Comentarios sobre el viaje de De Vido a USA y el futuro de Timerman

Un Jorge Asis Digital muy interesante acerca del viaje de Julio De Vido a USA: "(...) De Vido parte el lunes en búsqueda de cal, para blanquearse, con persistentes empresarios adictos al placer de la permanencia. Una comida insulsa de De Vido con Susan Seagal, del Council of the Americas, acompañado de Jorge Brito, el gran comodín del eterno chinchón bancario. De la Serpiente de Edenor, Alejandro Mc Fairlane, de la estrellita del capitalismo ascendentemente prebendario, Marcelo Mindlin, del bolsero escéptico Adelmo Gabbi, de la señora Andrea Grobocopotel, y del senador cordobés que aceita, don Urquía. Y no podía faltar, de ningún modo, Daniel Selecki. Ocurre que Selecki no puede fallarle a su familiar, el cónsul Héctor Timerman. (...)". En cuanto a las inversiones que buscan, ¿Ud. cree que sus interlocutores no saben quiénes son? ¿Qué inversiones pueden traer, entonces? Bueno, sí, es verdad: millones y millones de dinero 'negro' argentino en USA pero ¿Ud. cree que ellos traerían su dinero 'negro'? Si ni Santa Cruz trajo hasta ahora el que prometió 'en blanco'...

POR JORGE ASIS

Con la cobertura plástica de señores empresarios de compañía, del elenco estable, y culturalmente domesticados, el Presidente Kirchner envía al ministro De Vido hacia Nueva York.

Lo envía con el objetivo, altamente loable, de pedir la palangana.
Para tratar de limpiarse del trascendente arsenal de carpetas que suelen atribuirse, siempre sin mayor rigor, "a la embajada".

Clima de negocios

Para el preservativismo empresarial, se lo acompaña al transitoriamente poderoso ministro De Vido para demostrar que prospera, en la Argentina, un clima de negocios.

Que el bolivarianismo exhuberante se limita apenas a una mínima cuestión de conveniencia comercial.

Porque invertir en la patria es una aventura posible.

Resulta extraño que, en un momento de aparente fortaleza, el desgobierno de Kirchner exhiba, en el esplendor de la fragmentación interna, una fuerte debilidad.

Cualquier desinformado, de los miles que leen los diarios capitalinos, interpreta que el ministro De Vido resultó indiscutible triunfador del último cosmetismo ministerial.

Sin embargo, el lunes De Vido debe desplazarse a Nueva York para limpiar, ante todo, la polvareda de las carpetas inconvenientes.

Su difusión atormenta la gastritis del presidente de la república.

Las carpetas aluden al desenvolvimiento minuciosamente documentado de, por lo menos, cinco distinguidos caballeros que trajinan en el ámbito de influencia del victorioso Ministro de Planificación.

Los favorecidos

El fantasma "de la embajada" suele ser positivamente indemostrable.
Sin embargo es útil para instalar que las carpetas tan temidas se encuentran en poder de la señora Carrió.

Basta imaginar, a la firmeza envidiable de la dama, con sus próximas denuncias, debidamente chequedas con "la embajada", para que se ponga, en movimiento, la estrategia inútilmente limpiadora.

La paranoica gestación de sospechas, alude a certeras informaciones entregadas, por "la embajada", al señor Lavagna, o viceversa.
O Lavagna a la señora Carrió o viceversa.

O la señora Carrió a "la embajada". Y por supuesto viceversa.

Y lo peor, JorgeAsísDigital. ¿Cómo se entera el Suscripto del estricto funcionamiento de la marroquinería y de la existencia de las tortuosas carpetas?

Los favorecidos -según nuestras fuentes- por las carpetas, son:

En primer lugar, la carpeta más abultada, pertenece al señor De Vido, cabeza de la delegación. Que por supuesto roza irreparablemente la figura del presidente Kirchner.

2.- El señor Moreno, de la Secretaría de Comunicaciones.

3.- El señor Jaime, un clásico infaltable, de la Secretaría de Transporte. Como nos copiara La Nación, Jaime es nacionalmente conocido como El Señor de los Subsidios.

4.- El señor López, alias, para siempre, El Neolopecito.

Trátase del amigo protector del racinguista contador Galera. Nuestro neolopecito es el sustancial baluarte instrumentador del cartelismo de la obra política. Base activa del keynesianismo electoral que salpica, acaso involuntariamente, al señor Wagner.

5.- El señor Uberti, deschavado nexo fundamental de De Vido (o sea Kirchner), con los negocios con la Madre Patria, o sea Venezuela.
Uberti es oficialmente encargado de la administración de los peajes. Pero los peajes de verdad. Aunque su prestigiosa capacidad, en materia de peajes, haya generosamente trascendido las fronteras. Hoy circula su nombre por la veneración de cables encriptados que desembocan en puertos de determinadas cancillerías.

Madre Patria

Uberti, acaso injustamente, se convirtió en un factor de desencuentro. Muestra la demencia de las confrontaciones internas, en el corazón del sarpullido que otros llaman kirchnerismo.

Y De Vido, en un rapto de solidaridad conmovedora, presiona sobre la complicidad de su jefe, Kirchner, para proponer a Uberti como embajador en la Madre Patria. La Venezuela Bolivariana.

Con soberbia tendencia hacia la equivocación, De Vido debe adherir a la teoría que, moverlo a Uberti, es una manera geográfica de la protección.

Que el efecto, supuestamente devastador, de las carpetas misteriosas que trafica "la embajada", o en todo caso "La Gorda", podría atenuarse con el traslado de la osamenta del protagonista.
Hacia la inimputabilidad asegurada de Caracas.

De Vido y Zannini

En TEA, en un futuro inmediato, habrá que estudiar la alarmante desinformación de esta época nefasta para la comunicación.
Se desconoce el tembladeral de las disidencias internas, que se registran en las alturas del gobierno cesarista, que conduce al espantoso choque de la calesita.

La confrontación permanente, ni siquiera simulada, entre Zannini y De Vido, se convierte en un tema tabú. Por orden tácita del presidente Kirchner, irresponsablemente convertido en el Jefe de Redacción de las mayoritarias publicaciones del país.

En general, De Vido y Zannini no se hablan. Pero no pueden evitar pensarse.

Kirchner, en el centro del triángulo, paga las consecuencias políticas del estilo cesarista de conducción. Porque estimuló oportunamente el enfrentamiento, originado en horrores políticos que se arrastran desde Santa Cruz que pronto se contarán.

Interfiere, asimismo, en las confrontaciones, las oscilantes vacilaciones del irreconocido poeta Alberto Fernández.

Entonces Zannini, al enterarse que De Vido lo propone a Uberti, se apresura a jugar la postulación, para La Madre Patria de Venezuela, a Rafael Folonier.

Folonier se desempeña, con extraña independencia, en la órbita del ministro Aníbal Fernández.

Trátase del amigo de Chávez (ver Papas de Balcarce), que asciende en el palo enjabonado del gobierno por ciertos manejos con dirigentes piqueteros.

Folonier está vigorosamente vinculado a todo aquello que pueda oler a izquierda.

Como eventual embajador, Folonier resultaría una versión aumentada de Carlos Bettini.

Su Felipe González es el canciller Ali Rodríguez, otro ex guerrillero lanzado a la promoción de la utopía bolivariana.

La cal

Para terminar, De Vido parte el lunes en búsqueda de cal, para blanquearse, con persistentes empresarios adictos al placer de la permanencia.

Una comida insulsa de De Vido con Susan Seagal, del Council of the Americas, acompañado de Jorge Brito, el gran comodín del eterno chinchón bancario.

De la Serpiente de Edenor, Alejandro Mc Fairlane, de la estrellita del capitalismo ascendentemente prebendario, Marcelo Mindlin, del bolsero escéptico Adelmo Gabbi, de la señora Andrea Grobocopotel, y del senador cordobés que aceita, don Urquía.

Y no podía faltar, de ningún modo, Daniel Selecki.

Ocurre que Selecki no puede fallarle a su familiar, el cónsul Héctor Timerman.

Porque, si esta gira blanqueadora resulta exitosa, el poderoso del momento, Julito De Vido, el Gran Pene político del gabinete del gobierno que va a chocar la calesita, podrá influir sobre su Jefe, Kirchner, para que lo propongan como embajador en Estados Unidos.

Si Bordón, el embajador que nominalmente sigue acreditado, después del erróneo despido de Lavagna, carece de fuerza política en Washington.

Hasta para morderse, aunque sea, una hamburguesa con aros de cebolla frita.

No se encuentra Bordón en condiciones de proporcionarle, a De Vido, una bolsita de cal.

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