EL ANALISIS DE LOS RESULTADOS ELECTORALES

Durísima carta de Jesús Rodríguez sobre la campaña de Ricardo Alfonsín

El secretario general de la UCR criticó crudamente el desempeño de Udeso. Dijo que se perdieron 710 mil votos, que hubo “gruesos errores estratégicos", que la alianza con De Narváez trajo “confusión” y que cosechó menos votos que la opción a Gobernador.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Parece que llegó el momento del ‘pase facturas’ en el radicalismo después de la elección primaria del domingo 14/08. Este viernes 19/08 a la tarde, el secretario general de la UCR, Jesús Rodríguez, criticó con dureza el desempeño electoral del Udeso pero además, en una carta publicada en su portal oficial, realizó todo un repaso minucioso por la actuación partidaria desde la irrupción de Ricardo Alfonsín.

Rodríguez habló de "gruesos errores estratégicos" y de " déficit estructurales" en la campaña. Demostró el resultado negativo en comparación con la elección presidencial de 2007 y evaluó que se generó " confusión" con la alianza con De Narváez lo cual se verificó "dramáticamente" en el resultado de la provincia de Buenos Aires donde la opción    candidato presidencial de Alfonsín obtuvo "casi seis puntos porcentuales menos que la de gobernador".

Jesús Rodríguez siempre fue refractario a la candidatura presidencial de Alfonsín. De hecho siempre apoyó para esa postulación a Julio Cobos y luego a Ernesto Sanz. En su carta también cuestiona la situación del vicepresidente expulsado del partido y el apuro que hubo para definir la candidatura presidencial.

1. Un análisis apropiado requiere indagar en las motivaciones del voto a CFK, así como las razones (o falta de) para acompañar otras opciones.

2. La historia argentina reciente muestra la relevancia de la situación económica en la consideración social, capaz de desplazar otras valoraciones. Buen ejemplo de ello es la “tablita cambiaria” del Proceso o, ya en democracia, el régimen de convertibilidad en los noventa.

3. La evidencia empírica en América Latina también acredita la afirmación de que en contextos económicos de crecimiento o estables, los oficialismos continúan en el poder, como lo demuestran los casos de Colombia, donde vemos la continuidad de Santos luego de Uribe-, de Brasil, país en el que Dilma Rousseff sucedió a Lula da Silva – que ya había sido reelecto, y también Uruguay con la ratificación del Frente Amplio, primero con Tabaré Vázquez y después con José Mujica.

4. La anomalía en la Región la constituye Chile donde la fractura de la coalición oficialista y el desgaste de veinte años de gobierno, abrieron la puerta a la Presidencia de Sebastián Piñera.

5. En nuestro país, en las elecciones distritales de este año, casi todos los gobiernos fueron ratificados en las urnas (Misiones, Córdoba, Santa Fe, la Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Salta, Chubut y Tierra del Fuego).

6. La excepción a la regla de los oficialismos exitosos en contextos económicos promisorios, sin importar mucho el registro ideológico de los gobernantes, es Catamarca donde, a pesar de que el gobierno provincial aumentó su caudal de votos, la ruptura de la coalición gobernante llevó a la reunificación peronista que, finalmente, se alzó con el triunfo.

7. Otra consideración relevante para comprender el triunfo de CFK es la apelación a sectores sociales con reivindicaciones temáticas específicas. El Gobierno nacional registró acertadamente que, en sociedades diversas y plurales, las señas de identidad son variadas y múltiples y no, exclusivamente, de pertenencias partidarias. En ese plano simbólico, la apelación a supuestos desafíos épicos tuvo particular aceptación en sectores juveniles.

8. En el mismo sentido, la creación de medios de comunicación, el desarrollo de programas oficialistas y la propaganda, contribuyeron no sólo a configurar una realidad acorde a los intereses y necesidades del Gobierno, sino también a ridiculizar la prédica de los dirigentes opositores y desacreditar medios de prensa no subordinados.

9. En ese contexto, un Gobierno que centraliza al máximo el poder, maneja de manera discrecional los recursos públicos y exhibe desapego por los procedimientos

democráticos, obtuvo su máximo caudal de votos desde sus inicios en el año 2003.

10. No obstante los conflictos de raíz social que costaron más de una decena de muertes en el último año y de rampantes escándalos de corrupción, en la última elección se verificó un homogéneo acompañamiento al Gobierno Nacional. No únicamente en términos geográficos -sólo perdió en la Provincia de San Luis- sino también socialmente, a partir de haber recuperado el voto perdido en las últimas elecciones legislativas en los grandes conglomerados urbanos y áreas rurales.

11. El mapa político que deja la elección muestra una preponderancia, de alrededor del setenta por ciento, de opciones de cuño peronista en tanto que los dos millones quinientos veinte mil votos obtenidos por la UCR revelan un notorio retroceso electoral que, al mismo tiempo, permite avizorar el riesgo de un deterioro aún mayor en el próximo comicio de octubre.

12 En efecto, en relación a la última elección presidencial del año 2007, con la candidatura de Lavagna-Morales, se perdieron alrededor de setecientos diez mil votos, equivalentes a casi cinco puntos porcentuales.[1]

13 En diez distritos, la fórmula presidencial obtuvo un resultado inferior al promedio general del país que fue del 12.17% (CABA, Buenos Aires, Chubut, Mendoza, Neuquén, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tierra del Fuego).

14. En dieciséis distritos el binomio presidencial alcanzó la segunda posición, en seis (Buenos Aires, Chubut, La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis) obtuvo el tercer puesto, en Santa Fe fue cuarto y en CABA llegó en quinto lugar. En el caso de que estas posiciones se repitieran en la elección de Octubre, y considerando las provincias que eligen cargos de senadores nacionales, la UCR renovaría sus bancas en juego y ampliaría su bloque en un caso: la Provincia de Misiones.

15. Si se contrastan los votos obtenidos por la fórmula presidencial de UDESO con las recientes compulsas provinciales de la interna abierta de Santa Fe y la general de Córdoba, la merma de votos es de casi ciento ochenta y cinco mil votos frente a los obtenidos por Mario Barletta y Oscar Aguad, respectivamente.

16. Resulta bastante obvio que la explicación del pobre resultado obtenido por la UCR no admite explicaciones monocausales ni simplistas. Por el contrario, tiene raíces mas profundas y es posible pensar que la simpatía recobrada por la UCR en algunos sectores sociales – luego del conflicto por la retenciones, el aniversario por los veinticinco años de la inauguración democrática y el fallecimiento del Presidente Raúl Alfonsín – llevó a muchos dirigentes radicales a confundirla con una auténtica recuperación de la confianza de la sociedad y, en consecuencia, a imaginar que la vuelta al ejercicio del gobierno era una formalidad que sólo requería del paso del tiempo.

17. El espejismo de la reconstitución partidaria imposibilitó la discusión profunda que los nuevos desafíos imponían a una fuerza política que pretende ser mucho más que una oposición testimonial. Mucho más cuando el mundo enfrenta una crisis sin precedentes desde 1930 y la Argentina todavía padece las consecuencias de la crisis política, económica y social de inicios del siglo: la más grave, profunda y extensa de toda su historia.

18. Esos déficits estructurales estuvieron acompañados por una serie de episodios recientes que contribuyeron a debilitar el desempeño institucional de la UCR.

19. Apenas constituidos los Bloques Legislativos surgidos de la elección ganada en el año 2009, se suscitó una inexplicable disputa por la conducción de los mismos que incluyó condicionamientos a legisladores que manifestaban su voluntad de incorporarse. Ello afectó la consideración social de lo que era unánimemente tenido en cuenta como uno de los pilares de la recuperación partidaria y tuvo como consecuencia inmediata la deslucida y contradictoria posición en el caso del uso de reservas y la composición del Directorio del Banco Central que expresó públicamente, por primera vez, la artificiosa controversia entre “progresistas y defensores del establishment”.

20. Al mismo tiempo, ya en Febrero del año pasado, en actividades organizadas por el Comité Nacional con los Bloques Legislativos, emergieron públicamente los cuestionamientos a la validez de las credenciales partidarias del Presidente del Senado.

21. Más aún, la constitución de nuevos agrupamientos internos a nivel nacional y provincial exteriorizó una controversia interna que llevó a la imposibilidad de programar actividades con la presencia simultánea de los más reconocidos dirigentes del Partido y se recurrió, inclusive, a otras fuerzas políticas aliadas para dirimir internas partidarias o para condicionar la constitución de eventuales coaliciones electorales.

22. Tempranamente, a mediados del año 2010, hubo sectores partidarios que desarrollaron acciones para posicionar candidaturas con equipos propios incumpliendo acuerdos explícitos por los cuales la definición del programa y la formalización de las alianzas estaba reservada al Comité Nacional partidario. Así, la dinámica interna adquirió un ritmo tal que, por ejemplo, el acto de un sector interno frustró la reunión anual de la Convención Nacional, cuya fecha de realización estaba fijada con varios meses de antelación.

23. Por otro lado, una evaluación tan errada como extendida en el Partido, que desconocía las nuevas y distintas reglas de juego creadas por la vigencia de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), llevó a que se verificaran muy amplias coincidencias para decidir la fórmula presidencial “lo antes posible”.

24. Este grueso error estratégico del Partido se justificaba en la absurda creencia de que no hacerlo daba ventajas al oficialismo y que era requerido por nuestros eventuales aliados. Sin embargo, ello no impidió que el marco de alianzas que el Partido había conformado en el año 2009 se desintegrara. A la temprana renuencia de la Coalición Cívica a ratificar la continuidad del Acuerdo Cívico y Social se sumó el cálculo estratégico del Partido Socialista, que daba por descontado -como Mauricio Macri- un triunfo oficialista y, en su evaluación, carecía de rentabilidad política acompañar una candidatura de otro partido. [2]

25. Una vez oficializada la candidatura presidencial, por desistimiento de los otros competidores frente al requerimiento público de liberar de obstáculos la campaña, la mayoría partidaria produjo un notable viraje político. Se abandonó la línea de “pureza doctrinaria” que confundía groseramente la apelación a diversos sectores sociales vacantes de representación política con la fijación de límites, expresados en términos personalizados, por definición infranqueables.

26. El sorprendente cambio antes que traer certezas introdujo confusión, reflejada dramáticamente en el resultado de la Provincia de Buenos Aires donde la candidatura presidencial obtuvo casi seis puntos porcentuales menos que la de gobernador.

27. La campaña electoral no sólo desaprovechó las potencialidades del candidato vicepresidencial nominado, Javier González Fraga, sino que se resumió en una serie de recorridas provinciales y presentaciones televisivas del candidato sin acertar a sensibilizar y movilizar sectores sociales tras una convocatoria que le diera sentido y orientación a la apelación por el voto a nuestra lista.

28. Hoy, luego del resultado y con vistas a la elección de Octubre, parece atinado concentrarse en un doble objetivo. En primer lugar, maximizar la potencial representación legislativa argumentando la necesidad de prevenir riesgos hegemónicos y apelando a las aptitudes de nuestros candidatos para ejercer el control republicano. Al mismo tiempo, procurar mantener la presencia territorial del Partido, tanto a nivel provincial como comunal, desarrollando un eje de reivindicación federal con los recursos apropiados por el gobierno central y sosteniendo la gestión exitosa de cientos de intendentes radicales en todo el país.

29. Esos objetivos no pueden relativizar el reclamo por la ausencia de valores propios de nuestra idiosincrasia que nos permita diferenciarnos de las otras candidaturas peronistas, tanto a nivel provincial como nacional. Por el contrario, ese reclamo debiera sugerir las consecuencias que para la sociedad tiene la disputa de poder hacia el interior del peronismo que, como lo indica la historia, se traslada a las instituciones del Estado y afecta la convivencia pacífica de la sociedad.

[1] Aunque la comparación no es pertinente, porque el Radicalismo integró la coalición Acuerdo Cívico y Social, es oportuno recordar que en la elección del año 2009 el porcentaje obtenido por el ACyS superó el 30%

[2] Más tarde, ese mismo criterio – endogámico y contradictorio con las oportunidades ofrecidas por las PASO- fue puesto en práctica en los otros cargos electivos y, cuando fue posible, fue utilizado como instrumento para “ajustar cuentas” en la vida interna partidaria.

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