Sin entradas en Liniers: Del café venezolano a la carne argentina

Ingresos en el Mercado de Liniers: Viernes 20: 11.170 cabezas; Lunes 23: 3.908; Martes 24: 9.073; Miércoles 25: 7.509; Jueves 26: 39 cabezas. Habitualmente los jueves no hay operatoria pero el clima es malo y las expectativas son malas. Semanas atrás comenzó a faltar café en los supermercados venezolanos y U24 advirtió acerca del ejemplo que debía resultar para Néstor Kirchner lo que ocurría en Venezuela: Hugo Chávez pretendía un precio para el café inferior al costo denunciado por los productores. Lo que ocurre con la carne vacuna en la Argentina advierte que Kirchner repite el grave error cometido por su amigo Chávez.

Día de apenas 39 cabezas de ingreso a Liniers. Previsible. Mal clima y poca carne y no se inventa por decreto. Mlalas perspectivas también.

El viernes 6 de enero, los productores de café venezolanos solicitaron un aumento de US$ 3,44 el kilo a US$ 5,81 el kilo, tras quejarse de que su producto se vendía a un precio estabilizado desde hacía 3 años años, pese a la inflación de Venezuela, la más alta de Latinoamérica.

"Si no quieren tostar el café en las torrefactoras que tienen, les quitamos las torrefactoras también, las nacionalizamos", amenazó el presidente Hugo Chávez el sábado 7.

La Guardia Nacional venezolana inició la confiscación del café en los almacenes para venderlo a precios regulados y Chávez felicitó a las autoridades militares por el decomiso de 700 toneladas de café molido.

Han transcurrido apenas 2 semanas y el caso llegó a la Argentina con el precio de la carne vacuna: el Presidente se ofendió con 2 entidades gremiales de productores que se negaron a suscribir un falso acuerdo de precios porque, según corroboran lo ocurrido después, se trataba de una imposición gubernamental.

Los productores habían solicitado que a cambio de un acuerdo de precios se les bajaran las retenciones a las exportaciones y se definiera una política de multiplicación de las cabezas de ganado, pero el Gobierno solamente quería una congelación de los precios del novillo pesado, que se consume en los centros urbanos más populares, y no resolver estructuralmente un problema de escasez de reses para atender la demanda.

Cabe destacar que la exportación de carne vacuna hoy es inferior a la de 1997/1998, pero el impacto en el mercado doméstico, donde se consume una media 65 Kg. por año por persona, es mayor; y eso es resultado de la carencia de cabezas de ganado suficientes.

Anoche, el presidente Néstor Kirchner le pidió nuevamente al sector cárnico que bajen los precios de la carne y dijo esperar de ellos "un gesto que los ennoblezca", como si la situación fuese un problema de gestos.

Llama la atención la ignorancia del Presidente, considerando que Fernando Braga Menéndez y otros insolentes propagandistas del Ejecutivo Nacional aluden con frecuencia al supuesto "conocimiento profundo" que Néstor Kirchner tendría de la economía.

Dispuesto a hacer "tronar el escarmiento", Kirchner le ha reclamado a un grupo de técnicos del Ministerio de Economía que redacten una resolución para un incremento de las retenciones al 25%, si los valores en el mercado interno se disparan.

Tan genuflexa como inútil (el propio Presidente la aparta de las negociaciones importantes), la ministro de Economía, Felisa Miceli, ya recibió la resolución que establece un incremento de 10 puntos porcentuales el gravámen a las exportaciones de carne que las llevaría al 25%.

Y Felisa repite, al igual que Kirchner, que "el Gobierno tiene la responsabilidad de que el mercado interno esté abastecido a precios accesibles" y que "los productores ganaderos tienen que comprometerse con la sociedad, no con el gobierno".

De lo contrario o habrá retenciones móviles sobre los precios de Liniers o cupos al a exportación.

¿La oferta y la demanda es una cuestión de voluntad de los gobernantes? George Walker Bush quiso imponer su voluntad en Iraq y se podría decir que le va bastante mal. Hugo Chávez, en el otro extremo, quiere que haya café barato en todas las tiendas venezolanas, y no lo ha logrado. Kirchner quiere que abunde la carne vacuna barata, pero antes debería preguntarse cómo hacer para que haya suficiente cantidad de reses.

Otra cuestión de fondo es que Kirchner pretende que la carne vacuna abastezca al mercado doméstico cuando, a la vez, mantiene subsidiado un dólar al público de algo más de $3,0 por unidad; ¿el dólar exportador es solamente para los exportadores industriales?

Ocurre que en estos tiempos, además, hay oportunidades de exportación de carnes vacunas irrepetibles en el mercado internacional. ¿Acaso no fue para exportar que Felipe Solá, cuando era secretario de Agricultura, Ganadera y Alimentación de la Nación, impuso el programa de vacunación contra la fiebre aftosa?

En definitiva, Kirchner le termina aplicando a los productores pecuarios el estándar aplicado a los productores de gas, quienes debieron incumplir sus contratos con Chile porque una política energética errada de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner provocó la escasez de gas en el mercado local.

Esto quiere decir que los empresarios privados pagan los errores del funcionario, y hasta podría comprenderse si, además, se explicara qué castigo paga el gobernante por sus malas decisiones; porque el privado tiene un costo cuando se equivoca, ¿y el servidor público no paga su mala praxis?

"No daremos el brazo a torcer con la patria ganadera", dijeron en la Casa Rosada. "Ellos representan a la vieja Argentina". ¿Techint representa a la nueva Argentina? Curiosas reflexiones provocan los populistas demagogos cuando llegan al poder.

A su vez Miceli ya tiene decidido acciones de contralor en el Mercado de Liniers, enviando grupos de inspectores que fiscalizarán el ingreso de hacienda y verificarán la "transparencia" en ese recinto, donde se fijan los valores de referencia del ganado en pie.

De acuerdo al consignatario Andrés Mendizábal, "El incremento de las retenciones y cualquier otra medida complementaria de otro tipo es un artilugio, porque se atacan las consecuencias y no las causas, estas siguen actuando: aumentando los insumos, la presión tributaria encareciéndose el crédito, lo que determina un quebranto para el productor que se traduce en caída de la producción, de las existencias y de la oferta. Esto que se anuncia no beneficia al productor ni al consumidor".

Y agregó: "En la Argentina, la carne vacuna se vende a los precios más bajos del mundo, resultando más conveniente que cualquier de los productos sustitutivos, pero en todo caso este país no se industrializará como se pretende destruyendo la producción primaria".

Un militante del 'kirchnerismo' convertido en titular de FAA (Federación Agraria Argentina), Eduardo Buzzi, defendió al Gobierno: "Desde la entidad federada estamos cada vez más convencidos de haber firmado el convenio porque por fin se está discutiendo una política con las bases ganaderas, que a nuestro criterio debe partir de la fijación de un precio mínimo sostén para los novillos".

Buzzi dijo tonterías aún más graves: "Hay que pensar en el interés general, ya que hay quince millones de pobres en la Argentina".

¿La responsabilidad de la pobreza es de los productores pecuarios? ¿La pobreza se corrige bajando el precio de la carne? Buzzi corrobora un sucesión de tonterías que habla bastante mal de la calidad de los dirigentes de la Federación Agraria.

Los productores agropecuarios tienen una larga historia de reivindicaciones contra las equivocaciones de los gobernantes de turno, aún en administraciones militares. No debería obviarlo el presidente Kirchner; pero hay algo más importante: hay que permitirle a la inteligencia y la lógica prevalecer, con el voluntarismo solamente se irá a una mayor escasez de carne en el mercado.

Dejá tu comentario