Los Vulgarcitos carecen de imaginación para el uso de las reservas del BCRA

El título original de este material publicado por Jorge Asis Digitalfue: "Kirchner maneja los cofres del Gorro Frigio como los cofres desaparecidos de Santa Cruz". El título que eligió U24 apuesta a darle más protagonismo a Cristina, que ha elogiado hasta lo increíble la decisión de su marido. POR JORGE ASIS

Jactanciosamente Kirchner critica a los antepasados desde la tribuna mientras para recuperar la ofensiva anuncia la frivolidad del pago anticipado al Fondo hasta de la penúltima moneda.

Formidable sería que todos los deudores desequilibrados por la supuesta falta de autonomía decidieran de repente pagar las cuentas antes de los vencimientos.

El acreedor afortunado que recibe el alivio de la totalidad del pago innecesariamente inesperado puede perfectamente bancarse la reprimenda ingenua de una crítica frontal.

Es la chiquilinada gestionaria del pagador compulsivo que supone conocer superficialidades de la economía y prefiere saldar las carencias intelectuales con reclamatorios gestos de asco.

Al percibir que la calesita del gobierno chocaba irreparablemente Kirchner decide retomar la iniciativa de la manera más infeliz pero presentada como socialmente gloriosa.

Ante la complacencia de la necedad escenográfica que encuadra la mayor falta de arrojo cívico de una misericordiosa clase mal llamada dirigente.

Ante la somnolencia colectiva de la sociedad de rehenes imposibilitada de recibir otro mensaje que exceda el de la mediología alquilada.
Ante el aplauso lícitamente plausible y la euforia permanente de los inquilinos del peor capitalismo directamente prebendario que se tenga memoria.

Aventureros asociados a la idea de la inversión pero exclusivamente a partir de las ventajitas del permeable Gorro Frigio del Estado.

Aventureros nunca responsables.

Siempre Listos para comerse las migas de la panera que ayer supieron inclinarse misericordiosamente -como Kirchner- ante el reinado de la convertibilidad noventista de Menem y Cavallo.

Irascibles protagonistas voluntarios de la próxima exposición gráfica de rostros agigantados que jalonaron aquella ceremonia inconcientemente galtierista del discurso de Rodríguez Saa.

Similares aplaudidores estables que se beneficiaron con la orgía caligulesca de aquel trabajo sucio del Killer Duhalde, instrumentado por la frialdad ecuménica de De Mendiguren y que produjo la más catastrófica transferencia de recursos de la historia.

Exactamente los mismos aventureros que aplauden emocionados el disparate endémico del Cesar que pretende recuperar la iniciativa de pagar incluso hasta lo que nadie le pide.

El Kirchner congénitamente débil de la plenitud es infinitamente más irresponsable aún que el Lula de la inexorable declinación.

Emerge entonces Chávez en la imponencia de la desertificación como el hombre fuerte de América.

El inquietante asociado estratégico de la Madre Patria Bolivariana coloca a la Argentina en el colofón de un atolladero geopolítico del que va a ser problemáticamente dificultoso salir.

En todo caso no bastará con el absolutismo equivocado del próximo Cesar que anuncie repentinamente el saldo hasta de la última moneda de la deuda de un Chávez.

En la escenografía permanente del Salón Blanco y ante el alborozo previsible de los mismos protagonistas del elenco estable.

Definitivamente Kirchner prueba que en la Argentina es el único que hace política.

Que el resto sólo analiza y que hablar de política significa claramente hablar del Cesar.

El resto del conglomerado se identifica con la imagen del pretexto para ocupar una silla o calzarse adentro de un traje.

Que decididamente se dedica a la temerosidad de comentar positivamente el estupor sorpresivo del animador que monologa sin conceder derecho siquiera a la réplica y menos aún a la interlocución.

Porque Kirchner maneja las arcas estratégicas del Gorro Frigio con el estigma del cesarismo regresivo que inmoviliza con sus extorsiones a quienes con impotencia lo padecen.

Ostensiblemente demuestra que el Parlamento se convirtió en un edificio de decoración complementaria para una fotografía turística.
O para resultar en la sede geográficamente tentativa para situar una manifestación de protesta.

Y que el artificio manipulable de la oposición se encuentra francamente tan de adorno como el Congreso.

Para comerse las imposturas de los amagues del César con cierta voracidad.

El Pagador Compulsivo demuestra también que carece de la imaginación elemental para disponerse a invertir los miles de millones de dólares en cuestiones más positivas que cancelar inútilmente una deuda.

Porque el Pagador Compulsivo no debe tener a nadie tampoco que se dedique en adelante a la impertinencia de auditarlo.

Después de todo es suficiente en todo caso con Alesandra Miniccheli de De Vido en la SIGEN.

Suficiente y hasta el mínimo de lo soportable puede ser también con alguna entrevista a López Murphy o Espert en emisiones de cable.

Con algún arrebato florido de la señora Carrió o la impertinencia fastidiosa de esta greguería.

Al fin y al cabo Vulgarcito deshace y hace lo que se le antoja con los cofres del Gorro Frigio.

Los argentinos están irreparablemente jugados a la suerte de los desequilibrios de la arbitrariedad del Cesar.

Nadie tiene derecho a asombrarse porque Kirchner mantiene la vieja coherencia.

Dispone entonces de los cofres del Gorro Frigio como oportunamente lo dispuso con los cofres desaparecidos de Santa Cruz.

Emblemáticamente el país entero debe apretujarse en el interior irritable de su colon.

Y confiar como decía su maestro Menem en el acompañamiento de la estrella del Cesar.

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