ESTUDIANTES CONTRA SEBASTIÁN PIÑERA

Cacerolazo masivo en Chile y se discute una consulta popular

La jornada de apoyo al movimiento estudiantil se inició a las 20:40, un poco antes de lo previsto por la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile) pero se reportaron manifestaciones en todo el país. De todos modos ¿qué es lo que está ocurriendo?

La jornada de cacerolazos programada para las 21:00 del martes 09/08 en Chile, en apoyo a las demandas del movimiento estudiantil por reformar la educación pública, se adelantó en media hora en las principales comunas de Santiago y de regiones.

El presidente Sebastián Piñera tendrá que cambiar el enfoque, abrir
nuevos canales de diálogo. Su Administración se ha desplomado en las encuestas, las movilizaciones en su contra son masivas. Piñera deberá avanzar en una sucesión de reformas. No obstante, ¿cuál es el límite? Otra: ¿podrá contar con el apoyo de las otras fuerzas políticas? En soledad será imposible. Además, esas reformas definirán, en parte, el Chile que viene. No puede hacerlo él en soledad.

 
En tanto, miles de personas salieron de sus hogares en apoyo a los estudiantes, reuniéndose en las esquinas de barrios o desde los balcones de edificios. La manifestación se escuchó con inusitada fuerza en el sector de Alameda con Portugal y en la Plaza Ñuñoa, donde se cumplió la 6ta. jornada de cacerolazos.
 
En Ñuñoa, convertida es uno de los epicentros de los cacerolazos, llegaron más de 1.000 vecinos y familiares con sus ollas, bocinas y pancartas. Alrededor de las 22:00, el lugar fue cercado por un fuerte contingente policial. Una hora más tarde el hidrante comenzó a dispersar a los manifestantes.
 
En Plaza Italia cientos de personas coparon las veredas del lugar, saltando, tocando ollas y bocinas de automóviles, mientras en el sector de Plaza Brasil con Huérfanos se registraron más de 500 asistentes. 
 
A las 23:15 numerosas personas reportaron, a través de las redes sociales de Internet, la acción de Carabineros lanzando agua y gases lacrimógenos a la multitud en ese lugar.
 
Similar situacón ocurrió en La Florida, donde en Walker Martínez los vecinos denunciaron que las bombas lacrimógenas llegaron hasta el interior de los hogares de la zona.
 
En Avenida Departamental con la Ruta 5 Sur se levantaron algunas barricadas, al igual que en Avenida Grecia con Macul y en la esquina de Portugal con Diagonal Paraguay.
 
A las 21:00 horas, la presidenta de la Confech, Camila Vallejos, señaló en su Twitter: “Se escuchan las cacerolas en todas partes, ojalá las escuche el Presidente y responda nuestras propuestas”. 
 
La manifestación se vivió también en ciudades como Valparaíso, Viña del Mar, Concepción y Valdivia
 
En Antofagasta las personas hacen sentir sus ollas, tal como lo pidió la Federación Minera de Chile para apoyar la causa de los estudiantes.
 
En Puerto Montt, se informó de "cacerolazos" en los sectores de Parque Egaña, Mirasol y Avenida Los Notros. 
 
Además ocurrieron manifestaciones en Chillán y Rancagua
 
En Temuco, las cacerolas se escucharon en los sectores de Galicia y Amanecer.
 
En el norte del país, los habitantes de Iquique, La Serena y Coquimbo también se sumaron al llamado de los estudiantes, al igual que en Arica y Rancagua.
 
 
El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, justificó que quienes efectúan investigaciones "tienen que mimetizarse".
 
Carabineros, por intermedio del coronel Guillermo Bezzenberger, sostuvo que "se trataba de un funcionario de civil de la Dirección de Inteligencia que realizaba su trabajo policial, conforme a la función que desarrolla. Fue en esos momentos que (tras ser) agredido por manifestantes, él se refugió en la guardia del Congreso".
 
Bezzenberger agregó que es una técnica que utilizan "para lograr detenciones eficientes" como la usada con los jóvenes que quemaron el auto en Valparaíso durante una marcha anterior.
 
Sin embargo, él destacó que el infiltrado no era de Carabineros. "Yo soy categórico, Carabineros no se infiltra. Carabineros no utiliza personal infiltrado, como muchos han querido decir. Carabineros utiliza personal para obtener información", enfatizó.
 
En cualquier caso, más leña al fuego.
 
Aqui algunos recortes para intentar comprender la situación.
 
 
"Las más de 150 mil personas que marcharon el martes 09/08 (según los organizadores, no más de 70 mil según carabineros) sólo por las calles de la capital y los masivos cacerolazos que se hicieron oír a lo largo de todo el país anoche, dejaron claro que el movimiento estudiantil no está debilitado.

El escenario político, que dio un giro y reforzó las peticiones de los estudiantes luego de la jornada del 4 de agosto, se mantuvo este martes, lo que les permite a instalar con más fuerza la idea de exigir un plebiscito si el gobierno no responde a las demandas que exigen.

Consulta que es resistida por el oficialismo, donde no parece haber ánimo para avanzar en esa propuesta. 
 
Al punto que el timonel de RN (Renovación Nacional), Carlos Larraín, sostiene que le tiene “terror a un plebiscito”, mientras el diputado de la UDI (Unión Demócrata Independiente, en el poder), Edmundo Eluchans, advierte que ese “es un sistema típico de caudillos, que lo usan para después decir que consultan con el pueblo”. Posturas lejanas a la sensación que se vive en las calles.

Según Mario Waissbluth, “los estudiantes mostraron que la fuerza de sus convicciones continúa inconmovible. Pero estoy preocupado por la escalada de infiltrados, encapuchados, violentistas y represión, que no sólo ensucian la intención pacífica de los estudiantes, sino que polarizan crecientemente al país”.

De hecho, desde La Moneda aseguran que no existe ánimo alguno de patrocinar una iniciativa como esa. Ello, porque según plantea una fuente de Palacio, “hoy día hay un mecanismo institucional para resolver materias de interés nacional y es el Congreso”, por lo que de parte del gobierno “no” hay ninguna posibilidad de avanzar en materia de plebiscito. 
 
“Lo que hay que hacer -insiste- es seguir el carril institucional, lo que no significa hacerlo a espaldas de la ciudadanía. Los parlamentarios son los representantes de la gente, por lo que deberían contar con el respaldo para llegar a acuerdos”.

En el oficialismo, los parlamentarios son tanto o más categóricos que en el gobierno. Es prácticamente unánime la postura en contra de un plebiscito. Entre otras cosas, sostienen el mismo discurso que proviene de La Moneda: el Congreso es el mecanismo institucional para avanzar en los acuerdos.

Pero la idea de una consulta gana legitimidad entre la ciudadanía y el mundo político. El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, puso derechamente sobre la mesa la idea de resolver el conflicto social con esta fórmula, idea que no es nueva en la oposición, ya que hace varios días algunos parlamentarios la vienen meditando.

Sin embargo, para concretarla se requiere una reforma constitucional, pues la consulta que contempla la Carta Magna apunta sólo a resolver problemas a nivel municipal y además actualmente no menciona nada acerca de un plebiscito vinculante en el que la ciudadanía pueda pronunciarse sobre materias de interés nacional, pese a que se han presentado varias mociones al respecto. (...").
 
 
El diario La Tercera publicó un editorial acerca del tema, titulado "Malestar social: un diagnóstico apresurado". La Tercera fue denunciado por uno de los dirigentes estudiantiles, durante la conferencia de prensa del martes 09/08 como intentando dividir el frente interno de la protesta:
 
"En la discusión pública se ha instalado la idea de que existe un alto grado de "malestar" de los chilenos con la manera cómo funciona y está organizada la sociedad en que viven. Las manifestaciones callejeras de las últimas semanas han gatillado este debate y serían la expresión más concreta de dicho malestar, que también se vería confirmado por la desconfianza de las personas hacia las instituciones, según han medido diversas encuestas. Tal conclusión, que pretende ser un diagnóstico válido respecto de la sociedad chilena, parece requerir mejores explicaciones que las ofrecidas hasta ahora.

Se ha dicho que la tesis del malestar no se explica por la economía, que crece a buen ritmo, con un desempleo en descenso y una inflación controlada. Con todo, el fenómeno podría tener causas más allá de lo estrictamente económico, por lo que bien podría coexistir con un momento de relativa pujanza. Aún así, debería ser posible detectarlo, sobre todo si afecta a la sociedad entera, en otras estadísticas económicas, por ejemplo, en una mayor tendencia de las personas a proteger su patrimonio invirtiéndolo en divisas o sacándolo del país, o que disminuyera la disposición a invertir en Chile. Sería esperable, también, que el malestar se expresara en mayores tasas de emigración. 
 
De nada de esto hay indicios, sino más bien lo contrario. Por otro lado, mientras el discurso imperante promueve la educación estatal, en la práctica los chilenos prefieren los establecimientos educacionales subvencionados o privados (70%, según el CEP) y hacen el esfuerzo de matricular a sus hijos en universidades privadas.

Sobre todo, el malestar no se refleja en la satisfacción con su vida que tienen los chilenos. 

En la encuesta CEP conocida la semana pasada, un 77% dijo estar satisfecho o muy satisfecho con su "vida en general" (versus 62% en 1995), y un 67% con su trabajo (72% en 1995). Llama la atención que en esa misma encuesta la gente reprobara fuertemente el desempeño del gobierno y la clase política en general, pese a manifestar altos niveles de confianza respecto de su futuro personal. 


El diagnóstico del malestar, por ende, parece más bien reflejar las expectativas que, en una sociedad moderna, con mayores niveles de desarrollo y libertad, encuentran más canales de expresión. De ahí que parezcan fuera de lugar las comparaciones con fenómenos como las revueltas en Medio Oriente y el norte de Africa, o incluso, con la  situación en algunos países de Europa que pasan por una profunda recesión, ambas realidades muy distintas a la chilena.
 
El mundo político tiene responsabilidad en alimentar expectativas poco realistas y en la consiguiente frustración. Y aunque Chile es un país donde persisten desigualdades que es preciso enfrentar, el gobierno contribuye a exacerbar demandas y a crear un clima que da pie para hablar de un supuesto malestar cuando insiste demasiado en su rol de corregir "injusticias" y, también, cuando muestra un mal manejo político de las demandas en educación y de los desmanes generados al alero de las marchas. (...)".
 
 
Nicolas Guiliani, miembro del Senado Universitario de la Universidad de Chile, en el diario La Nación, de Santiago, acerca de la propuesta entregada por el Gobierno a los estudiantes:
 
"(...) El análisis del discurso es una herramienta que permite definir claramente la vereda donde está sentado y trata de esconderse este Gobierno.

El nuevo documento entregado el lunes sigue con la lógica mercantilista anterior cuando lo que pide la ciudadanía es una refundación del sistema educativo, es una ruptura definitiva con el modelo vigente que promueve la educación como un bien de  consumo.

En 18 páginas se hace uso de la palabra educación 95 veces. 
 
Sin embargo, sólo 2 veces se hace referencia a la educación pública (pág. 3 y 10) y una vez en la “educación de gestión pública” (pág. 6).  


Es decir un 3 %  para la educación pública, en sintonía con la miseria que viven nuestras universidades públicas en región que también se mencionan como universidades regionales y no como universidades públicas regionales tratando de resguardar el nicho de las numerosas y mediocres universidades privadas presentes en región.
 
Es aquí el nudo de la desconfianza, al ver que se exige con razón y compromiso ciudadano educación pública y que este Gobierno responde sobre educación.

El Gobierno aun no ha entendido la esencia misma de la demanda o probablemente la entendió pero su ideología y los intereses creados de varios de sus actores afines, no la quiere hacer suya.

Por ende, trata de transformar algunas falacias en verdades directrices.
 
Es falso que la mayor cobertura haya significado mayor calidad (pág. 3), tan así es que en este propio documento desaparece la calidad cuando se vuelve a mencionar el aumento en cobertura (pág. 10).

Es falso que el Estado deba garantizar un sistema de educación mixta (pág. 4 y 10). El deber del Estado es en primer lugar hacia lo público. 


Su deber es si que existen instituciones privadas de Educación procurar tras fiscalizaciones y exigencias entre otras de investigación -y no solamente de docencia de pregrado y gestión institucional (pág. 13)- la calidad de la enseñanza pero en ningún caso otorgar recursos del Estado, de todos los chilenos.
 
Mientras tanto no hay respuesta coherente a la demanda central de las universidades estatales mas bien se da vuelta alrededor tratando de marearnos. No resultará.

En ningún momento el documento menciona que se aumentará de manera permanente, hasta llegar a lo menos al 50%, el aporte basal a las universidades estatales, corazón de nuestra demanda. Pág. 12 cuando se menciona el tema no está la palabra permanente que se espera sino otra dudosa, imprecisa que no permite avanzar sino más bien dudar: “complementar el aporte basal”.
 
Pero finalmente en el resumen está mas claro: “aportes basales contra metas”. Eso lo rechazamos de pleno. ¿Es muy difícil entenderlo, aceptarlo y responder favorablemente?

Primero se sube el aporte basal y luego con gusto concursaremos a fondos contra metas y convenios de desempeño.

Además, al mencionar la entrega de recursos a las universidades estatales de inmediato aparece en las líneas siguientes la idea de deberes y derechos (pág.10 y 11), dudando de nuestra capacidad cuando los resultados de la Universidad de Chile hablan por si solos.
 
Por qué no exigirles con tanta determinación derechos y deberes a las salmoneras, las mineras, los empleadores de los temporeros agrícolas….
 
Tenemos claridad sobre nuestros Deberes y Derechos, sobre nuestra Metas.

Queremos mas aportes basales para responder a la necesidad del aumento en cobertura, para poder recibir mas jóvenes y entregarles la educación de calidad que se merecen en lugar que vayan con su familia endeudándose rellenando los cupos de instituciones cuya vocación con la educación y el  país es nula en la gran mayoría de ellas (una sola está acreditada en Investigación). (...)".

Es curioso que los diarios especializados en economía (El Diario Financiero y Estrategia) se no se refirieran al tema, considerando que es de relevancia el debate y, en especial, la cuestión es qué harán las empresas dedicadas a la educación, que son las cuestionadas por los manifestantes.
 

 

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