez que vino lo volví a ver. Y cuando se hizo el acto en la Facultad, me nombró como la persona para que lo presentara en el escenario. Después hubo una reunión en el Hyatt, donde también conocí a Fidel Castro. Fue muy emotivo para mí. Me llamaron de la Embajada, me dijeron que Chávez se reuniría con intelectuales argentinos y yo estaba invitado. Fui al hotel, éramos unos 10. Había periodistas, directores de cine, literatos. Estábamos en una habitación charlando sobre América Latina, los Estados Unidos, y en un momento apareció Fidel Castro. Se sentó y se sumó al fogón. Hablamos sobre los peligros que acechan a América Latina frente al cuadro de expansión de la idea bolivariana y las reacciones que esto iba a tener en el norte".

Entonces, el periodista le pidió una definición: "¿Qué opina de Chávez?"

La respuesta del juez Gallardo: "Tengo un afecto personal por él. Me parece una buena persona, honesta y leal con su ideología y con el mandato popular de los venezolanos. Creo que la lectura de la realidad y sus prácticas le van a traer un gran problema a Estados Unidos. Tiene la posibilidad y la decisión de hacerle frente. Esto compromete seriamente la capacidad de intervención fácil de Estados Unidos en Latinoamérica. Creo que para todos es una gran posibilidad de hacer cosas, como el encuentro de fábricas recuperadas que se hará en octubre en Venezuela. Es una señal muy clara".

El periodista describió así el despacho del juez Gallardo: "Una balanza desequilibrada, sobre una biblioteca, anticipa su mirada sobre la Justicia. Los retratos del socialista Alfredo Palacios, el comandante Che Guevara y el ex presidente chileno Salvador Allende, dan cuenta sobre su visión marxista del mundo. Y un par de crucifijos sugieren su convicción religiosa. "No hay contradicción, sólo hay que leer teología de la liberación para entenderlo", explica. Sobre su escritorio reposa '¿Qué es el ser nacional?', de Juan José Hernández Arregui, pero no hay nada que confiese lo que el llama "un pecado de juventud": haber militado a la UCR cuando tenía 17 años".

Con todo, él aclara que no irá al congreso de fábricas recuperadas en Caracas: "Me invitaron, pero lo considero inconveniente en este momento".

Gallardo cerró el casino porteño, clausuró la Rural por carecer de habilitación definitiva y recientemente obligó al Jefe de Gobierno a brindarle un subsidio de $ 250 a cada hijo de los cartoneros. El Tesoro de la Ciudad debió ser embargado hasta que la sentencia comenzó a hacerse efectiva.

Según él, para comprender su decisión hay que remontarse "a una denuncia de Patricia Bullrich, vinculada con la inclusión de menores en el llamado Registro Único de Recicladores Urbanos, que es como se llama eufemísticamente a los cartoneros. En ese registro, el Gobierno estaba inscribiendo a menores de edad, en contravención con la legislación nacional e internacional, que prohíbe el trabajo de menores. Cuando Bullrich realiza la denuncia, el gobierno asume que hacía algo incorrecto y el juez (Alfredo) Kersman obligó a eliminarlos del registro y becarlos. Eran unos 50 chicos. El Gobierno hizo un estudio para fijar cuál era el monto y determinó $ 250 por mes, que es lo que según sus cálculos un chico cartonero recauda por mes".

Más adelante en la entrevista, reveló: "Se hicieron dos procedimientos de inspección ocular, participó el Ministerio Público Tutelar, y se comprobó lo que todos los que caminamos la Ciudad sabíamos: cuando baja el sol aparece un submundo que vive de las migajas que deja la ciudad. Así quedó documentado en el expediente y se hizo lugar el 10 de agosto a la medida cautelar obligando al gobierno a subsidiar y prohibiendo el trabajo de menores".

La sentencia habla de las causalidades de la violencia. Dice que si tenemos a niños comiendo la basura, estos pibes serán los generadores de la violencia dentro de 20 años. Gallardo se preguntó: "¿Cuál es el orden de la violencia? ¿El delincuente que roba? ¿O el chico que vive de la basura? Si por algo molestó la sentencia de la Rural es porque dejó a la luz que no hay un tratamiento igualitario de la Justicia, donde hay sectores a los que nunca llega".

El periodista le preguntó, entonces, de quién es la responsabilidad de que haya una justicia para ricos y otra para pobres.

La respuesta: "Muchísimos doctrinarios trabajaron sobre lo que es la criminalización de la pobreza, la composición social de las cárceles. Yo fui docente en las cárceles y te digo que es muy difícil ver ricos allí. Y no porque no haya delincuentes ricos, es obvio que existen. Lo que pasa es que tienen un conjunto de recursos a su favor de los que no dispone el pobre. El pobre, con suerte, lo atiende un defensor oficial que tiene miles de causas, no puede atender a todos como corresponde. El otro tiene cinco abogados, accede a estudios jurídicos de primer nivel, a los medios de comunicación".

También aseveró: "En un país donde hay 15 millones de pobres y dentro de ellos cinco millones son indigentes que no llegan a lo mínimo para comer, el Estado no tiene demasiada autoridad moral para sancionar a la delincuencia que roba para sobrevivir, para poder comer. Si hubiera generación de empleo, niveles razonables de cobertura social para los desocupados, ahí sí cortale los pies a los que los sacan del plato. Entre relaciones particulares sí se puede jugar al huevo o la gallina, ver quién fue primero. Pero no en relaciones con el Estado, que tiene un sentido en la medida en que puede garantizar la justicia para los habitantes".

Gallardo tiene una hija sobreviviente de Cromañón. Acerca de la causa judicial, dijo: "Creo que es una causa muy compleja, que se están haciendo las cosas bien, con sus tiempos. Los expedientes judiciales hay que medirlos por sus resultados, no por lo que se dice antes que se resuelve ni por lo que se dice sobre los que resuelven. Yo voy a opinar, como padre, una vez que se resuelva".

Pero una de las cuestiones más llamativas de Gallardo es que él se asume como un marxista remanente y convencido.

Su explicación: "Conozco algunos colegas marxistas, unos lo dicen y otros no. No es un pecado, no tengo problema en decirlo. Hace 10 años que doy clase en la Facultad de Derecho, ahí están mis programas. Cualquiera que los lea va a saber cuáles son mis métodos de análisis, los paradigmas que aplico. Generalmente los jueces prefieren no hablar de su ideología, creo que es un error. Lo que los reglamentos judiciales prohíben es tener participación partidaria, pero no pueden prohibir jamás que uno piense, que tenga valores, creencias religiosas, ideológicas y políticas. De hecho podemos votar. ¿Cómo se puede pedir que un juez sea un chip? Hasta ahora hubo una tradición que comienza a ser rota por algunas figuras de la Corte que comienzan a decir claramente cuál es su ideología, su pensamiento político en un sentido amplio. Más desde arriba que desde abajo se está quebrando esto que un juez no puede decir lo que piensa sobre el aborto o la criminalización de la protesta".

Para Gallardo, no existe la neutralidad en la valoración histórica ni en la valoración jurídica, aunque "la falta de neutralidad no debe confundirse con la imparcialidad. Uno puede ser imparcial, no hacer diferencias entre las partes si son iguales. Ahora si las partes son distintas y las considero como iguales, no estoy siendo imparcial sino parcial, lesiono al débil considerándolo igual que al fuerte. No es que haya sentencias marxistas o socialistas, acá hay un orden jurídico que juré respetar y respeto·.

Él se encuentra convencido acerca de la inconstitucionalidad del acuerdo entre Nación y la Ciudad en materia de juegos de azar.

Para él, la Ciudad tiene el monopolio del juego, tal cual lo marca la Constitución de la Ciudad Autónoma.

Según él, la cuestión en el caso del casino flotante es que la rentabilidad invertida: para el operador privado el 80% y para la ciudad el 20$, cuando todas las concesiones en la Argentina se hacen con la ecuación inversa.

Habrá que investigarlo para corroborarlo o no.

Otra pregunta, anteúltima: ¿por quién votará él en octubre? Respondió: "No es conveniente contestar".

Última pregunta: "¿Es verdad que le están por pedir la quiebra?"

Respuesta: "Si, un mal negocio que hice en el '95. Pero si yo tuviera 3 ó 4 propiedades, un auto que vale por 3 ó 4, acepto que me pregunten cómo lo hice ganando $ 5.000. Ahora si asumí el cargo con deudas que vienen del año '95 y la sigo teniendo, no me pregunten más".

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