La discriminatoria estrategia de Kirchner para usar a Chile como válvula de ajuste

Según la nota aparecida en el diario chileno 'El Mercurio', Néstor Kirchner decidió traspasar -a través de un impuesto a los envíos- el mayor precio que pagará a Bolivia por su gas, usando cómo "válvula de ajuste" a Chile, y así no afectar las tarifas de su mercado interno.

SANTIAGO DE CHILE ( El Mercurio). Unos US$ 130 millones más pagará Chile a Argentina por las importaciones de gas desde el país trasandino que se produzcan de aquí a fin de año.
Así se desprende de la decisión del gobierno de Néstor Kirchner de traspasar -a través de un impuesto a los envíos- el mayor precio que pagará a Bolvia por su gas, usando cómo "válvula de ajuste" a Chile y así no afectar las tarifas de su mercado interno.
En efecto, nuestro país asumirá el 90% de la diferencia entre el precio del gas que Argentina pagará a Bolivia por el suministro del combustible -US$ 5 el millón de BTU- y el valor al que se vende el gas en el mercado interno trasandino; vale decir, cerca de US$ 1,5 el millón de BTU.
El 10% restante lo pagarían entre Brasil y Uruguay, los otros importadores de gas argentino.
Con el nuevo impuesto, la autoridad trasandina vulnera una vez más el criterio de "no discriminación" que contempla el protocolo gasífero firmado en 1995 por ambos Estados, lo que genera profunda molestia en el sector privado.
"Ya nos discriminaron al cortarnos el suministro, y ahora nos discriminan tributariamente. El problema es que nadie hace nada para que este protocolo se respete", dice un alto ejecutivo del sector energético.
Mientras, otro asegura que "si Argentina nos va a cortar igual el gas, hay que ponerse más firme, y tomar todas las medidas que puedan tomarse en las instancias internacionales".
El problema se da porque Kirchner tiene un mercado interno del gas que está fuertemente distorsionado y subsidiado, ya que su gobierno no quiere pagar el costo político de subir los precios. En efecto, mientras en Chile una cuenta tipo de gas cuesta unos US$ 46 mensuales, en Argentina sale apenas US$ 11,5 cada dos meses.
Pese a ser un país con importantes reservas de gas, la distorsión de precios en Argentina desincentivó la inversión en exploración y alentó el crecimiento desmesurado del consumo de gas tanto para uso residencial como eléctrico, lo que tiene hoy al sistema trasandino presionado en extremo.
La fórmula chilena
Ahora, ¿cómo se aplicará el impuesto a los envíos a Chile? La fórmula final sería informada hoy, luego que la ministra de Minería y Energía, Karen Poniachik, converse telefónicamente con el ministro de Planificación argentino, Julio de Vido.
Sin embargo, en las reuniones del lunes entre la ministra Poniachik y los ejecutivos de las compañías importadoras de gas -Metrogas, Endesa, Colbún, GasAtacama, Edelnor, GasValpo, Energas, Gener, GasSur, Innergy- se dieron algunas luces de la propuesta chilena.
El impuesto que aplicaría Argentina sería equivalente a US$ 1,5 por millón de BTU, por lo que, dependiendo del tipo de contrato, las compañías nacionales pagarían entre un 50 y 75% más por el gas trasandino puesto en la frontera; vale decir, entre US$ 3,5 y US$ 4,5 el millón de BTU, incluidos los costos del transporte.
Los elementos clave que influyen en este cálculo son , básicamente, tres.
El primero dice relación con el "factor Bolivia". Dependerá de cuánto gas envíe el gobierno de Evo Morales a Argentina, para calcular el impuesto que pagará Chile. En efecto, si Argentina importa 5 millones de metros cúbicos diarios, Chile sólo pagaría unos US$ 110 millones, pero si importa 7 millones de metros cúbicos diarios, nuestro país pagaría más de US$ 130 millones.
El otro elemento central es la estacionalidad de los envíos argentinos a Chile. El impuesto sería variable dependiendo de la cantidad de gas que Argentina le mande a Chile. Así, mientras más gas llegue, el monto a pagar se diluirá mejor entre las empresas importadoras, pero si llega poco gas, las compañías deberán pagar un monto mayor.
El tercer asunto clave es la temporalidad en los cálculos. Éstos se irían reajustando en forma trimestral. Por ejemplo, Argentina se comprometería previamente a enviar 15 millones de metros cúbicos promedio por los próximos tres meses, lo que implica un determinado impuesto.
Sin embargo, si al cabo del trimestre la cantidad de gas enviada es menor al pronóstico, Argentina cobrará la diferencia por el menor impuesto pagado, pero si los envíos son mayores, el ajuste se haría a favor de las empresas chilenas.
El impacto
Según un ejecutivo de la industria, esta nueva "fórmula" no es fruto de una negociación, sino que "Argentina sólo nos está comunicando, y el Gobierno sólo está tomando nota de cómo nos van a perjudicar".
Mientras que un ejecutivo eléctrico advierte que Argentina ni siquiera garantiza un mayor suministro de gas, lo que "disminuye la seguridad del suministro eléctrico y aumenta los costos de generación para las compañías, las que no pueden traspasar los costos a público".
"Hay que hacerles presente a los argentinos, de una manera muy clara, de que aquí cuando se habla de alianza estratégica tiene que haber cordialidad y cierto ambiente".
Así de claro habló ayer el líder empresarial y presidente de la CPC, Hernán Somerville, frente a las diferencias gasíferas con Argentina; además aseguró que Chile es un socio de primera y que eso debe reflejarse en la relación.
"Hay que hacerle presente a Argentina lo beneficioso que ha sido para ellos ser nuestro socio", dijo, y apuntó que "lo cortés no quita lo valiente" ante la posición que debe adoptar el Gobierno frente al tema. Respecto de una posible alza de tarifas a público de parte de las distribuidoras de gas, Somerville dijo que se trata de "decisiones comerciales" de las firmas, mientras que Andrés Concha, secretario general de Sofofa, dijo: "hasta donde yo sé, en Chile hay libertad tarifaria".

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