EDICIÓN i y los masones: De sociedad secreta a discreta

El tema masónico ha ocupado páginas enteras y desvelado a historiadores de todas las nacionalidades. Diferentes títulos en las librerías y bibliotecas se ocupan de informar acerca de la temática, desde todo punto de vista y su gran atractivo reside, quizás, en sus misterios y en las personalidades a lo largo de la historia que integraron las logias masónicas en todo el mundo: desde militares y comunistas a hombres del clero y profesionales liberales. Esto provocó una lectura de la bibliografía más reciente sobre el tema y estas conclusiones publicadas en el semanario EDICIÓN i: POR MARÍA JOSÉ BONACIFA

De Egipto

"Durante los últimos 20 años, las obras consagradas a la masonería han estudiado la institución desde el punto de vista de la antropología, del simbolismo, de la política e, incluso, del psicoanálisis. De hecho, la masonería ya sólo asusta a unos pocos mal informados y se presta ahora a cualquier tipo de análisis científico", dice Christian Jacq en su libro ‘La Masonería, Historia e Iniciación’.

Es notable que Jacq aborde este tema, dado que su especialidad es la egiptología. Sin embargo, en los primeros capítulos de la obra deja muy en claro la relación entre la masonería moderna y los ritos iniciáticos del antiguo Egipto.

Este tema también es recogido por Gerard Galtier en su obra ‘Tradición Oculta - Masoneria Egipcia’, de Editorial Anaya, donde también habla de los Rosacruz y la Caballería.

Galtier sostiene que durante el viaje de Napoleón Bonaparte a Egipto lo acompañó una cantidad importante de masones y que ellos exportaron los ritos masónicos a Egipto durante la frustrada campaña napoleónica.

Uno de esos ritos es el llamado ‘Rito de Menfis’.

Existe un documento de 1863 que dice que Bonaparte "recibió la iniciación y la filiación del Rito de Menfis de parte de un hombre de edad venerable, muy sabio en la doctrina y las costumbres, que se decía descendiente de los antiguos sabios de Egipto". Y añade: "La iniciación tuvo lugar en la pirámide de Keops y recibió como única investidura un anillo" .

Si bien no hay certeza sobre la condición de masón de Napoleón, sí lo fueron su padre y su hermano José, quien fue un efímero Rey de España. Hay quienes sostienen que Josefina, la esposa de Napoleón fue Gran Maestre de una logia femenina.

El autor español Javier Sierra sostiene que existe un testimonio en ‘Mémoires historiques et secrets de l’impératrice Joséphine’, publicada en 1820 por cierta señora de apellido Lenormand, donde se recoge una confesión de Bonaparte a su esposa: "He consumido mi vida entre movimientos continuos que no me han dejado ni un solo minuto para cumplir mis deberes de iniciado a la secta de los egipcios" .

De la influencia de Egipto sobre Napoleón puede darse cuenta en diversas construcciones que se hicieron a principios del siglo 19 por todo París.

Volviendo a la obra de Christina Jacq, cuando él se refiere al Antiguo Egipto, sostiene: "En 1783, George Smith, gran maestro del condado de Kent, afirmaba que la masonería obtenía de Egipto varios de sus misterios. Según Smith, Osiris e Isis simbolizaban el ser supremo y la naturaleza universal; en la logia estaban representados por el sol y la luna que están situados en Oriente y enmarcan al Venerable, encargado de dirigir las ceremonias. Smith pensaba que los druidas habían retomado el esoterismo egipcio, transmitido luego a los primeros masones".

Menciona documentos que prueban la complejidad, severidad y diversidad de los ritos de iniciación: "Se exigía al postulante la práctica de un oficio manual, la mayor rectitud moral y una indiscutible actitud para comprender el sentido oculto de los símbolos y de las escrituras sagradas. En los peristilos se celebraban densas conversaciones entre el futuro iniciado y sus maestros; se exigía una sinceridad total. Muchos candidatos eran rechazados y regresaban a la vida profana".

El Cristianismo

No se puede hablar de masonería si no se habla de la construcción, que es la base de su filosofía y hasta de su nombre.

Dice Jacq: "A pesar de las desviaciones y de las vicisitudes históricas, algunas logias masónicas, tanto hoy como ayer, son el símbolo vivo de una comunión en la que el hombre vive una experiencia interior alimentada por lo simbólico. A través de ellas, la masonería se presenta como uno de los caminos de la búsqueda del conocimiento, un camino que no topa con creencia alguna.

¿Acaso el arte de construir el templo, tan caro a los albañiles de la Edad Media, que eso significa en francés la palabra ‘maçon’, no concierne a cualquier hombre preocupado por la autenticidad?"
Para el autor, la masonería es cierta idea de humanidad y de lugar en la comunidad de un individuo, una comunidad en principio, fraterna. Pero, como él sostiene, la dificultad comienza cuando se pretende definir esa idea.

Por eso es que él hace ese recorrido histórico antes mencionado, comenzando por Egipto, pasando a Grecia y yendo a las primeras asociaciones iniciáticas en tiempos de Cristo hasta Roma.

Al hablar del Cristianismo, hace alusión a los esenios, la secta a la que se cree pertenecía Jesucristo: "La entrada a la comunidad esenia estaba debidamente reglamentada".

Agrega: "El postulante debía obediencia a un instructor que guiaba a cada cual hacia el Conocimiento según las aptitudes personales. Una vez admitido por este instructor, el neófito aguardaba un año; no estaba ya en el mundo exterior, pero era aún miembro de la cofradía. Periódicamente, lo purificaban con baños rituales y observaban su carácter, su modo de vivir, sus disposiciones intelectuales.

Si era reconocido apto para comprender los misterios, el adepto sufría dos años más de pruebas antes de su admisión definitiva".
El autor afirma: "De esas asociaciones iniciáticas nació un cristianismo no ortodoxo, que nunca desapareció por completo y que halló, con toda naturalidad, refugio en las cofradías posteriores".

La Edad Media asistió al auge de las cofradías, surgieron los gremios en los que predominaban los ritos de iniciación y la división clara del trabajo en grados. Asimismo, la caballería con ritos de iniciación muy particulares y similares a los antiguos.

El auge en la construcción de las catedrales dio un gran impulso a los diferentes oficios.

El libro de Jacq sostiene: "En los cuentos llamados ‘populares’, que son casi todos reflejo de una elaboración erudita, los francmasones son considerados seres excepcionales que sirven, en primer lugar, a la religión. En la región de Nantes, se afirmaba que un cantero había abierto la losa que cubría la losa de Cristo. Un albañil se había encargado de demoler las paredes para que el alma del Señor pudiera regresar al cielo. En el Delfinado, se decía que Satán en persona había querido ser albañil. El maestro lo acogió con amabilidad y le dio el estatuto de ‘hermano sirviente’, ofreciéndole una ensaladera para que sacara agua. Satán fracasó varias veces y abandonó definitivamente la corporación, pues el oficio de albañil era demasiado duro para él".

Los albañiles
"A las puertas del infierno, dice una canción,
Se presentan tres zapateros
Pidiendo hablar
Con el señor de las tinieblas.
El señor le responde con aire muy colérico:
Creo que el infierno
Sólo está hecho para vosotros.

En cuanto a los canteros,
Nadie se presenta:
Hace más de mil ochocientos años
Que están a la espera.
Es preciso que su deber sea muy Misterioso
En cuanto han muerto, van directo a los cielos".

De esta manera, en el mundo medieval, el albañil es considerado un santo laico.

A pesar de la reticencia que tenía la Iglesia Católica hacia las sociedades masónicas -por su carácter secreto-, fue obligada a respetarlas por el servicio que le prestaban como constructores de catedrales.

El auge de la construcción de las grandes iglesias llega a su fin en el siglo 14. Con la desaparición de la orden caballeresca de los Templarios, los francmasones carecen de protección y fueron enfrentados (como les sucede a lo largo de toda la Historia) por autoridades civiles y religiosas.

Sobre la relación de los masones con los caballeros templarios hay un capítulo muy interesante en el libro de Paul Jeffers, que se ocupa de la masonería moderna quien dice: "La explicación de la transformación de caballeros guerreros que defendían a los peregrinos que iban a Tierra Santa en masones, se ha atribuido a la mezcla, a lo largo del tiempo, de los preceptos templarios con los cultos celtas más antiguos. Tal fusión acabó por dar como resultado la formación de una de las ramas más significativas de la masonería: la Real Orden de Escocia. Conocida como ‘rito escocés’, habría de florecer en algunas partes de Europa hasta que se arraigó y prosperó en América del Norte".

Los modernos

El texto de Jacq comenta: "En abril de 1326, el Concilio de Aviñón propina un nuevo golpe a los masones: condena secretamente a las cofradías profesionales por su voluntad de secreto, sus signos particulares, sus contraseñas, su lenguaje esotérico y sus símbolos. La fraternidad iniciática disgusta mucho a los miembros del consejo, ‘crea un círculo cerrado’ en el seno de la cristiandad.

En el colmo de la herejía, los masones eligen a maestros que dirigen la comunidad sin preguntar la opinión de la Iglesia y según principios espirituales que no están por completo de acuerdo con el dogma.

Las grandes fiestas anuales de los masones compiten con las fiestas religiosas y apartan a los buenos cristianos de la ortodoxia. Esta vez la amenaza es seria; la sociedad medieval se descompone progresivamente y la Iglesia no tiene ya confianza, al parecer, en las cofradías que le han ofrecido un magnífico atavío de catedrales, abadías y monasterios".

Hasta ahí la masonería antigua, el nacimiento de la francmasonería moderna lo enmarca entre 1717 a 1789.

En 1717 se concentra toda la masonería en la ‘Logia Madre’ de Inglaterra, dándose sus propias leyes y omnipotencia por sobre las demás órdenes.

Mientras tanto, en Francia quedó un reducido grupo, cuyos orígenes, dice Jacq, son muy oscuros.

Los masones son prohibidos y perseguidos hasta que, en 1738, el Gran Maestro inglés Richmond nombra al duque de Antín, Gran Maestro de la Masonería francesa. Este se considera un acontecimiento clave porque, por primera vez, la orden es dirigida por un integrante de la nobleza. Entonces su importancia aumenta notablemente.

Pero en 1738 ocurre un duro golpe contra los francmasones porque son excomulgados por el papa Clemente XII.

Jacq sostiene: "En el siglo XVI, secreto, fraternidad y tolerancia son aún los rasgos sobresalientes de la cofradía que profundiza tanto en la práctica de las ciencias herméticas como de la astrología y de la alquimia. Con la entrada masiva de aristócratas, racionalistas y humanistas, la Orden cambia de rostro".

Y sigue diciendo que "hacia 1775, el ideal de la masonería moderna consiste en elevar templos a la virtud y excavar escondrijos para el vicio".

A finales del siglo 18, los más relevantes personajes de la corte pertenecen a la masonería.

En esa centuria, la fraternidad era la nota distintiva y la heterogeneidad de sus componentes, su fuerza. La traducción de un poema de la época así lo confirma:

"Estaba Rundle, el jefe de estación,
Beaseley, de vías y obras,
Ackman, de intendencia,
Donkin, de la prisión,
Y Blacke, el sargento instructor…
Estaba también Bola Narth, el contable,
Saul, el judío de Aden,
Din Mohamed, de la oficina de catastro.
El señor Chuckerbutly, Amin Singh, el sick,
Y Castro, de los talleres de reparación,
Que era católico romano…
Y charlábamos con el corazón en la mano de religiones y otras cosas, remitiéndose cada uno de nosotros
Al Dios que mejor conocía.
Uno tras otro, los hermanos tomaban la palabra,
Y nadie se agitaba…
Fuera se decía, ‘Sargenti, Señor, Salud, Salam’.
Dentro era ‘Hermano’ y estaba muy bien así".

El blanqueo

La masonería hoy se ha convertido en una parte casi integrada de la sociedad aunque hace no tantos años haya sido perseguida como por ejemplo en días de Francisco Franco en España.

Como señala el historiador Jacq, hoy la masonería no es una contra-religión sino una asociación legalmente registrada en la que sus dirigentes hacen declaraciones públicas.

Hay logias universales y otras nacionales que tienen mucho que ver con la evolución de cada uno de los países en las que se encuentran.

Sobre el futuro de la masonería, Jeffers dice que "De los casi 6 millones de masones que se calculan en el mundo, la mayoría (4 millones) vive en los Estados Unidos y buena parte de los dos millones restantes reside en países de habla inglesa. Si bien las estadísticas sobre la masonería inglesa no son del todo confiables, ya que allí un individuo puede pertenecer a más de una logia, los cálculos mundiales arrojan cifras de 550.000 masones en Inglaterra y Gales; 400.000 en Escocia, 47.000 en Irlanda, 4,1 millón en Canadá y los Estados Unidos, 80.000 en Europa continental, 350.000 en Australasia; 50.000 en América Latina; 10.000 en Filipinas y 288.000 en otras zonas (India, Japón, Formosa, Africa e Israel).

La merma en la cantidad de miembros de las logias masónicas que está ocurriendo en USA es el resultado, según los analistas, de "la Generación MTV", que es cada vez más materialista y superficial y poco le interesan los grupos de elevación espiritual como la masonería.

Y culmina diciendo: "La sociedad fraternal secreta más antigua del mundo ya no se halla envuelta en el misterio que durante siglos le dio una apariencia de confabulación siniestra; se entiende que no son más que un grupo de hombres bienintencionados, mayores, en su mayoría blancos, dedicados a comprender el sentido de la vida, a través de un ‘sistema filosófico y religioso expresado en un ritual dramático’".

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PARA LEER SOBRE LOS MASONES

La Masoneria -
Historia de una
Sociedad Secreta
Paul H. Jeffers
Editorial El Ateneo

Nosotros, los Masones
Amando Hurtado
Editorial: Edaf

Los Masones
Jasper Ridley
Vergara Editor S.A.

Masones y Templarios
Michael Baigent
Editorial Martinez Roca

La Masoneria I
Emilio J. Corbiere
Editorial: De Bolsillo

La Masoneria II -
Tradición y Revolución
Emilio J. Corbiere
Editorial: Sudamericana

La Masoneria y la Iglesia Catolica
Ignacio C. M. Massun
Editorial Metodos
ISBN: 950-888-208-5

Hermetismo y Masoneria
Federico Gonzalez
Kier Editorial

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MASONERIA MADE IN ARGENTINA

No puede hablarse del nacimiento de la masonería argentina sin ver un gran acontecimiento que fue la constitución de la Gran Logia, el 11 de Diciembre de 1857. La fundación tuvo como causa el enfrentamiento entre Miguel Valencia de la logia brasileña (1799-1870) que provenía de una familia unitaria que había retornado del Brasil, luego de un extenso exilio, y José Roque Pérez (1815-1871), un federal que había sido funcionario diplomático durante el gobierno de Rosas (relacionado con la Gran Logia de Montevideo, que era el centro masónico fundamental en el Rio de la Plata)

Cuando Valencia retornó a la Argentina, iniciado por Julián Alvarez (1788-1843) mantuvo diferencias con José Roque Pérez, apresurándose a crear, a principios de 1857, el denominado ‘Gran Oriente de la Confederación Argentina’, pero su esfuerzo fue efímero y poco aglutinante. José Roque Pérez y la amplia mayoría de los masones de la época no querían una masonería unitaria sino que pretendían otra que impulsara la unidad nacional. En pocos meses, Pérez recorrió las tres logias que reconocían el liderazgo de Valencia y lo dejó sin base de sustentación. Con las que le respondían y con aquellas que se habían agrupado junto al doctor Valencia, José Roque Pérez fundó la actual Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.

Luego se fueron armando a su alrededor diversas logias.

Aquel 11 de diciembre de 1857 realizaron el pacto de unión las logias ‘Unión del Plata’, ‘Confraternidad Argentina’, ‘Consuelo del Infortunio’, ‘Tolerancia’, ‘Regeneración’, ‘Lealtad’ y ‘Constancia’, eligiendo como Gran Maestre al doctor José Roque Pérez. Jurista notable, diplomático, filántropo y humanista, Pérez, junto a otros cofrades, en su mayoría médicos -como el doctor Manuel Argerich-, murieron socorriendo a los enfermos durante la epidemia de fiebre amarilla.

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LAS MUJERES, MASONERÍA "DE ADOPCIÓN"

La Historia sospecha que fue Josefina, esposa del emperador Napoleón una de las primeras mujeres en ser Gran Maestre de una logia.

Aunque es un fenómeno principalmente masculino, en muchos países se practica la masonería mixta o también femenina aunque no sea un fenómeno demasiado difundido.

Los hombres son mayoría sencillamente porque los gremios medievales y los antiguos grupos de constructores estaban integrados exclusivamente por hombres.

Si se bucea en la historia de la masonería española, surge que con el resurgir de la masonería en el período 1874-1890, la mujer española también solicitó su ingreso y empezaron a florecer logias de Adopción. Entre éstas se pueden citar Las Hijas de la Regeneración, de Cádiz; Las Hijas de los Pobres, de Madrid; Las Hijas de la Unión, de Valencia, etc. En el anuario del 1895 del Grande Oriente Español se recogen siete logias de Adopción.

Un trabajo sobre la masonería española firmado por José A. Ferrer Benimeli dice: "Por esos mismos años es frecuente encontrarse en los Cuadros de logias masculinas nombres de mujeres. Esta costumbre, contraria a las Constituciones de Anderson y a la llamada masonería regular, de la que están excluidas las mujeres, plantea una práctica propia del Grande Oriente Español, consistente en la iniciación de mujeres en rito masculino y la asistencia de estas mujeres a los trabajos de logia, como se puede leer en los libros de actas. Es muy posible que tal presencia femenina, que siempre fue minoritaria, tuviera como objetivo facilitar la creación de logias de Adopción. "

Y sigue diciendo: "Respecto a la finalidad de esta masonería de adopción, en la fiesta del primer aniversario celebrada por la logia madrileña 5 de abril del 88, que tuvo lugar lógicamente el 5 de abril de 1889, entre los brindis finales hubo uno muy significativo, hecho por la hermana Ángeles López de Ayala, dedicado al hermano vizconde de Ros que dignificaba a la mujer elevándola al igual del hombre, y reconociéndole los derechos de la personalidad, lo cual hoy es favor y no justicia, por la ignorancia de la mujer en general. Y añadió: Se ha dado un gran paso hacia la emancipación de la mujer [...]; la Masonería será el redentor de nuestro sexo.

Esta tradición de logias de adopción continuaría durante el siglo 20, añadiéndose además la creación de logias mixtas."

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