Lavagna sufrió otro jaque, ahora en el Senado (intentaba obtener superpoderes en forma encubierta)

Sigue el jaque a Roberto Lavagna, quien más allá de lo que se afirme en algunos medios de comunicación, no ha sido subido al carro de la victoria de Néstor Kirchner. La votación en el Senado durante la víspera ratificó que, entre otras cuestiones, a Economía le costará mucho obtener superpoderes, aunque sea en forma encubierta.

¿Ud. cree que Miguel Ángel Pichetto, presidente del bloque Frente para la Victoria en el Senado, no conoce con anticipación cómo votará la UCR?

Sí, por supuesto que él sabe la intención del principal partido de oposición en la Cámara alta.

¿Por qué, entonces, Pichetto avanzó, por afuera del libreto convenido con la UCR, en un proyecto para darle superpoderes al ministro Roberto Lavagna?

El proyecto de Pichetto (se supone que por pedido expresa del Ejecutivo, por afuera del libreto convenido con la UCR, debe recordarse) resultaba inconstitucional.

Es incomprensible que Pichetto se preste a estas tonterías que lo hacen quedar como una persona sin ética y sin escrúpulos, con la que no pueden acordarse decisiones.

Además, también quedó postergado el tratamiento del proyecto de ley, con sanción de Diputados, que incentiva el blanqueo del personal doméstico al permitir descargar del impuesto a las Ganancias los aportes de sus empleadores.

¿En qué consiste el proyecto tal como lo presentó Pichetto?

Él intentó agregar a la reforma de la legislación sobre Defensa de la Competencia, que las decisiones del Ministerio de Economía, en materia de fusiones y adquisiciones de empresas sean inapelables judicialmente.

El proyecto tiene un obvio destinatario: Grupo Clarín, que está preparando el camino para una eventual fusión Multicanal / CableVisión.

Vamos al comienzo: había un proyecto de reforma de la Ley de Defensa de la Competencia, que fue aprobado en general, pero no pudo tratarse en particular, y entonces su envío a Diputados fue demorado.

Esto ocurrió porque Pichetto pidió eliminar -durante el tratamiento en particular- un artículo de la nueva ley, que habilitaba la apelación ante la Justicia de las decisiones adoptadas por el tribunal del área.

Lo que intentó Economía, por afuera del texto aprobado, fue licuar la autoridad del Tribunal de Defensa de la Competencia, que además nunca fue conformado.

Economía reclamó la autoridad de revisar los dictámenes del Tribunal, y que su fallo resulte inapelable, algo que, en materia de leyes, resulta en verdad jurisdicción de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

¿Qué otra instancia inapelable hay en materia de interpretación de los alcances de las leyes y los fallos?

Pero Lavagna había reclamado que nadie pudiera revisar sus decisiones, excepto que la reconsideración sea solicitada por el secretario de Coordinación Económica del ministerio.

Cualquier decisión del Tribunal de Defensa de la Competencia referida a la fusión y adquisición de empresas y las implicancias que la operación pueda tener en la economía -posición dominante, monopolio y oligopolio, entre otras posibilidades-, Economía quiere tener la autoridad de modificarlo según sus necesidades y humores, y que esto resulte inapelable.

La UCR estaba de acuerdo en reforma la Ley de Defensa de la Competencia, aún cuando no estuviese muy conforme porque, tal como señaló la presidenta de la Comisión de Industria, Alicia Mastandrea (UCR-Chaco), el proyecto le concede "un mayor nivel de discrecionalidad" al ministro de Economía.

Debe rescatarse que la mayoría del bloque UCR no compartía la opinión de Mastandrea.

"Las instancias políticas no son las mismas que las técnicas cuando se tiene que definir un modelo de desarrollo económico, por eso la instancia del análisis político es superadora", ella argumentó.

Es muy controversial lo que dijo la senadora porque una fusión o absorción resulta básicamente una decisión técnica, no debería ser política ya que la concentración de mercado afecta a los consumidores, más allá de los humores de los funcionarios políticos y sus necesidades.

Un compañero de bloque de la senadora, el rionegrino Luis Falcó advirtió que el proyecto "desvirtúa la Ley de Defensa de la Competencia" y "consagra la inseguridad jurídica, porque ya nadie podrá estar seguro de una decisión del tribunal de defensa de la competencia ya que todo quedará al arbitrio del ministro de Economía".

"Es mi deber alertar que ésta es una nueva extensión de los superpoderes, porque un funcionario puede decir que sí o que no por millones de argentinos", sentenció.

Correcto: Economía estaba solicitando superpoderes en forma encubierta. Y Mastandrea era cómplice de esa situación. Intelectualmente permeable, políticamente maleable, Mastandrea resulta un flanco débil para el bloque UCR.

El socialista Rubén Giustiniani (Santa Fe) cuestionó que se le brinde al secretario de Coordinación Económica, Leonardo Madcur, novio de la hija de Guillermo Nielsen, el secretario de Finanzas, la facultad de "desconocer de un plumazo el organismo fundamental de esta ley, que es el tribunal".

Pese a todo, el proyecto fue aprobado en general. Al fin de cuentas, todavía quedaba habilitada la vía judicial para el reclamo...

Sin embargo, cuando se discutía en particular, Pichetto cometió el error de ir más allá e intentar eliminar el artículo que habilitaba la vía judicial para apelar las decisiones de Economía.

Entonces la UCR le quitó quórum a la sesión.

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