La cría de Ibarra: De Kravetz al Bauen

La revista EDICIÓN i de esta semana publica una investigación apasionante sobre la guerra del 'ibarrismo' para poner contra la pared a Jorge Telerman y, además, apropiarse de activos que no le corresponden, con el argumento de que son "derechos laborales".

CIUDAD DE BUENOS AIRES ( EDICIÓN i). Demasiado se ha escrito sobre los límites de la propiedad privada. Tanto, que el siglo 20 estuvo dividida por ella, en gran parte.
¿Quién es el dueño del capital? En la Argentina de los ‘80 y ’90, la discusión giró sobre la dicotomía de los recursos naturales, estatales-privados. Algo que el gobierno de Néstor Kirchner se ha ocupado en reflotar, sólo que para invertir la tendencia de la década pasada.
 
 Pero Fernando De la Rúa y la crisis del 2001 trajeron otra arista de la polémica sobre los límites de la propiedad privada. Esta vez el dilema fue: capital, ¿de las empresas o de los trabajadores?
 
 Empresas y fábricas que retrasaban los pagos a los empleados, luego llegaban las suspensiones y más tarde el cierre sin pago de indemnización. A partir de esa situación y de la crisis sin precedente del país, en casos puntuales la justicia permitió la conformación de cooperativas de trabajadores para que pudieran seguir explotando las empresas.
 
 Luego, estos grupos se organizaron y lograron el apoyo de grupos políticos que les dieron argumentos ideológicos. Las dos experiencias más exitosas fueron las del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y su competencia, el Movimiento de Fabricas Recuperadas.
 
 Con el correr del tiempo, con el cambio de las condiciones económicas y con los intereses creados, el movimiento se desnaturalizó. Y el caso más escandaloso fue, y sigue siendo, el del hotel Bauen, ubicado en la avenida Callao al 360 de la Ciudad de Buenos Aires.
 
 La historia del Bauen es compleja y desde su creación estuvo signada por reclamos judiciales, ventas no concretadas, y en la última etapa, ocupación ilegal y pedidos de expropiación.
 La historia
 
 Para comprenderla hay que comenzar por el principio. El hotel abrió sus puertas en 1978, para el Mundial de Fútbol. El edificio se construyó con los préstamos que otorgaba el gobierno militar, a través del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), para ampliar la capacidad hotelera y albergar a los turistas que llegaron al país para presenciar el Mundial.
 
 El programa del Banade establecía que se podía financiar hasta el 70% de la obra a una tasa del 5% anual.
 
 Marcelo Iurcovich presentó un proyecto para construir un hotel 4 estrellas, sobre avenida Callao, y solicitaba una financiación del 50% de la obra.
 
 La obra era ambiciosa: 222 habitaciones, ocho salones para reuniones y un teatro de 400 butacas.
 
 Poco tiempo después, Iurcovich le presentó una alternativa al Banade, si accedían a financiarle el 70% de la obra el Bauen se convertiría en 5 estrellas, en vez de 4.
 
 Pero al poco tiempo se inició el conflicto: el Banade consideraba que el 50% inicial debía ser pagado a la tasa convenida del 5%, pero que el 20% restante debía ser computado a tasa de mercado.
 
 La empresa no aceptó esto, considerando que se trataba de una ampliación del crédito original. Siguió pagando en queja, hasta que finalmente concurrieron a la justicia.
 
 El proceso resultante quizás haya marcado algún record dentro de la justicia argentina: duró 22 años.
 
 Comenzó con una sentencia en primera instancia a favor del Bauen, fue apelada por el organismo del Banade residual., la sentencia de la Cámara de Apelaciones falló en igual manera, y finalmente el 15 de diciembre de 2003 la Corte Suprema de Justicia cerró el caso beneficiando a los sucesores de Marcelo Iurcovich, ya fallecido.
 
 Finalmente el perito de la Corte Suprema llegó a la conclusión que en realidad era el Banade quien debía a la empresa, nada menos que $1,8 millón.
 
 Con el problema judicial latente, Iurcovich no logró que el Bauen fuera un éxito. Ya a principios de los 90 había comenzado su decadencia, golpeado por el desembarco de las cadenas internacionales de 5 estrellas, como Hyatt, Inter-Continental y Caesar Park.
 Solari
 
 En 1997, Iurcovich tomó la decisión de vender el hotel y llegó a un acuerdo con el grupo chileno Solari. El precio convenido era de US$ 17 millones. Del total del dinero, en el momento de la firma del boleto se pagaron US$ 4 millones y el saldo debía ser abonado en cuotas.
 
 Pero la escritura nunca llegó a firmarse, según Iurcovich, el grupo Solari no concretó ninguno de los restantes desembolsos y, por esta razón, le inició un juicio para recuperar el establecimiento. Pero Gabriel Jaijel, apoderado de Solari argumentaba, ante quien lo quisiera escuchar que la escritura nunca se firmó porque:"Iurcovich nunca saldó su deuda hipotecaria con el Banade"
 
 Más allá de los contrapuntos, mientras duraba el conflicto, que terminó en tribunales, Solari explotó el hotel, sin buenos resultados.
 Tanto, que en febrero de 2000 el grupo chileno presentó el concurso preventivo de acreedores en el Juzgado Comercial Nº 9, a cargo del ahora ex juez Eduardo Favier Dubois. Tres meses antes la firma se había declarado en cesación de pagos. Según las notas periodísticas de la época el pasivo de Solari rondaba los $ / US$ 8 millones.
 
 Casi exactamente un año después el juzgado declaró la quiebra del hotel, cuyo manejo quedó en manos de los síndicos.
 
 Pero a los pocos meses el juez que tenía a su cargo la quiebra cambió de opinión y resolvió no autorizar la continuación de la explotación hotelera. Finalmente, el 29 de diciembre de 2001 el hotel fue definitivamente cerrado. En ese mismo momento el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires canceló la habilitación del Bauen para seguir operando como ‘hotel’.
 
 En el ínterín, la justicia, en 1ra. y 2da. instancia, ordenó restituir el dominio de la propiedad a los dueños originales, es decir a Marcelo Iurcovich. Los magistrados entendieron que el contrato no se había cumplido y que correspondía su rescisión.
 
 Con la sentencia judicial en la mano, los Iurcovich deciden venderle el hotel a Mercoteles SA. No se tiene muchos datos sobre esta empresa, que declara tener los fondos para reacondicionar el edificio y ponerlo a funcionar correctamente.
 
 Un año y medio después de haber cerrado sus puertas, un grupo de 40 ex empleados de Solari SA ingresaron por la fuerza al hotel Bauen Suites, que se encuentra sobre la avenida Corrientes, en la misma manzana. El Suites es de los mismos dueños originales del Bauen, y tenía una conexión interna con hotel cerrado. Utilizaron esa puerta, rompieron las cerraduras de la puerta de acceso del Bauen, sobre Callao y soldaron la conexión con el Suites. Era el 23 de marzo de 2003.
 
 A los pocos días de la toma del hotel, Marcelo Iurcovich sufrió un paro cardíaco y murió.
 
 Hermanos emprendedores
 
 Lo curioso, es que ese mismo día se presentaron ante el juez de la quiebra de Solari y este le otorgó a la cooperativa que habían conformado los ocupantes, autodenominada Buenos Aires Una Empresa Nacional, la ‘tenencia precaria’ del hotel.
 
 Este grupo de ex trabajadores no estaban solos, claro. Estaban dirigidos, asesorados e incitados por el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas.
 
 El MNER tiene el lema de "ocupar, resistir, producir". Pero el producto estrella del MNER no se ha fabricado en ninguna de sus 20 empresas asociadas. Consiste en un notable poder de lobby.
 
 La influencia se debe, en gran parte, a dos hermanos emprendedores: Diego y Florencia Kravetz. Ambos pasaron por las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y su camino profesional los convirtió en abogados del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. Gracias al currículum-vitae de Diego Kravetz se sabe que ha defendido al menos a seis de las cooperativas que integran el MNER, y es el abogado de la organización propiamente dicha.
 
 Con los medios difundiendo el fenómeno de las fábricas tomadas, en medio del contexto de la crisis, Diego Kravetz decidió incursionar en la política y gracias a Miguel Bonasso, logró convertirse en legislador de la Ciudad, en octubre de 2003, por una de las varias listas colgadas a la candidatura de Aníbal Ibarra, y que apoyaba Néstor Kirchner.
 
 Su nueva responsabilidad de funcionario público en ningún momento le impidió seguir defendiendo los intereses de sus clientes particulares. Es más: sus críticos lo acusan de haber utilizado su banca para promocionar leyes expropiatorias a favor de las cooperativas que él defendía sin pudor.
 
 Diego Kravetz –cuentan ellos- nunca renunció a aparecer como representante del MNER luego de haber asumido como legislador. Y hay tres documentos, a los que EDICIÓN i tuvo acceso, que lo prueban.
 
 El primero de ellos es la carta de intención, firmada por la cooperativa del Bauen, el representante de la empresa Bauen Sacic, propiedad de la familia Iurcovich y dueña del hotel y el que en ese momento era el secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad, Eduardo Hecker. Fechada el 15 de octubre de 2003 la carta incluye una curiosa última cláusula que aclara: "Se encuentra presente en este acto el diputado electo Dr. Diego Kravetz, quien manifiesta su voluntad de suscribir la presente".
 
 Tres meses más tarde se firmó un contrato de comodato entre la cooperativa y la empresa Bauen Sacic, que lleva la firma de Diego Kravetz en calidad de representante del Movimiento de Empresas Recuperadas. Luego firmó la prórroga de ese contrato, el 3 de agosto de 2004. En los dos últimos casos ya había asumido como legislador de la Ciudad.
 
 Tanto la carta de intención como el contrato de comodato aceptan como condición la devolución del hotel a sus dueños.
 
 En la carta de intención, el punto 4to. afirma: "La empresa", "El Movimiento", "La cooperativa", y "El acreedor prendatario", cooperarán y harán sus mayores esfuerzos a fin de que "La empresa" recupere la posesión del inmueble sito en Callao 360 de esta Ciudad, a cuyo fin realizarán las presentaciones judiciales que sean necesarias y pertinentes".
 
 Luego, en el contrato:"La Comodataria viabilizará el cumplimiento de las cláusulas establecidas en la carta intención del 15/10/2003 con el objetivo de realizar el convenio de alquiler comprometiéndose "La cooperativa"- para el caso de no haberse podido realizar en esa fecha un contrato de locación- al vencimiento del mismo a devolver el inmueble libre de ocupantes".
 A pesar de lo que había firmado, la cooperativa incumplió. Diego Kravetz presentó, entonces, el proyecto de ley 1.515, que propuso que el Bauen fuera fuese declarado de "utilidad pública y sujeto de expropiación", incluyéndose los bienes tangibles e intangibles, incluyendo las marcas y patentes. En el artículo 3 del proyecto completó: "El mencionado inmueble es cedido en comodato par el funcionamiento de la Cooperativa de Trabajo B.A.U.E.N –Buenos Aires Una Empresa Nacional".
 
 Uno de los argumentos del proyecto: "El hotel Bauen se construyó en 1978 con un crédito del entonces Banade, que nunca fue pagado y, una vez más, se benefició a un empresario a costas del pueblo argentino". Kravetz y los otros diputados que firmaron el proyecto desconocieron el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
 Agregó: "La cooperativa agotó toda negociación con los pretendidos dueños titulares del inmueble, incluyendo el ofrecimiento de un sustancioso alquiler mensual".
 
 Otra tergiversación de Kravetz: él había firmado, un año antes tres documentos reconociendo a Bauen Sacic como propietaria del hotel, y aceptando que el inmueble debía devolverse. Y la negociación se agotó porque la cooperativa no cumplió su compromiso.
 
 Hasta hace algo menos de dos meses, su hermana, Florencia Kravetz, figuraba en el expediente judicial como la apoderada de la cooperativa BAUEN.
 
 Ella promovió una nulidad contra Mercoteles S.A, la empresa que le compró el Bauen a la familia Iurcovich. Florencia sostuvo que, en los registros de dominio, no estaba debidamente acreditado que Mercoteles fuera el titular del inmueble de Callao al 360. ¿Cometió ella una irregularidad grave al presentar los registros ‘omitiendo’ la última página de estos, donde estaba debidamente acreditada la titularidad de Mercoteles?
 
 Al igual que su hermano, Florencia representó a varias de las empresas que forman parte del MNER. Por ejemplo, en el proceso de quiebra de Viniplast SAIC, representando a la cooperativa; y en las quiebras de Esimax S.A, Danae S.A y Cebex S.A.
 
 Piedra libre
 
 El 30 de diciembre de 2004, la Ciudad de Buenos Aires sufrió la muerte de 194 personas a causa de la falla de las condiciones de seguridad edilicia, lo que más tarde le costó su cargo electivo a Aníbal Ibarra.
 
 A pesar de esto, el Bauen funciona hace tres años sin habilitación. El Gobierno de la Ciudad dio de baja al Bauen en diciembre de 2001, cuando el hotel cerró, y desde que la cooperativa reinició las actividades, ha funcionado en forma ilegal.
 
 El 17 de marzo de 2005, a las 17:30, dos inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control del Gobierno de la Ciudad intentaron cumplir con la orden que tenían: inspeccionar el Bauen.
 
 El acta relata los hechos: "Ingresamos al establecimiento donde nos dijeron que esperemos por el Sr Fabio Resino, DNI 18.029.9023. Nos hicieron pasar a una oficina interna en el 2do. hall del establecimiento, donde nos esperaba el Sr Resino, y ante nuestra presentación para realizar la inspección, nos dijo que no lo permitiría".
 
 Días más tarde, el 8 de abril, los inspectores regresaron, por orden del fiscal contravencional, acompañados con un agente de policía, pero cuando llegaron a la puerta, se encontraba cerrada con cadenas. Desde adentro les habló Marcelo Ruarte, quien se identificó como presidente de la cooperativa. El acta de inspección detalla que Ruarte "niega reiteradamente el ingreso"
 
 El 6 de junio de 2005, el Director General de Fiscalización y Control ratificó la clausura inmediata y preventiva del hotel Bauen. Nunca se cumplió.
 
 Ley Morando
 
 En la Legislatura, el proyecto de Diego Kravetz no consiguió apoyo suficiente. Sí generó consenso el proyecto de Mario Morando, que obligaba a las partes a sentarse a negociar un convenio, que sería fiscalizado por una comisión especial integrada por legisladores.
 
 "Dicho convenio debe contemplar el mantenimiento de las fuentes de trabajo (…) y el recupero del inmueble por sus titulares".
 
 Además, la ley obligaba a incluir en el convenio una serie de cláusulas:
 
 > Que la empresa le reconociera a la cooperativa Bauen mejoras por $ 150.000.
 
 > Que la empresa contratara a la totalidad de los trabajadores asociados a la cooperativa
 
 > Que la empresa garantizara la estabilidad laboral para 36 personas.
 
 > Que la empresa se ajustara al convenio colectivo de trabajo del sindicato de gastronómicos.
 
 Sin embargo, los trabajadores del Bauen se opusieron a que el proyecto fuera aprobado.
 
 El 3 de noviembre del año pasado, un grupo de personas del Bauen que estaba dentro de la Legislatura, violentó las puertas del recinto, empujó a los agentes policiales e ingresó al hemiciclo. Reinó el caos. Intentaron agredir al diputado Morando. La sesión se cayó.
 
 Un mes más tarde, en la madrugada del 6 de diciembre, se logró votar el proyecto.
 
 Modificación Telerman
 
 Incansables, Kravetz, la cooperativa y el MNER llevaron la presión sobre Jorge Telerman, en ese momento vicejefe de Gobierno a cargo del Ejecutivo. Le exigieron que la vetara. Y en el inicio de enero Telerman cedió a la presión: no vetó la ley, pero envió un proyecto de modificación a la Legislatura.
 
 Los analistas dicen que fue una ingenuidad política. Recién comenzaba el juicio político a Aníbal Ibarra y Telerman no calculó que, posiblemente, tendría que ser él quien afrontara el costo político del conflicto que estaba generando.
 
 El proyecto de modificación enviado por el Ejecutivo modificó algunos puntos fundamentales de la ley Morando. Por ejemplo:
 > Califica al conflicto como una "problemática entre el titular dominial y la cooperativa".
 
 > Cambia los objetivos de la Comisión especial, que ahora sólo tendrá como finalidad de "contemplar el mantenimiento de las fuentes de trabajo de cada uno de los asociados a la cooperativa" y se elimina el otro objetivo fundamental de la ley, la recuperación del inmueble por parte de la empresa.
 
 > En la ley se prevé que la Comisión puede tomar "medidas" para castigar a la parte que obstaculice la negociación, en el proyecto de modificación esta facultad desaparece, así no hay forma de obligar a las partes a llegar a un acuerdo.
 
 Desde la Jefatura de Gobierno no se habían preocupado por darle impulso al proyecto, pero Diego Kravetz sí, desde la Comisión de Desarrollo Económico.
 
 Si el jefe del bloque del Frente para la Victoria consigue su cometido, se habrá dado un paso más en la inseguridad jurídica como norma en la Argentina.
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 Copyright by EDICIÓN i, 2006.

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