Dos culpables reincidentes: Un círculo perverso entre el juez y el violador

Luego de ser violada, Elsa Escobar murió de varias puñaladas y su hija, que también fue herida a cuchilladas, se salvó apenas porque se desmayó. Esta gran tragedia 'anunciada' fue necesaria para romper el círculo establecido entre un violador perverso y un juez ineficiente. Lo cual habla mucho peor del juez.

En medio del dolor y la desesperación de familiares y amigos, esta mañana velaban los restos de Elsa Escobar, la mujer violada y asesinada en su casa del barrio porteño de Núñez, cuya hija, también atacada por el delincuente, sigue internada.

El velatorio se realizó en la casa fúnebre de Congreso 5252 de Villa Urquiza, y el féretro fue trasladado hasta el cementerio de la Chacarita, donde fue inhumado. Familiares de Escobar y vecinos reiteraban esta mañana su dolor e indignación por el crimen perpetrado por Claudio Álvarez, un asesino que llegó a un barrio en el que todos sabían que era asesino.

Sin embargo, las denuncias ante el Juzgado fueron inútiles, y finalmente, llegó la tragedia y la indignación no solo hacia el violador, sino también hacia la Justicia más que ciega, 'sorda y laxa'.

U24 publicó este domingo una nota sobre el juez Ghirlanda, donde se acercó apenas un detalle de su perfil (ineficiente):

Gabriel Omar Ghirlanda, DNI 16.335.938, nació el 26 de septiembre de 1962, egresó de la UBA en Derecho e ingresó a un Juzgado de Instrucción como empleado. Luego comenzó a hacer la carrera judicial.

Cuando le preguntaron qué estudios tenía para justificar el cargo de juez para el que se había postulado ante el Consejo de la Magistratura, dijo que había estudiado 165 en el Departamento de Posgrado para Abogado Especialista en Derecho Penal; pero también 6 horas Causas de Justificación e Inculpabilidad, y 21 horas Teoría del Delito y Fundamentación de la Pena.

Algo salió mal en la enseñanza que recibió, o que no supo aplicar, de acuerdo a lo que puede evaluarse en las últimas horas.

A decir verdad, él no tuvo un desempeño descollante en el Comité de Selección de jueces. Más bien fue cola:

Dr. Jorge Luciano GORINI..........................164,5 puntos
Dr. Fernando Mario CAUNEDO..................165
Dr. Alejandro NOCETI ACHAVAL..............162
Dr. Mariano Alberto SCOTTO....................156,25
Dr. Javier ANZOATEGUI............................153,5
Dr. Manuel Jeronimo GOROSTIAGA..........156,5
Dr. Rodolfo Gustavo GOERNER.................147,75
Dra. Ana DIETA DE HERRERO...................154,5
Dr. Pablo GARCIA DE LA TORRE...............147
Dr. Gabriel Omar GHIRLANDA...................147
Dr. Horacio Juan AZZOLIN........................140
Dr. José CODINO.......................................141,55
Dr. Pablo Gustavo LAUFER.......................137,5

Pero llegó a magistrado...

El hombre detenido había sido denunciado ante la Justicia por los padres de otra adolescente, Lucila Giaconis, asesinada tras resistirse a ser violada hace poco menos de tres años. "Es un crimen anunciado", explicó Isabel, la madre de Lucila.

"El mismo hombre, Claudio Alvarez, había atacado a una chica de 26 años el 2 de agosto y la Justicia prefirió iniciarle una causa por intento de robo", agregó la mujer al terminar una marcha el sábado ante la comisaría 35ª. O sea, que la carátula de la causa en la que instruyó el juez Gabriel Omar Ghirlanda caratulada intento de robo, no figuró ningún otro agravante.

"Hace un mes que le venimos diciendo al juez que esto iba a pasar. La policía y el juez no lo detuvieron porque decían que faltaban pruebas. Ahora la tragedia continúa, ellas son amigas de nuestra familia desde siempre, no lo podemos creer", contó Analía Giaconis, hermana de la asesinada Lucila.

"Nosotros venimos pidiendo que lo detengan, que hagan algo. El 16 de agosto le mandamos una carta al ministro del Interior, Aníbal Fernández", se quejó Liliana Daloia, de Vecinos en Alerta.

No hace falta apelar a la psicología para confirmar la importante 'reincidencia' de los violadores que se comprueba con los hechos. Ni hablar de los 'desórdenes mentales', para llamarlo de alguna manera, que casi indefectiblemente posee un sujeto capaz de cometer semejante atrosidad.

Pero, a la vez, esta misma razón, si bien no le quita culpa, si la desdobla. ¿Acaso puede justificarse a un juez que por ineficiente o por laxo no evitó la tragedia? ¿Es necesario, en este país, llegar a semejante crimen, alcanzar tanto dolor, para ejercer Justicia?

Parece que solo casos como el acontecido en Núnez, que se imponen por si mismos, logran romper este círculo vicioso entre el violador y los jueces laxos... lo cual no habla bien de la Justicia.

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