Alerta en la caótica Francia: No cesa la violencia, que recibió el 2006 con una terrible quema

El estado de emergencia aún rige, pero la violencia urbana en Francia no cesa. Y este 2006 fue recibido con la quema de 425 autos, número que supera ampliamente al registrado el año pasado.

Turbas de jóvenes que festejaban el Año Nuevo en Francia incendiaron 425 vehículos durante la noche, en disturbios separados, según informó el jefe de la policía nacional a la prensa.

El número de autos incendiados superó al de 333 registrado el año pasado.

Michel Gaudin dijo también que no hubo enfrentamientos serios entre los jóvenes y la policía durante la noche.

Cada Año Nuevo, grupos de jóvenes suelen incendiar cientos de automóviles en Francia, cuando las festividades se tornan violentas. La policía estaba más alerta esta vez, por la ola de tres semanas de disturbios y quema de vehículos ocurrida desde finales de octubre.

Sin embargo, Gaudin afirmó que no hubo ataques incendiarios a inmuebles.

El estado de emergencia impuesto tras los disturbios sigue en efecto, y 25.000 policías estaban en alerta durante las festividades.

La oposición socialista acusó al gobierno conservador de minimizar los hechos, y destacó que se trató de la mayor ola de destrozos en un Año Nuevo.

"'Pese a las medidas excepcionales, que fueron inefectivas, la calma y la tranquilidad no han sido restauradas, y continúa la violencia urbana"', señaló el Partido Socialista en un comunicado.

Por su parte, algunos usuarios y políticos de Gran Bretaña criticaron ayer a los empleados del sistema de trenes subterráneos, al llegar a su fin la huelga de 24 horas que declararon para que coincidiera con las celebraciones de fin de año.

Los líderes del sindicato RMT, que organizó la huelga, esperaban que los trenes subterráneos se paralizaran después de que los guardias y los encargados de las boleterías abandonaran sus puestos el sábado al mediodía para protestar por los nuevos horarios y los nuevos deberes.

Pero el sistema, conocido como el Underground, logró mantener la mayoría de sus trenes en funcionamiento.

Sólo 37 de las 275 estaciones cerraron sus puertas.

La huelga, dijo el alcalde de Londres Ken Livingstone, "apenas se materializó. La mayoría de los empleados del Underground de Londres no consideraba que era lógico castigar a los londinenses en la víspera de Año Nuevo".

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