Expectativa por qué hará Kirchner con su triunfo del domingo, y anticipan decepción de los empresarios

El domingo, Néstor Kirchner obtendrá un triunfo en la Provincia de Buenos Aires y a nivel nacional, y hay empresarios especulando conque utilizará ese triunfo para realizar un giro 'pro mercado', algo que parece más escapado del voluntarismo de esa gente que de la realidad de la Casa Rosada, tal como lo aceptan algunos periodistas. En el interín, Hugo Moyano sí debería preocuparse con lo Kirchner le estaría preparando, pero esto no supone un 'giro pro mercado' sino solamente una disputa de poder personal.

Marcelo Bonelli en el diario Clarín cuenta acerca de los desvelos empresarios por el futuro y si Kirchner girará hacia algún lado. No estaría mal imaginar eso porque, en definitiva, los vencimientos con el FMI siguen llegando y ya no hay dinero para afrontarlos. Es crucial para Néstor Kirchner conseguir el apoyo de George Bush durante la cumbre en Mar del Plata para forzar al FMI a reestructurar los vencimientos. Sin embargo también es lógico lo que anticipa Bonelli: que Kirchner no piensa girar si le va bien porque.... si le va bien ¿para qué cambiar? Lo cuenta así:

"(...) Kirchner le dijo a sus íntimos: "Me importa poco lo que opinen y crean los empresarios. En general los empresarios se equivocaron y mucho en la última década". La definición presidencial —que reconstruyó Clarín— es crucial para el futuro inmediato. Por primera vez responde a los interrogantes que existen en el mundo de los negocios sobre lo que hará el Gobierno en materia económica al finalizar las elecciones.

Hoy, en las centrales empresarias se descuentan tres cosas: que el domingo Kirchner quedará fortalecido; que Lavagna continuaría en su cargo y que el Gobierno deberá enfrentar una frondosa asignatura pendiente en temas económicos.

Pero existen expectativas distintas sobre el rumbo que imprimirá la Casa Rosada. Los sectores financieros y de las privatizadas insisten en que Kirchner hará un giro "pro-mercado" y encarará los postergados ajustes económicos. En la influyente FUCAES creen que Kirchner seguirá ese camino. Se trata de la entidad que aglutina a las poderosas firmas españolas.

(...) También esa creencia está instalada en la Asociación Empresaria. Su titular, Luis Pagani, viajó a Chile para promocionar la creación del Consejo Empresarial Binacional y, a la vez, exponer un sutil mensaje político: Argentina tiene que mirar el ejemplo chileno para encarar las soluciones económicas de fondo. Otros hombres de negocios —los menos— creen que un triunfo fuerte de Kirchner fortalecerá la veta anti-empresaria que existe en el Gobierno.

Pero las definiciones del lunes en la Casa Rosada confirman otra cosa: que Kirchner mantendrá el perfil actual de su administración y no introducirá cambios sustanciales en materia económica. En otras palabras: que mantendrá su estrategia confrontativa y no habrá giro "pro mercado", y que irá, como ahora, con cuentagotas resolviendo complejos reclamos como el tarifario, el de la deuda y el del FMI.

(...) Idéntico diagnóstico hacen en el Grupo de los 7. Lavagna comprobó en China su dureza y ratificó otro dato desalentador: por ahora Tim Adams, el sucesor de John Taylor en el Tesoro de EE.UU., no tiene en su agenda a la Argentina y por lo tanto no se debe esperar una ayuda especial de Washington. La estrategia económica de Kirchner también condicionará la gestión inmediata de Lavagna. El ministro tendrá estrechos márgenes y una tarea ciclópea para introducir cambios profundos en la negociación con el FMI.

Un sector del equipo económico —integrado por Leo Madcur, Guillermo Nielsen, Alberto Cotto y Eduardo Pérez— sostienen que Lavagna sólo debe seguir en su cargo si el Gobierno toma las decisiones pendientes. Esto puede reabrir viejas y poco deseables pujas de poder. Lavagna quiere seguir y sabe que ahora existe un desafío nuevo: la inflación. Los informes reservados que elabora el INDEC para el ministro no son auspiciosos: ya en la primer semana recolectó aumentos que proyectan un índice para octubre del 1 por ciento.

El principal problema que tiene el Gobierno se concentra en una cuestión: está confundido y no tiene un diagnóstico claro sobre por qué aumentan los precios. (...)

La principal inquietud del Palacio de Hacienda es que el recalentamiento de los precios justifique fuertes pedidos sindicales de aumentos salariales. Ya, Hugo Moyano anticipó a la propia Casa Rosada que la CGT exigirá y presionará por aumentos en los sueldos. La sola mención de "puja distributiva" paraliza a los funcionarios. (...)"

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Semejante párrafo obliga a releer a Jorge Asis Digital, que fue quien anticipó que Kirchner intentar knockear a Hugo Moyano:

"(...) En Salamanca, Kirchner estaba, de repente, ansioso por evitar la caravana de quilombos que le generaba Moyano.

Desabastecimiento de gaseosas. Posiblemente hasta de combustible. Doblaba la apuesta del avance sobre los supermercados. Contagiosos aumentos sectoriales que se multiplicaban.

Desde Salamanca, Kirchner decidió telefonearlo a Moyano. En dos oportunidades, hacia teléfonos especiales. Pero no tuvo suerte.
Para Kirchner, Moyano no quiso atenderlo.

Tratóse de un desaire que produjo, según nuestras fuentes, un aceleramiento presidencial que agravó el cuadro horripilante de la diarrea.

Chapita

Aunque trabado por la diferencia horaria, Moyano intentó comunicarse, a la mañana siguiente, con Kirchner.

Con Chapita, como suele apodarse, entre afectuosos sindicalistas, al presidente.

Sin embargo Kirchner no quiso atenderlo. Daba la definitiva luz verde para que se iniciara, después del domingo electoral, la ofensiva de aniquilación del Hoffa rojo.

En realidad, ya antes del faisán con salsa de uvas, Kirchner tenía planificado avanzar, con la totalidad de la potencia estatal, contra Moyano.

Suponen los aceleradores de Kirchner que, si no decide avanzar pronto sobre Moyano, tendrá que compartir el poder, por lo que resta de mandato.

Como si se tratara, en el fondo, de una cohabitación Chapita-Hoffa.

Vigencia de Salvador Allende

Para colmo, Kirchner lo tiene medido con centímetros a Moyano.
A propósito, ya habrá pasado por la trozadora una encuesta que indica que, el 73% de la sociedad, acompañaría, favorablemente, una ofensiva del gobierno contra Moyano.

Contra el camionero más idóneo para especular con la negritud.

Habrá entonces previsible artillería, jurídica y mediática, en los próximos días

Habrá también que aceptar que Moyano puede resultarle, a Kirchner, más difícil que Menem. Y que el propio Duhalde. (...)"

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Mario Wainfeld en el diario Página/12 explica su percepción de lo que ha sido esta campaña, lo que tampoco permite advertir que, como pretenden los empresarios, Kirchner se encuentre pensando en girar:

"(...) Releída la competencia a la hora final, es patente que el gran protagonista de la puja fue el Presidente, quien intervino intensamente, consiguió un abrumador dominio de la agenda y, todo lo indica, logrará una victoria amplia.

Aun si así no fuera, lo real es que se habló (básicamente) de lo que propuso Néstor Kirchner, tanto como se miraron preponderantemente los territorios en los que él fue, alternativamente, posando su libido.

Plebiscito y polarización:

Las elecciones que anteceden en dos años a las presidenciales son en la Argentina determinantes (y proféticas) del futuro. Néstor Kirchner sinceró ese dato empírico.

La oposición lo cuestionó y todo indica que se equivocó. Se equivocó al leer la historia reciente que revela que esos comicios anticipan, con feroz regularidad, el resultado de las presidenciales.

Sólo Carlos Menem prevaleció en la votación de 1993 y fue reelecto en 1995. Alfonsín, que perdió en 1987 le cedió lugar en 1989.

El riojano, que trastabilló en 1997 a manos de la Alianza, le entregó la banda a Fernando de la Rúa en 1999. Este, que padeció un plebiscito en contra en 2001, no pudo siquiera llegar a 2002.

A Kirchner esa constante lo escalda mucho, ya que (a diferencia de Alfonsín, Menem y De la Rúa) su mandato no nació con una legitimidad sustentada en el voto de la mitad del padrón nacional.

Kirchner leyó bien la situación y jugó fuerte a favor de esa corriente. Parece que consiguió transformar el plebiscito en una polarización que las elecciones parlamentarias, de ordinario, propenden a amortiguar.

En Buenos Aires y Santa Fe el partido parece jugarse entre dos, en Capital y Córdoba, entre tres. En Mendoza puede que sea entre dos, puede que entre tres. En Tucumán se avizora un resultado semejante al unicato.

Y estamos hablando de los distritos más poblados del país. La diferencia con la fragmentaria representación parlamentaria que surgió del voto en 2001 pinta para ser muy grande. El impacto de esa contingencia sobre la representación parlamentaria de la izquierda puede ser llamativo (...)"

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Acerca de si Néstor Kirchner obtendrá un triunfo nacional el domingo, es interesante un resúmen-proyección que preparó Raúl Kollman en el diario Página/12:

"Cristina Kirchner llega al tramo final de la carrera electoral con una ventaja sobre Chiche Duhalde que ninguno de los encuestadores sitúa por debajo de los veinte puntos e incluso alguno ubica cerca de los 30.

Por ahora, el tercer puesto está disputado y no está claro si lo ocuparán Ricardo López Murphy, Luis Brandoni o Marta Maffei.

En la Capital Federal, dos de las tres encuestas realizadas en las últimas 48 horas insisten en que hay un empate técnico, aunque colocando a Mauricio Macri en el primer lugar.

El tercer sondeo asevera que el presidente de Boca sacó una luz de cinco puntos, por encima del margen de error.

De acuerdo a los tres trabajos, se verifica una baja de Elisa Carrió y un crecimiento de Rafael Bielsa.

Como favorito se ubica Macri, pero ninguno de los consultores descarta una corrida en estas 48 horas, por lo cual no se habla de un proceso cerrado como el bonaerense.

Por ahora, hay muchas dudas sobre la posibilidad de terceros partidos de ingresar algún diputado en la Capital Federal.

En Santa Fe se impondría Hermes Binner, mientras que existe una disputa muy fuerte en Catamarca y La Rioja. (...)"

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