A casi dos años del escándalo, Parmalat regresará a la Bolsa

Casi al mismo tiempo que se inicia el juicio principal por el caso de fraude empresarial en Parmalat, que hace dos años sacudió el sistema financiero italiano, el conglomerado lácteo volverá el jueves a cotizar en la bolsa de Milán. Un retorno que, según los analistas va a despertar mucho interés entre los inversores, y que va a llamar poderosamente la atención de sus competidoras.

El regulador del mercado italiano, el Consob, levantó el último obstáculo que impedía la nueva inscripción de Parmalat, al aprobar su proyecto, que incluye detalles sobre las numerosas demandas presentadas por los administradores del grupo. Para ello primero hizo falta que un tribunal aprobase el multimillonario plan de canje de deuda por acciones.

La Bolsa milanesa afirma que las acciones de Parmalat volverán al mercado con un capital de 1.600 millones de euros, que corresponde a 1.600 millones de acciones con un valor nominal de un euro cada una, tras retirar del mercado los títulos antiguos.

Massimiliano Magistroni, gestor de fondos de la entidad milanesa Optima, se expresaba así: "no creo que haya euforia cuando comiencen a negociarse, pero ciertamente habrá mucho interés". Añade además que tras el periodo de inscripción "lo esencial será ver quién tiene la mayoría del capital, si es que alguien lo tiene. Esa será la clave para los potenciales compradores".

Según el proyecto oficial de Parmalat, un desglose indicativo muestra que un 60% de las acciones serán propiedad de tenedores de bonos, con los grupos bancarios con cerca de un 30%.

El regreso de Parmalat abrió el apetito a los rivales, como la italiana Granarolo y la francesa Lactalis, ya que la compañía que está todavía entre los principales productores de leche de Italia. Así lo cree Victoria Buxton, de Lehman Brothers, que afirma que "hay indicios de que al menos dos o más empresas pueden estar poniéndose en la fila de compradores".

A pesar de que tiene un tamaño mucho menor a Parmalat, Granarolo viene expresando su interés por el conglomerado desde hace mucho tiempo, y fuentes cercanas a la empresa dijeron en junio que su oferta, respaldada por Banca Intesa, podría valer 2.000 millones de euros.

El grupo suizo Nestlé también salió en las quinielas de posibles compradores, pero la compañía rechaza esta posibilidad, y califica de "infundadas" las especulaciones de que ya contrató a un banco para que le compre bonos de Parmalat.

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