Cumbre de las Américas: Fracaso diplomático con réplica económica

(*)POR MARCELO D. FERRER El prestigioso economista analiza cuáles serán las consecuencias negativas tras el poco despliegue de diplomacia que mostró el gobierno nacional en la pasada IV Cumbre de las América.

Luego de varios días de finalizada la cumbre de Mar del Plata, despejado el ambiente de declaraciones interesadas por inclinar el sesgo de lo acontecido a favor, ensayaremos un análisis.

En primer término digamos que las derivaciones de esta cumbre, como ocurrió con las anteriores, no hubiera pasado de una mera cuestión declarativa, a no ser por la politización que se hizo de la misma. Cuestiones como la pobreza, el empleo y hasta el mismísimo ALCA no comprometen más que la voluntad negociadora de los países y no obligan la modificación de políticas por la mera participación en una declaración. Luego, enunciados los rumbos comunes, se habilitan las negociaciones donde cada quién pondrá, ahora en un ámbito apropiado, a salvo sus intereses nacionales y regionales. De hecho, todo convenio requiere también la ratificación de los Congresos de los respectivos países.

En síntesis, estos encuentros no pasan de meras expresiones de voluntarismo que requieren luego de acciones concretas para llevarlas a lo hechos, donde la diplomacia, sin lesionar relaciones bilaterales o regionales, encuentra instancias para salvaguardar los intereses de los países involucrados.

De varias declaraciones del gobierno en la voz de sus ministros siempre hubo expresiones a favor de la inclusión Argentina en el ALCA, aunque bajo ciertas condiciones. La clave quizá resida en el deseo de que fuera el bloque MERCOSUR, y no los países de manera individual, la que la integren.

Hay, sin embargo, en la personificación de Hugo Chávez -por Venezuela- una oposición al ALCA que es en realidad una oposición más general a lo que él llama "Imperialismo". Incluso, Hugo Chávez tiene una propuesta alternativa al ALCA que denomina ALBA.

Pero el chavismo alienta una cuestión más personal que dogmática puesto que por otros andariveles negocia en términos capitalistas con el capitalismo. Chávez busca pintarrajear de romanticismo ideológico un momento de la historia inevitable de Sudamérica, emulando quizá a un mito viviente como Fidel Castro.

¿Qué modificó el clima habitual de estas cumbres?
Esta posibilidad de tener frente a sí a los presidentes de toda la región abre alternativas de diálogo que permiten, como era el propósito de Argentina, pedir apoyo o solidaridad a Estados Unidos para una futura negociación, considerada clave, con el FMI.

En esta parte del hemisferio hay cuestiones que tienen más importancia que el ALCA para los Estados Unidos. Por caso: la cuestión de Venezuela y su apoyo a las FARC de Colombia; la situación de Bolivia; la zona liberada de la denominada "triple frontera"; cierta inestabilidad en Perú y Ecuador –se sospecha que auspiciada por Hugo Chávez-; etc.. El factor común de estas cuestiones es el avance de un mesianismo de izquierda que no repara en apoyos económicos tanto del terrorismo como del narcotráfico, y está dispuesto a deponer, incluso, a gobiernos democráticos.

Estados Unidos personifica esta problemática sudamericana, sustancialmente, en la figura Hugo Chávez.

Por supuesto que estas cuestiones viscerales de la política no se debaten en las cumbres regionales puesto que obedecen a actitudes veladas de los gobiernos jamás reconocidas ni declamadas.

Argentina, que había manejado muy bien su ambigüedad driblando entre las palmadas en la espalda a Chávez y las palmadas en la espalda a Bush, esta vez, en su condición de país anfitrión, se encontró en una disyuntiva. Por un lado, la necesidad de no desairar a Hugo Chávez; y por el otro, su necesidad de lograr el apoyo de Bush en la futura negociación con el FMI. No olvidemos que Hugo Chávez ha sostenido la política de financiamiento Argentina con compras de Boden 2015, por caso; amén de sus contribuciones a la problemática energética que sostenemos.

El ideal era que se pudiera patrocinar la contracumbre –tren, estadio, viáticos y roturas- y el repudio a Bush, con Hugo Chávez a la cabeza y la presencia de Evo Morales, dejando ese protagonismo a los partidos de izquierda; y sin escandalizarse de los exabruptos de Chávez, participar de una cumbre sin sobresaltos hablando de empleo y pobreza. Por supuesto, que Bush, principalmente, se fuera ileso de Argentina también.

La variante la introdujo Estados Unidos cuando junto a México y Canadá tomaron decidida intención de incorporar a la declaración, alusiones a la continuidad de las negociaciones sobre ALCA.

Fue allí donde la diplomacia Argentina hizo aguas obligando a Kirchner a transparentar su doble discurso y a adoptar una postura cruda y hasta indignada con el afán de expiar su traspié en la prepotencia Americana. Kirchner pagó boleto en el trencito de la fantasía y salió a defender el dogmatismo de Chávez en un ambiente para nada propicio.

A partir de allí, como bien dijo Vicente Fox, la cumbre se politizó. El presidente de Brasil tomó prudente distancia lo mismo que el presidente de Uruguay al presenciar la crudeza y el desparpajo de la anticumbre que a todas luces había sido auspiciada por el gobierno anfitrión. El Presidente de Bolivia estaba indignado con la presencia de Evo Morales en Mar del Plata. Otro tanto ocurría con los presidentes de Colombia y Perú por el rol protagónico de Chávez..

Finalmente Argentina forzó una declaración cuyo significado se empequeñeció frente a la percepción de sus firmantes.

El ALCA es un hecho insoslayable; de hecho ya existe y en las peores circunstancias a tenor de los convenios bilaterales que Estados Unidos viene formalizando con los países de la región, al que pronto se sumarán Brasil, Uruguay y Paraguay.

La conclusión de esta cumbre es que Argentina ha quedado en ese minibloque que antes incluía en exclusividad a Venezuela.

#Las réplicas económicas

Dejemos de lado que nuestra exclusión de un bloque continental se traducirá en atraso tecnológico y económico. Estar hoy fuera de un bloque es como estar fuera del mundo. Las grandes negociaciones se darán en breve entre bloques; el resto morderá las migajas.

Todo aquello que no se puede corregir desde dentro, con mucho menos razón se podrá corregir desde fuera. Pasa igual en la participación política o en el tomar partido de las cosas poniendo nuestra voz donde pueda ser escuchada. Lo otro, es tirarle piedras al tren que pasa.

Nuestro país todavía no sale de una situación crítica. Aún cuando nuestro pensamiento es que hay un rumbo equívoco en la conducción económica, lo acontecido en la cumbre y sus derivaciones, no ayudará ni a este modelo ni a ningún otro.

El país necesita financiamiento, en primera instancia. Toda cuestión que trabe un entendimiento con el FMI agravará la situación. Máxime teniendo en cuenta la probable situación de iliquidez a la que se conduce la economía global.

En segunda instancia están las inversiones. Esta bruma que se esparce sobre el devenir político de un país sujeto a la suerte de Hugo Chávez, es definitoria. Las inversiones de largo plazo estarán más inclinadas a radicarse en países cuyo horizonte de mercado sea mayor y cuya estabilidad política sea duradera. No es el caso de Argentina y Venezuela.

Pero además está también un discurso intestino que repele el clima de negocios. Al gobierno se lo ve sombrío, impredecible, con un discurso que no se acopla a la acción, beligerante, intolerante, obcecado, etc.. En definitiva, un gobierno que rechaza el diálogo constructivo y que siente conspiraciones de todo y en todo.

Expiar nuestros males y errores en los otros es una actitud adolescente que no enmienda las consecuencias. Estamos enojados con el mundo. Hoy es México, ayer fue Estados Unidos, antes Uruguay, Chile, Francia, Italia ... En fin, todos parecen ir a contramano nuestro. Lo terriblemente grave es que ni por casualidad se nos ocurre pensar que tal vez seamos nosotros.

Mientras peleemos neciamente por imponer nuestra razón, no haremos buenos negocios y estaremos sepultando el futuro.

--------------------------------------------------------------------------------
(*) MARCELO D. FERRER nació en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, República Argentina. Es Contador Público y Licenciado en Economía; Escritor, Poeta y Ensayista. Es miembro y ha presidido diversas O.N.G. dedicadas a la educación y al servicio comunitario.

Dejá tu comentario